domingo, 26 de enero de 2014

Homenaje a Nicolasa Quintreman

La represa Ralco aún no se construía en aquellos años. La conocí en Alto Bío Bío cuando el camino aún era sólo piedras. Yo andaba con María Curriao y fuimos a su casa. Me miró, me dio la mano y me invitó a su ruca. En ese momento, ella era el centro de operaciones del movimiento contra Endesa. “Pero tú eres mapuche” me dice. Yo respondo: sí, más o menos. “Cómo es posible que tu siendo mapuche no hables mapudungun” responde enojada.

Se me había olvidado la lengua de mi pueblo. “Esas cosas no se pueden olvidar, no te puedes olvidar de donde eres”. Yo dije, por eso estoy aquí. Al igual que yo, habían muchos otros “ayudistas” que se acercaban a ella y otros dirigentes en busca de apoyar la lucha indígena contra la intromisión de los winkas.
“Estos días han llegado muchas personas a Alto Bío Bío. Todos quieren un pedazo de nuestro territorio. Nos están quitando nuestras raíces. Tenemos que juntarnos para luchar contra las fuerzas que quieren instalarse en nuestro territorio” reflexionó.


Nicolasa era una mujer pequeña, que siempre se ponía colorete en sus cachetes y usaba un pañuelo de colores en el pelo. Esa tarde nos tomamos un par de mates. En sus ojos se veía la determinación de su lucha. Ella no era alguien que se daría por vencida. “Nunca me sacarán viva de acá. Nos quieren pegar justo donde está la riqueza y la pobreza de nuestro pueblo” dijo.

Antes de irme, sacó un par de calcetas de lana y me las regaló. Para que no te olvides nunca de que eres mapuche-pehuenche. Puedes venir todas las veces que tú quieras a mi casa, ya te conozco, concluyó Nicolasa. Newen lamien, me dijo. También me dio una tortilla hecha por ella para comer en el camino. Ese día seguí mi rumbo a Ralco Lepoy para una reunión con otros dirigentes.

Nicolasa Quintreman vivía en la línea de colisión con Endesa. Con ella se inició la lucha contra la represa Endesa. Este 24 de diciembre fue encontrada muerta en las aguas artificiales que inundaron su territorio, a pesar de la resistencia que mostró por años.

Ella es un pajarito fío-fío porque siempre andan marcando su territorio. A pesar de su pequeño tamaño, uno puede escuchar su canto desde lejos. Desde hoy su canto será más triste. El río Bío Bío, ese que tanto significó en la vida de Nicolasa, lleva el nombre de esta avecilla.

“Yo seré pobre, seré como seré, pero no me moveré de donde me dejaron mis mayores. Yo seguiré donde me crie, donde me nacieron, ustedes se van. Vayan a engañar a la gente a otra parte” son las palabras de Nicolasa que aún resuenan en todos nuestros oídos. No sólo Alto Bío Bío está de luto, sino la humanidad perdió a una gran luchadora.

Claudio González Parra, Académico de la Universidad de Concepción

Nicolasa Quintreman: La mujer mapuche que enfrentó al poder



Fuente paismapuche.org