Los gobiernos post dictadura siguen siendo fieles al modelo impuesto por ésta.
Como
Concertación lo recibieron y solo aplicaron una manito de pintura para
quitar las manchas de sangre y los nombres, de los que cayeron por
combatirlo.
Muchos
antidictatoriales se creyeron el cuento y dejaron sus principios y
conciencias en algún baúl, por ahí, a buen recaudo. Han vuelto a marchar
y manifestar cada vez que la mierda esta por rebalsar el tiesto, pero
luego vuelven a lo mismo, a creer y a intentar hacernos creer que hay
grandes avances y las cosas mejoran.
Hubieron de pasar 4
gobiernos para que recién la gente se diera cuenta de que algo no
cuadraba, que la alegría no se apersonaría por las casas de los mas
castigados por el sistema. Parte importante de la población que sufraga,
decidió expresar su molestia.
Lo
malo es que no se fueron a apoyar alguna propuesta más de avanzada, mas
de poder. (¿existió de verdad alguna, construida con el pueblo al que
siempre se menciona?).
Se
decidieron a votar por la derecha, convencidos de que como estos han
robado y cagado a tantos, podrían ser más honestos que los ratones de
campo de la Concertación.
Craso
error. La derecha vendió la pomada y se dedicó a instalar nuevas cuñas
que sostuvieran el modelo, un poco desacomodado con tanta demanda
social.
A
la última elección presidencial y parlamentaria se presentó casi el
mismo conglomerado que, atento, sabía que debía cambiar su nombre para
al menos mantener cautivos a los más ilusos. Mucho burócrata y operador
cesantes esperaban impacientes ocupar el espacio que, consideran les
corresponde. Otros más vivos movieron inteligentemente sus piezas
logrando acuerdos para aumentar la representación.
Trabajaron de mejor forma, corrigieron algunos errores y ganó la nueva mayoría.
Y,
como se preveía, todo está igual o casi igual. Algunas propuestas en la
línea de dar cumplimiento al programa, algún discurso de punta que por
ahí despierta adhesiones, pero de cambios profundos, poco o casi nada
todavía.
Lamentablemente, en lo que respecta a los trabajadores, ya se visualizan algunos “avances”.
Ahora
cuentan con agregados laborales, asesores ministeriales y algunos
carguitos intermedios, siendo los más beneficiados aquellos dirigentes
(as) que provienen de la CUT.
No
importa el sector al que representaban en la multisindical antes de
llegar “al gobierno”, lo concreto es que no llegan ahí en representación
de los trabajadores y en algún momento deberán explicar su vuelta de
carnero.
No
se es insolente si se dice que están ahí por el pago de favores. ¿Si no
de que manera explicar que quienes hasta hace poquito reclamaban contra
el modelo y pedían cambios de fondo, hoy se vistan “de gobierno” y
busquen desactivar conflictos?
Al Piñera y la derecha
los amenazaron con paros si no había un mínimo de $250.000 y aunque eso
nunca llegó (ni el monto en $ pedido, ni la movilización anunciada) se
mostraron decididos en su planteamiento, contando con el entusiasta
apoyo de los parlamentarios de la entonces oposición.4 años insistiendo
con el mismo valor del ingreso mínimo (ni siquiera lo maquillaron con
algo de IPC en este periodo), 4 años anunciando movilizaciones y a la
primera de cambios se morigera el discurso.
Lo dijimos antes en el Pulso y hoy las señales van en esa línea.
El
ingreso mínimo no llegará en el 2014 ni siquiera a los $ 230.000. Se
está hablando de varias alternativas y en lo personal creo que ya
existen algunos acuerdos. Solo se busca el momento preciso para
presentarlos.
a) El monto final del mínimo será un valor entre $222.000 y $227.000
b)
El acuerdo entre la CUT y el gobierno será por al menos 2 años (ya se
hizo lo mismo en el 2005, anterior gobierno de Bachelet)
c) Es más que probable que el valor de $ 250.000 se alcance recién en el 2016.
Y
si faltaba algo para dejar claro que las cosas no van bien hasta ahora,
nos presentan un proyecto de ley que no se sabe que busca. La creación
de una AFP estatal.
O
sea este sistema previsional de mierda, que daña a los trabajadores de
menores recursos, la gran mayoría de los asalariados, no va a ser
eliminado ni corregido. Se va a entrar a competir con los patrones, con
el capitalismo, en el terreno que ellos prepararon y pavimentaron. Una
AFP estatal.
¿Ahí llegarán mañana a trabajar burócratas y sindicalistas reconvertidos?.
Malas,
pobres señales se están entregando a los millones de trabajadores que
sobreviven con remuneraciones que van entre los $ 210.000 y los $
450.000, trabajadores que nunca, jamás van a poder acceder a una pensión
digan, por la vía de la capitalización individual.
Varias
huelgas hay en desarrollo. Unimarc en Iquique, Cruz Verde en
Concepción, Batarse y Hogar de Cristo en Santiago. Hace algunos días
trabajadores contratistas cortaron caminos en el norte en demanda de
repuesta a sus peticiones, aún no se zanja definitivamente el problema
que llevó a movilizarse a trabajadores de los puertos y recolectores de
basura. Los profesores y estudiantes siguen movilizados, paralizaron
por 48 horas los trabajadores de la salud en varios lugares del país.
Desde el 11 de Junio decenas de pobladores están instalados nuevamente
en las riberas del río Mapocho, demandando el derecho a vivienda. Los
mapuches siguen reclamando sus tierras.
El derecho a vivienda al
igual que a la salud, educación y otros básicos (como el agua, la
tierra, calles pavimentadas, áreas verdes en cada barrio o población, y
un largo etcétera), debieran estar garantizados por el Estado, en
cantidad y calidad suficientes, terminando con la vergonzosa diferencia
de clases que persiste y se profundiza en nuestro país.
No
será digno ni suficiente un ingreso mínimo que ni siquiera permite
alimentarse y vestirse a un grupo familiar de 4 personas. No lo es una
pensión miserable que con suerte, en algunos casos, alcanza para comprar
remedios, azúcar y pan.
Todo lo que se diga es vacuo, inútil si no está acompañado de acciones concretas para terminar con dichos flagelos.
Sigan jugando con la
confianza y la buena fe de las personas, aquellos que tienen en sus
manos las herramientas para poner fin o al menos diminuir las
diferencias abismantes que existen en la sociedad. Pero tengan claro que
en algún momento algo explotará y esa explosión no se puede prever ni
medir.
Será
la respuesta al abuso, al desprecio demostrado. Y eso necesitará
organización y dirección. Ese es el principal desafío de la hora
presente.
MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T. CHILE