La organización
humanitaria internacional ‘Médicos Sin Fronteras’ está denunciando que países
ricos como Estados Unidos, Canadá, Japón y otros de la Unión Europea están
donando a territorios extremadamente pobres alimentos de bajo valor
nutricional. La denuncia fue realizada mediante un comunicado en ocasión del Día
Mundial de la
Alimentación (16 de octubre).
Los productos donados
son de baja calidad nutricional y no sirven para combatir la desnutrición de
los niños, como es el caso del CBS, una mezcla de harinas de maíz y soja que
"no cumple con los patrones internacionales para suplir las necesidades
nutricionales de niños menores de dos años”. La organización explica que estas
harinas no están adaptadas para tratar la desnutrición infantil, enfermedad que
afecta a 195 millones de niños (menores de cinco años) en el mundo y que son
víctimas fatales en todo el planeta.
"Alimentos que
nunca daríamos a nuestros propios hijos están siendo enviados como ayuda alimentaria
para los niños más vulnerables de las zonas más afectadas por la desnutrición
en África Subsahariana y en algunas partes de Asia”, denunció Unni Karunakara,
presidente del Consejo Internacional de Médicos Sin Fronteras.
La organización
pidió la suspensión del envío de este alimento y recordó que en 2008 hubo un
consenso en la comunidad científica de que la harina CSB era inadecuada para
tratar a los niños desnutridos, ya que, entre otros problemas, su consumo
podría inhibir la absorción de proteínas importantes y de otros nutrientes
esenciales para la recuperación de los niños desnutridos.
En el caso que haya
una real voluntad de ayudar, MSF recomienda que los países donantes pongan "las
necesidades nutricionales de los niños en el centro de sus políticas”, garantizando
que estos niños en situación de riesgo alimentario tengan, en sus primeros años
de vida, el aporte necesario de proteínas, lípidos, carbohidratos, vitaminas y
minerales.
El comunicado
alerta también que en el caso que los niños continúen con alimentación
inadecuada podrán tener problemas de crecimiento y desarrollo, correrán más
riesgo de muerte por enfermedades comunes y podrán tener deficiencias que los
acompañarán el resto de sus vidas.
Un ejemplo que
puede ser replicado es el de países como México, Tailandia, Estados Unidos y
algunos países europeos, que consiguieron reducir significativamente la
desnutrición en la primera infancia promoviendo el acceso de las familias más
pobres a alimentos de calidad, como leche y huevos.
Traducción: Daniel
Barrantes - barrantes.daniel@gmail.com