Hace un tiempo el gobierno brasileño
retiró de circulación una pieza de una campaña en redes sociales sobre
enfermedades de transmisión sexual, en la que una mujer afirmaba “soy
feliz siendo prostituta”, en el marco del Día Internacional de la
Prostituta.
Pese a la censura, se espera que la
prostitución aumente a medida que se acerca la Copa del Mundo de la FIFA
en junio de este año. “Si bien es legal partir a los 14 años, existen
muchas niñas menores vendiendo sexo”, según la UNICEF, quien reveló que
son alrededor de 250 mil casos de menores metidas en la prostitución
callejera.
“A los clientes se les cobra alrededor
de 60 dolares. La prostituta obtiene la mitad de eso, menos las deudas
por vestimenta, drogas, alcohol y cosméticos. La niña consigue un cuarto
del total que paga el cliente”, señala Thiago, quien admite haber
tenido relaciones con niñas menores de 14 años.
En 2012 una corte de justicia afirmó que
tener relaciones sexuales con niñas de 12 años no era necesariamente
una violación, pues alguna de ellas trabaja como prostitutas. La
Amnistía Internacional califico ducha resolución como una luz verde para
los violadores.
“Cuando comience la Copa del Mundo habrá
muchas más chicas de mi edad y más jóvenes. Yo soy una de las mayores”,
afirma Poliana de tan solo 14 años. La niña lleva tres meses
prostituyéndose vendiéndoles su cuerpo a trabajadores del Arena
Corinthians por menos de 4,7 dólares.
La niña lleva tres meses prostituyéndose vendiéndoles su cuerpo a trabajadores del Arena Corinthians por menos de 4,7 dólares.
El lugar de trabajo de Poliana se
encuentra en una pequeña habitación escondida en un laberinto de
callejones con alcantarillado abierto, donde se dirigen los obreros para
comprar a chicas como ella. La pequeña niña dijo que salió la primera
noche en que murió su madre, “no sabía cómo ganar dinero para comer o
pagar el alquiler. Hay muchos hombres de la construcción en busca de
sexo.
“Casi todos mis clientes son de la
construcción, siempre pagan, pero no siempre me tratan bien. Pero ¿qué
puedo hacer? Mis padres están muertos, necesito dinero. Si no fuera por
los hombres que trabajan en el estadio, no sé qué haría. Me ha tocado
pasar días enteros en el hotel, y esos días han sido los mejores para
mí”, declara Thais de 16 años, quien se considera la menor más viejas de
la profesión.
Ramiro Rodríguez - Fuente El Ciudadano