martes, 9 de octubre de 2012

El pueblo bolivariano derrotó, también, las venenosas campañas mediáticas

 Al medio día, en el portal electrónico EMOL (sigla críptica que abarca todas las publicaciones y otros negocios del todavía impune Agustín Edwards Eastman), destacaba, en primer lugar, Moreno y elecciones en Venezuela: Fueron un "ejercicio democrático impecable". Se agradece este reconocimiento de la verdad –al ministro de Miguel Juan Sebastián Piñera Echenique y al editor–; pero, eso no implica olvidar las descalificaciones gubernamentales y las tan persistentes como sucias mentiras, provocaciones e insultos contra el absolutamente legítimo proceso bolivariano, clásicas campañas imperiales, con el incondicional apoyo de burguesías nacionales, en las que el cínico El Mercurio ofició como muy aplicado guaripola, aunque gran parte de los deshonestos ataques fueron engendrados en España. También, televisiones ‘chilenas’ participaron activamente en el venenoso cerco mediático, divulgando supuestos riesgos de graves enfrentamientos y poniendo en causa hasta la validez del sistema electoral, con destaque para CNN y 24 Horas, de TVN, el canal de todos nosotros (¡!). Y esas odiosas ofensivas no se limitaron al ‘periodismo’: en el programa Estado nacional, del último domingo, una opinóloga de la Concertación afirmó que el gobierno chavista controlaba la comunicación social, siendo que su gran mayoría pertenece a la derecha y cuando se encontraban en suelo venezolano cerca de diez mil corresponsales extranjeros. Sin embargo, esa falsedad es insignificante comparada con lo escrito, en Twitter, por el precandidato Andrés Velasco: “Hoy Venezuela vota para recuperar su democracia, tal como lo hicimos en Chile el 88. La mejor suerte a Capriles y su equipo”, sólo superado por el infame racista UDI Gonzalo Arenas Hodar –siempre, cobardemente amparado por el fuero parlamentario–. quien, en esa misma ciber red vomitó, furioso con el contundente y masivo triunfo popular –habiendo atingido la votación 80,9% de los electores habilitados, incluyendo residentes en el exterior– de la República Bolivariana de Venezuela, reeligiendo a su líder, el Presidente Hugo Chávez Frías: "Y GANO EL SIMIO!!!!!!!", "Ahora en venezuela Banana gratis para todos los seguidores del SIMIO!!!!!". Aunque los fracasados escribas, locutores, comentaristas, precandidatos y soeces rufianes se enojen aún más, debo rectificar los números de la imagen superior: con el 97,65% de las actas procesadas, Chávez suma 8,06 millones de votos (55,14%) y Capriles 6,46 millones (44,24%).
 
 
Los cinco archivos adjuntos detallan aspectos de las reaccionarias campañas mediáticas, implementadas por inmorales especialistas contra los dignos venezolanos.


Para la eventualidad de que deseasen contactarme, no repliquen por Google, porque me ha estado bloqueando la lectura de numerosos e-mails que recibo; por favor, diríjanse a siemprepelusa@hotmail.com

¡Gracias!
 
 
Favoritismo al candidato de oposición marca la pauta de algunos medios internacionales
Medios colombianos y chilenos crean matrices negativas sobre elecciones en Venezuela

Albatv/MCZ - 7 de octubre de 2012


 La generación de matrices comunicacionales a favor del candidato de la ultraderecha venezolana, Henrique Capriles, es liderada por los medios internacionales colombianos y la señal internacional del canal público chileno 24 horas. A horas del cierre del proceso electoral, cuestionan el proceso comicial y dan favoritismo sobre el candidato opositor.

 Los canales de televisión colombianos RCN y NTN24 han desatado una campaña a favor del candidato de la oposición venezolana, a la vez que intentan desacreditar el proceso electoral en curso, cuestionando el que ha sido calificado por diversos sectores internacionales –el Centro Carter, por ejemplo– como el sistema electoral más moderno del mundo.

 RCN realiza un operativo en Venezuela, donde cuenta con un equipo especial enviado a Caracas, que se ha centrado en cubrir al sector opositor y a los adeptos a Capriles, en tanto presentan al país caribeño como una nación azotada por la delincuencia y la falta de libertades para los ciudadanos. Todas estas afirmaciones se realizan a través de entrevistados que son identificados con la oposición venezolana; además, las notas de prensa se centran en los testimonios de personas de la misma corriente política. En tanto, el canal internacional de TVN Chile, 24 Horas, ha enviado reporteros a Caracas y establecido una programación especial, en la que cuestionan la validez del sistema electoral, apelando a una cierta vulnerabilidad de este.

 En la misma línea editorial se han presentado las coberturas de medios como TVE (Televisión española), CNN en ‘español’ e inglés, BBC (Reino Unido), entre otros; todos estos medios califican a Venezuela en una etapa crucial, que pudiese derivar en un cambio, que favorecería al candidato opositor.

 Más de diez mil son los reporteros internacionales acreditados para dar cobertura a estas elecciones presidenciales, la mayoría ubicados en la capital, Caracas, los que cuentan con un centro de prensa en las cercanías del Consejo Nacional Electoral (CNE), y pueden cubrir las pautas gubernamentales, como las de la oposición.
 Los resultados de estas elecciones serán entregados por el ente rector, del CNE, una vez se cierren las mesas de votación en el país y se realice la totalización. Se estima el primer boletín se entregue pasado las nueve de la noche.

 La presidenta del Consejo Nacional Electoral pide, a la ciudadanía y a los medios de comunicación, esperar los resultados oficiales, hacer caso omiso de los sondeos y encuestas a boca de urna.
Moreno y elecciones en Venezuela: Fueron un "ejercicio democrático impecable"

En Brasil, el canciller destacó que los comicios desarrollados ayer suponen "un paso más" en la senda democrática de América Latina.

EFE/EMOL - 8 de Octubre de 2012, 12:19



RÍO DE JANIERO.- El canciller Alfredo Moreno y su par brasileño, Antonio Patriota, valoraron este lunes el proceso eleccionario en el que fue reelecto el Presidente venezolano, Hugo Chávez, y destacaron el "impecable ejercicio democrático", tras las elecciones.

 El ministro de Relaciones Exteriores de Chile manifestó que las elecciones venezolanas fueron un "ejercicio democrático impecable", que suponen "un paso más" en la senda democrática de América Latina.

 "La mayoría de los países tenemos una situación democrática que se sustenta hace bastante tiempo y que difiere tanto de lo que pasaba hace algunas décadas en nuestro continente. Creo que esto es un paso más en avanzar en la democracia, es el mejor sistema que se ha inventado para dirigir los países", afirmó el titular de la Cancillería.

 En tanto, su par de Brasil, indicó que los comicios fueron un "momento de celebración de la democracia" y elogió la tranquilidad y libertad del proceso electoral, a pesar de lamentar que ocurrieron "episodios de violencia localizados".

 "Lo importante fue la lisura del proceso y el hecho de que hubo reconocimiento, sin cualquier cuestionamiento", sostuvo Patriota junto al canciller chileno, que está de visita en Brasil, en alusión a la forma en la que Henrique Capriles, candidato opositor, aceptó su derrota en las urnas.

 El canciller brasileño reveló que telefoneó a su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, la noche del domingo, para felicitarle por el resultado.

Ambas declaraciones se dieron tras inaugurar un seminario sobre las relaciones entre Brasil y Chile, que se celebra hoy en Río de Janeiro.


Félix Povedano Mínguez
Diario REDigital – 7 de octubre de 2012
  
La oposición venezolana, grupos mediáticos y sectores políticos de la derecha internacional han apostado todo por el candidato Henrique Capriles, quien aspira a truncar el proyecto bolivariano del presidente Hugo Chávez. A estas alturas, resultan ya bien conocidas las prácticas desinformativas de los grandes medios de comunicación sobre los gobiernos progresistas de Latinoamérica, en especial sobre el de la Venezuela, del presidente Hugo Chávez, quien ostenta el peculiar honor de haber recibido en los últimos tiempos críticas más furibundas que la propia Cuba, histórica damnificada en la guerra mediática contra los pueblos no alineados con la política imperial de EE.UU.

 Pese a esta conocida realidad de ataques continuos hacia toda experiencia progresista en América del Sur, no deja de ser sorprendente la virulencia empleada por los medios españoles en las últimas semanas, con motivo de las elecciones presidenciales que se celebran mañana en Venezuela y que establecerán bien la continuidad del proyecto bolivariano del actual presidente, bien el proyecto de involución que encarna el joven aspirante Henrique Capriles, revestido con un social-liberalismo similar al de Lula y líder de una oposición por primera vez unificada y que, también de forma inédita, tiene unas expectativas moderadamente halagüeñas, aunque siempre bastante por debajo de Chávez, según la mayoría de las encuestas.

 El comportamiento agresivo de los medios informativos con los gobiernos progresistas de América Latina obedece a una razón bastante obvia –pero que por su trascendencia merece la pena señalar con perseverancia– y es la propia estructura desde la que se ejerce el periodismo en la mayoría de los casos. Los principales medios de comunicación, no se olvide, forman parte de grandes conglomerados empresariales que, con sus accionistas, anunciantes, inversores, negocios propios y cruzados y alianzas estratégicas con el poder político, elaboran la información de una manera extraordinariamente sesgada y condicionada.

 El abanico de medios que afrontan la realidad de América Latina –en general– y la de la Venezuela en particular, como una guerra de propaganda es amplísimo. En España, el ejemplo paradigmático es el diario El País, quizás porque, en su caso, la desproporción en los ataques proviene de un medio supuestamente más progresista que los demás. El editorial que el periódico de PRISA dedica hoy a las elecciones presidenciales de Venezuela supone una buena muestra de la trayectoria del diario en su cobertura del país suramericano. “Régimen autocrático”, “caudillo” o “perversión de la democracia” son algunos de los términos en los que El País se refiere al presidente Chávez, calificativos nunca empleados para regímenes que violan los derechos humanos de forma flagrante (Colombia u Honduras, por poner algún ejemplo de la zona) pero que no entran en contradicción con los intereses empresariales de PRISA. Venezuela, sí; ahí radica buena parte del problema, y es que las inversiones cruzadas de PRISA con el grupo mediático Cisneros –bandera de la derecha opositora venezolana– condicionan de manera clara el posicionamiento político del diario español respecto a la realidad de América Latina.

 Si se hace uso de hemeroteca, pueden encontrarse, en la mayoría de los medios, manipulaciones elevadas al esperpento, como la que desvela el periodista Pascual Serrano en su libro Desinformación, cuando muestra una foto cortada en la web de CNN en ‘español’, en la que se ve una fila larga de ciudadanos que, según el pie de foto, esperan para firmar contra el presidente Chávez. Ampliada la foto, se descubre que –en realidad– se trata de un mercado estatal subvencionado, donde los militares reparten pollos envasados.

 Otros asuntos, aparentemente inofensivos, como la creación de un nuevo partido por parte del presidente y demás fuerzas progresistas, pueden ser traducidos por algunos medios de comunicación como la creación de “un partido único”, que busca lograr un “control absoluto” (EFE, 16 diciembre de 2006). De la misma manera, la reforma de la Constitución, para que los presidentes pueden ser reelegidos tantas veces quieran, como sucede en España, puede dar lugar a titulares como este: “Chávez intentará reformar la constitución venezolana para ser presidente vitalicio de la República y para que su partido sea el único del país” (Web de Antena 3 TV, 3 de diciembre de 2006).

 No obstante, como se ha comentado ya, la bandera del antichavismo en España la porta el diario El País. El acoso mediático que el periódico generalista de PRISA está mostrando en esta campaña –con una crítica feroz a Chávez y un apoyo absoluto a Capriles– no es sino la continuación de una larga trayectoria que, posiblemente, tuvo su punto álgido en el editorial que realizó el periódico para justificar el golpe de Estado contra Chávez, perpetrado en 2002.

 Estos fragmentos muestran la esencia del artículo: “La situación había alcanzado tal grado de deterioro que este caudillo errático ha recibido un empujón… Autócrata peligroso para su país y el resto del mundo…Sería bueno que Chávez y algunos de sus colaboradores detenidos rindieran cuentas de sus desmanes autoritarios y corruptos ante los tribunales de su propio país”.

 Otro asunto controvertido en esta cadena de tergiversaciones informativas fue la negativa de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones a renovar la licencia de la cadena de televisión privada Radio Caracas Televisión (RCTV). Los medios españoles difundieron la idea de que se había cerrado un canal televisivo, pese a que RCTV podía seguir emitiendo por cable o satélite, sin ningún tipo de problemas. “Chávez cierra el canal privado RTVC en medio de violentas protestas”, escribía El País el 28 de mayo de 2007. En la misma línea se mostraron otros medios, como Telecinco (“La oposición a Chávez protesta contra el cierre de la televisión RCTV”, 19 de mayo de 2007), o El Mundo (“La cadena privada RCTV, clausurada por el Gobierno de Chávez, refuerza su seguridad ante el temor de que se produzca un atentado”, 27 de mayo de 2007).

 Por otra parte, las acusaciones de fraude electoral que se realizan desde algunos medios venezolanos y personalidades políticas son, también, una constante que adquiere mayor fuerza en época de comicios. Sin embargo, instituciones como la Unión Europea, la OEA, o el Centro Carter, que desde 2006 participan en las elecciones venezolanas como acompañantes, siempre han desestimado esas acusaciones, lo cual no parece ser suficiente para algunos sectores de la derecha política y mediática.

 Con un breve repaso como este al tratamiento informativo de los asuntos de Venezuela en los últimos años, puede comprenderse algo mejor la campaña desplegada en las últimas semanas por la mayoría de los medios. En esta ocasión, la tónica ha sido fomentar la idea de que el candidato Henrique Capriles ha conseguido robar el espacio público a Chávez, pese a que él goza de una supuesta superioridad absoluta en recursos y difusión mediática, una afirmación insostenible en un país donde la gran mayoría de los medios son privados y controlados por la oposición.

 Sobre el seguimiento masivo que Capriles tiene en la calle, escribía hace unos días El País, que con su rigurosidad periodística pudo, incluso, comprobar que, en los mítines de la oposición, “la actitud de la gente no era de revancha, sino de quien tiene la convicción de que hay otra forma de gobernar el país con eficacia y, sobre todo, sin arbitrariedades, sin autoritarismo, sin payasadas”.

 Así las cosas, el panorama político de Venezuela se presenta complicado, a tenor de la experiencia, que nos remite a antiguas acusaciones de fraude, injerencias políticas de gobiernos hostiles al bolivariano, grupos de presión de todo tipo y coberturas mediáticas con un alto grado de agresividad hacia cualquier programa político con carácter social que apunte a una mayor soberanía de América Latina. La previsible victoria de Hugo Chávez en estas elecciones acentuará, con probabilidad, el radicalismo de buena parte de la oposición y grupos afines.

 

Venezuela da triunfo a Chávez y desmiente a canales y diarios chilenos

Patricio López
Radio Universidad de Chile – 8 de octubre de 2012

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Se acabó el ruido. El presidente triunfó irreversiblemente y la ventaja es de diez puntos, tal como podía preverse de las encuestas más serias y como fue anticipado por Radio Universidad de Chile. El 7 – O, que convirtió a Venezuela en la capital política del mundo, sentenció un resultado crucial para el cuadro político del continente y terminó con las inexplicables ilusiones levantadas por los medios nacionales en torno a la candidatura de Henrique Capriles.

 Un poco antes de la medianoche del domingo, los rectores del Consejo Nacional Electoral (CNE) anunciaron el resultado con el 90 por ciento de los votos escrutados y con el 80.94 por ciento de participación (13 millones 677 mil votos válidos), lo que representa un nuevo récord de participación. Los resultados, definitivos respecto al ganador, indican que el presidente Hugo Chávez triunfó con el 54.42 por ciento (7.444.082 votos), mientras Henrique Capriles obtuvo 44,97 por ciento (6.150.544 votos).

 La jornada electoral que precedió la victoria de Hugo Chávez fue tranquila y madrugadora. Según informaron los observadores chilenos de la elección, ya en las primeras horas de este domingo e, incluso, desde el sábado en la noche, los venezolanos hacían fila frente a los locales de votación, cumpliendo con el llamado de los candidatos y, especialmente, del Mandatario, de concurrir a sufragar temprano, para favorecer una entrega anticipada de los resultados. Esta muchedumbre electoral fue resguardada por miles de efectivos de seguridad, quizás por la comprensión del Gobierno de que cualquier incidente iba a ser mucho más usado en su contra que de la oposición.

 Pero no sólo los venezolanos se volcaron. La expectación internacional que produjeron estas elecciones se tradujo en la presencia de miles de observadores y de 10 mil periodistas, de todas las regiones del mundo y sensibilidades políticas, cifra que, para hacerse una idea, equivale a los profesionales de los medios de comunicación acreditados en los últimos Juegos Olímpicos de Londres. Esta masiva presencia hace de estas elecciones una de las más fiscalizadas del planeta, en un país donde los 15 comicios realizados en los últimos 13 años han pasado la prueba de la blancura de la observación externa, lo cual, cabe agregar, desmiente las recurrentes afirmaciones de los canales y diarios chilenos. En tal sentido, llamó la atención el desatado apoyo a Henrique Capriles de los enviados especiales a Caracas y, especialmente de la señal internacional de TVN, que tiene presencia en varios países del continente.

 Nuestros medios estuvieron a la vanguardia del antichavismo; pero, no fueron los únicos. Durante estos meses, pero especialmente en las últimas semanas, los grandes consorcios de comunicación en castellano se esmeraron en sostener una victoria del candidato opositor, que no se fundamentaba en las encuestas serias, pero que sirvió para subrayar lo que estaba en juego. Con Chávez, desde su llegada al poder en 1998, se instaló por primera vez en el continente un gobierno que desoyó el en ese instante sagrado Consenso de Washington, del FMI y del Banco Mundial. Los alumnos obedientes sobraban y ninguno terminó bien: Carlos Menem en Argentina, Alberto Fujimori en Perú o Gonzalo Sánchez de Losada en Bolivia, quien increíblemente hablaba dificultosamente el castellano, por siempre haber vivido en Estados Unidos.

 Después de él, y bajo su influjo, vinieron Kirchner y Cristina Fernández en Argentina, Tabaré Vázquez y Pepe Mujica en Uruguay, Evo Morales en Bolivia y Rafael Correa en Ecuador. Todos los aún vivos, en los días previos, explicaron el carácter decisivo y continental de la encrucijada de Chávez. Esta convicción no sólo se refería a la política latinoamericanista de Venezuela, que se ha traducido en alianzas y apoyos concretos a sus vecinos, sino en la creación de una institucionalidad regional que, en la práctica, ha construido un contrapeso que antes no existía a la injerencia estadounidense en esta parte del mundo. De esta victoria, por ejemplo, dependían, en buena medida, intentos como el Alba, respuesta al ALCA (Acuerdo de Libre Comercio para las Américas) estadounidense: y el CELAC, creado en 2010 y que incluye a todos los países de la región salvo Estados Unidos y Canadá, el cual es presidido, pro tempore, por el mandatario chileno, Sebastián Piñera.

 En nuestro país, también, las elecciones se vivieron con intensidad y posturas sorpresivas. Entre las ya previsibles, resaltó la de los diputados José Manuel Edwards (RN) y Mónica Zalaquett (UDI), quienes concurrieron a apoyar a los venezolanos que votaban en Chile, a pesar de que ellos y sus partidos se han opuesto tenazmente al derecho a voto de los chilenos en el extranjero. Y la del precandidato de la Concertación, Andrés Velasco, quien afirmó, en su cuenta de Twitter, que “hoy Venezuela vota para recuperar su democracia, tal como lo hicimos en Chile el 88. La mejor suerte a Capriles y su equipo”.

 Luego de conocido el triunfo, el presidente Chávez debe enfrentar dificultades significativas, de la talla del cáncer que lo ha aquejado. Primero, en lo más concreto y próximo, deberá lograr una victoria consistente en las elecciones parlamentarias de diciembre, para que su programa sea aplicado con la profundidad prometida. Segundo, tendrá que hacerse cargo del ‘talón de Aquiles’ de su gobierno, que no ha logrado zafarse del todo, especialmente en el nivel local, de las prácticas de clientelismo y corrupción que caracterizaron las desprestigiadas décadas pasadas del duopolio político de COPEI y Acción Democrática. Tercero, deberá proponerse un nuevo salto luego de bregar por la soberanía sobre el petróleo, saliendo del modelo exportador primario hacia uno con mayor valor agregado. Y, por último, deberá lograr que su revolución bolivariana sea, como él ha dicho, una realidad irreversible, en un país donde, más allá de las quejas, los terratenientes han sobrevivido a la Reforma Agraria, el 80 por ciento de la Banca es privada y un 85 por ciento de los medios de comunicación están en manos de la oposición. Nada fácil, en apenas seis años.