Asesinaron, torturaron y desaparecieron.LA LISTA DE ASESINADOS POR LA “DEMOCRACIA” CHILENA
Asesinados desde 1990 /
Más de 70 personas han sido asesinadas por los aparatos represivos del
Estado desde que Pinochet dejó el poder. Víctimas de políticas
sistemáticas de represión o de excesos policiales, la lista crece año a
año así como impunidad de la mayoría de los asesinos. Ésta es la
historia de algunos de ellos, la de 57 ejecutados y 1 Detenido
Desaparecido, todos en democracia, todos durante los gobiernos de la
Concertación.
POR Felipe Gutiérrez Ríos
La tortura, los asesinatos y las desapariciones no se acabaron cuando
Pinochet dejó el poder. Esto lo saben bien en poblaciones y comunidades
mapuche, lo sabían también las cúpulas de los movimientos armados de los
noventa. Las reglas cambiaron pero no tanto.
Hay
nombres que escapan a la presente investigación y eso se debe a que la
información que aparece en muchos casos es confusa y tiene pocas
fuentes. Hay aquí un grave déficit de la prensa que en su momento no
supo –o no quiso- recoger ni seguir los hechos.
Revisar
la lista ROJA de la democracia chilena es un ejercicio de historia;
primero escrita con los nombres de guerrilleros asesinados por sus ex
compañeros, luego por apellidos mapuche, y siempre atravesada por los
nombres de pobladores pobres y sin voz. La historia es la misma: la
prensa no aparece o minimiza lo hechos, los incidentes siempre son
confusos, rara vez hay responsables. La democracia chilena tiene grandes
deudas, con su modelo económico, con sus pueblos originarios, con sus
formas de desarrollo. Ésta es la más grande.
“Da lo mismo quien gobierne, van a torturar igual”
El sábado 29 de marzo de 2008 en el marco del día del joven combatiente,
Johnny Cariqueo miembro del colectivo anarquista Puño en Alto,
participó de una marcha que culminaría con la inauguración de la plaza
29 de marzo en Pudahuel.
Una
vez terminado el acto y luego de eludir un primer cerco policial,
Johhny es arrestado junto a dos amigos y llevado a la 26° comisaría de
Pudahuel. El siguiente es el relato entregado por testigos durante el
foro “Tortura, ¿Pasado y Presente?”, realizado en julio del año pasado
en la Universidad Academia de Humanismo Cristiano. “Johnny sufría de
problemas cardíacos y a consecuencia de las brutales golpizas y
constantes azotes propinados por carabineros durante su detención,
comenzó a sentir un intenso dolor en el pecho y un brazo, dando un
desesperado aviso de su situación al personal policial encargado de su
vigilancia. El carabinero que lo vigilaba, le señaló que sólo le daría
atención cuando lo viese 'tirado en el suelo, tiritando y vomitando'.”
Finalmente
Johnny es trasladado al SAPU de Pudahuel, en dónde los médicos le ponen
una inyección y señalan que es urgente hacerle unos exámenes. Los
carabineros no hicieron caso y es trasladado nuevamente a la comisaría,
donde siguió siendo torturado. Al día siguiente lo liberan, pero al
llegar a su casa comienza a sentir síntomas de infarto y finalmente
muere en su cama el día lunes 31 a las 14:00.
“Los
que lo reprimieron son los mismos con quienes yo salía antes a dar la
lucha callejera”, dijo el papá de Johnny en el mismo foro. “Son los
mismos pero ahora son agentes de la ANI. Da lo mismo quién gobierne,
porque van a torturar igual, por pensar distinto”.
También
en contexto de protestas fueron asesinados el 4 de septiembre de 2001
Cesar Cabello, de 15 años, mientras observaba una barricada en La
Pincoya y José Vera, arrollado por un auto de carabineros en la
intersección de Grecia con Vespucio. También en 2008 muere de un edema
pulmonar provocado por los golpes de carabineros Marcelo González Rojas,
que participaba en una barricada levantada en el paradero 28 de Santa
Rosa.
Más
conocidos fueron los casos del estudiante de la Universidad de
Tarapacá, Daniel Menco, asesinado en mayo del 99 por el funcionario
policial Norman Vargas de un disparo en la cabeza con una escopeta
Winchester calibre 12, supuestamente prohibida en éste tipo de
manifestaciones. También contó con amplia cobertura el asesinato del
trabajador forestal Rodrigo Cisternas ocurrido en mayo del 2007. Rodrigo
recibió una ráfaga de al menos tres miembros de las Fuerzas Especiales
luego de utilizar maquinaria forestal –un cargador frontal- para
embestir los vehículos blindados que intentaban desalojar la ruta que
une Arauco y Lota, tomada por los obreros. A cargo del procedimiento
estuvo Iván Bezmalinovic Hidalgo, hoy Prefecto de la Provincia de
Malleco.
…al mapuche por luchar
Durante
la noche del 3 de enero de 2008, un grupo de 30 comuneros mapuche
ingresan al fundo Santa Margarita, de la comuna de Vilcún, que está a
nombre de Jorge Luchsinger y es reclamada por la comunidad Llupeco
Vilcún.
Al
percatarse de la fuerte dotación policial del sector, el grupo comienza
a quemar fardos de pasto. Según el audio entregado por la Central de
Comunicaciones de Carabineros (CENCO) los comuneros sólo estaban
atacando con piedras. Es ahí cuando se escucha la orden, “métele un
balazo”. El cabo Walter Ramírez acusa recibo y dispara su
subametralladora UZI. Una bala entra por la espalda en el pulmón de
Matías Catrileo, estudiante de agronomía de la UFRO. Muere minutos
después.
Una
vez hechos los peritajes, que confirman que la bala entró por la
espalda y no hubo enfrentamiento, se desecha la primera teoría de
carabineros, que acusaba legítima defensa. La Fiscalía Militar de
Temuco, acusó a Ramírez de “violencia innecesaria con resultado de
muerte”. Actualmente Ramírez trabaja en CENCO –la misma central que
confirmó su asesinato- de la región de Aysén y recibe asignación de
zona.
Seis
años antes y en circunstancias similares había sido asesinado el
comunero Alex Lemún Saavedra, durante la ocupación del fundo Santa
Elisa, propiedad de la Forestal Mininco. El mayor Marco Aurelio Treuer
utilizó una escopeta Winchester calibre 12, al igual que en el asesinato
de Daniel Menco. En 2009 también resulta muerto Jaime Mendoza Collio,
durante la ocupación del fundo San Sebastián por parte de su comunidad.
El autor de los disparos, el cabo Patricio Jara Muñoz, alegó legítima
defensa, presentando su casco y chaleco antibalas con numerosos impactos
de balines. Un informe de la Policía de Investigaciones confirmó que
dichos impactos habían sido hechos de manera posterior.
Estas
historias, que han sido expuestos a la comunidad nacional como hechos
aislados son, en rigor, parte de una sistemática política de represión
contra el pueblo mapuche. Pero estos tres conocidos casos no son los
únicos.
Jorge
Suárez Marihuan, hermano del lonko de la comunidad de Malla Malla en el
Alto Bío Bío, fue encontrado muerto el 11 de diciembre de 2001 en la
ribera del río Queuco, luego permanecer desaparecido por 6 días. La
comunidad denunció una golpiza por parte de un grupo de desconocidos,
que habrían actuado en complicidad con la policía. Cerca de ahí, en el
sector de Cañicú, habían sido asesinados 5 meses antes los hermanos
Agustina y Mauricio Huenupe Pavián. Según el relato del werkén Pedro
Suarez, un grupo de colonos habría atacado la casa donde se encontraba
una veintena de personas, la mitad de ellos niños. Entraron por la
ventana y al encontrarse con Mauricio le disparan. Agustina intenta
escapar pero es alcanzada por las balas a metros de la casa. Según el
mismo relato, luego de ser asesinada le habrían cercenado los senos.
Ningún carabinero se hizo presente, pese a los insistentes llamados de
la gente de la comunidad. Tanto Jorge como Agustina y Mauricio eran
activos dirigentes a favor de las recuperaciones de terrenos y
opositores a la instalación de hidroeléctricas.
Durante
un allanamiento ocurrido en 2006 en el sector de Bollilco Grande, Nueva
Imperial, fue asesinado el lonko Juan Collihuin Catril por el sargento
Luís Mariman. Al lugar llegaron carabineros acompañados por un grupo de
civiles, no contaban con orden judicial y ocurrió de madrugada. El año
anterior había sido atropellado por un camión forestal Zenén Díaz Necul
de 17 años durante un corte de la ruta 5 sur. Hasta ahora nadie ha sido
procesado por el hecho. En 2004 fue asesinado en una riña al interior de
la Ex Penitenciaria de Santiago Julio Huentecura Llancaleo. Luego de
haber sido detenido en Osorno, fue trasladado a Santiago no
reconociéndole su condición de preso político. Julio jamás debió ser
puesto junto a los reos comunes.
El maldito 11
La
lista de caídos durante los aniversarios del golpe es la más extensa.
Comienza en 1993, durante los enfrentamientos entre la policía y los
manifestantes que marchaban hacia el cementerio general. Ahí cae de un
disparo en la nuca el militante de las Juventudes Comunistas José
Octavio Araya, de 18 años. Durante la misma manifestación muere
arrollado por un carro lanza aguas, Sergio Calderón Beltrami. Según un
informe de Amnistía Internacional, el atropello fue deliberado y en el
lugar se encontraba otro vehículo policial que no impidió los hechos. En
1994 ambos casos se perdieron en la fiscalía militar.
En las protestas de 1995 es asesinado Nelson Riquelme Albornoz, de 16 años, durante una manifestación callejera en San Miguel.
La
estudiante de danza de la Academia de Humanismo Cristiano, Claudia
López, cae entre las balas, las bengalas y las bombas lacrimógenas de la
policía en 1998. La joven anarquista participaba en unas barricadas en
Recoleta cuando es alcanzada por ráfagas de bala que le dan en la
espalda. Muere en el lugar. El mismo día, en las inmediaciones de la
Estación Mapocho, muere el dirigente comunista Cristian Varela Ávalos de
un derrame cerebral provocado por los gases lacrimógenos.
Al
año siguiente son asesinados dos jóvenes de 22 años. De un ataque al
corazón producto de las bombas lacrimógenas muere Jaime Pinchilef Iturra
en la población Confraternidad de San Bernardo. Jaime era evangélico.
Mientras que en Vespucio, casi al llegar a Grecia, varios manifestantes
intentan cortar la calle con una barricada. Cuando un auto intenta
pasar, es apedreado. De él se baja el ex sargento de carabineros Jaime
Molina y comienza a dispararle a los manifestantes. En el lugar muere
Boris Gatica Vidal.
Más
recientemente, en 2005, cae asesinado el menor de 16 años Cristián
Castillo Díaz. A eso de las una de la madrugada una certera bala de 9
milímetros da en el corazón del Mapa, como se le conocía en Lo Hermida.
Aunque la policía quiso desligarse del hecho, acusando a encapuchados,
finalmente el carabinero Daniel Cabrera Hinostroza, reconoció su autoría
señalando que el arma la había conseguido en el mercado negro y que es
habitual que personal de la institución utilice armamento por su cuenta
en éste tipo de actividades. En esa ocasión, Manuel Fuentes, uno de los
testigos señaló: “Apuesto que la muerte del Mapa va a quedar en el
olvido. Van a decir que al loco lo mataron en un 11 de septiembre por
andar protestando y por ser vándalo. Ahí va a quedar, te lo aseguro”.
Defender la democracia con armas de la dictadura.
Bajo
la política de que “ya no es momento para hacer cosas
antidemocráticas”, tanto la Dirección de Inteligencia de Carabineros
(DIPOLCAR) como el Consejo de Seguridad Pública, “La Oficina”
utilizaron, en diversas ocasiones, las peores armas de la dictadura.
El
18 de diciembre del 91, una patrulla detiene el auto en que iban
Enrique Torres Saravia, Ignacio Escobar Díaz y Sergio Valdés Valdés,
todos militantes del Movimiento Juvenil Lautaro (MJL) que acababan de
asaltar una sucursal bancaria en Coquimbo. Testigos señalaron que se les
había disparado en el suelo y negado la asistencia médica. El año
anterior había sido asesinado Marco Ariel Antonioletti, lautarista que
se alojaba en la casa de Juan Carvajal, que posteriormente sería asesor
de Bachelet. Al darse cuenta de su identidad, Carvajal dio aviso al
Ministerio del Interior. Marco en lugar de ser capturado, fue fusilado
de un disparo en la frente.
En
1992 los rodriguistas Alexis Muñoz Hoffman y Fabián López Luque son
acribillados sin oponer resistencia en una casa en Ñuñoa luego de
asaltar un camión de valores. El mismo año son asesinados los frentistas
José Miguel Martínez, Mauricio Gómez Lira y Pedro Ortiz Montenegro. Al
intentar escapar de la Ex Penitenciaria, son alcanzados por las balas de
los gendarmes y luego rematados en el suelo. Norma Vergara Cáceres,
militante del MJL, fue asesinada por la DIPOLCAR a la salida de un
restaurante en 1993.
Entre
1990 y 1998 mueren en enfrentamientos con la policía los lautaristas
Julio Eyzaguirre Reyes, Aldo Norambuena Soto, Pablo Muñoz Moya, Andrés
Soto Pantoja y José Luis Oyarzún, los rodriguistas Luis González Rivera,
Emilio González González, Odín Moena Adasme, Tiburcio Cid Álvarez, Juan
Francisco Fuentes, Mauricio Cancino Garín, Francisco Díaz Trujillo y
Fernando Soto Durán además de los miristas José Héctor Aguilera Suazo y
Mario Vásquez Gutiérrez.
El
más dramático de todos estos hechos ocurrió el 21 de octubre de 1993,
cuando un grupo de 5 lautaristas asaltan la sucursal del Banco O´Higgins
en la Av. Apoquindo 6417. Al salir, abordan una micro de recorrido
intercomunal y son alcanzados por la policía en la intersección con
Manquehue. Rodeando el bus, en el que iban más de veinte personas,
comienzan a disparar. Cerca de trescientas balas recibió la micro según
peritajes de la época, una verdadera matanza. En el lugar murieron los
pasajeros Marcos Villegas, Tatiana Navarro Valdés y Gabriela Castillo
Díaz y los lautaristas Alejandro Sosa Durán, Raúl González Órdenes y
Yuri Uribe Toro.
Excesos policiales
La
noche del 3 de septiembre de 2005 un grupo de amigos de la población
Mirasol de Puerto Montt comienza a lanzarle piedras a un vehículo
policial. Éste se retira y luego regresa con refuerzos. Ahí es detenido y
subido a una patrulla de la 5° Comisaría de Puerto Montt José Huenante
Huenante de 16 años. Desde entonces está desaparecido. Cuatro años
después son dados de baja por el hecho los carabineros Juan Altamirano,
Patricio Mena y César Vidal. Es el primer caso de un Detenido
Desaparecido en democracia.
A
éste hecho se le suman una serie de otros asociados a la excesiva
violencia policial, como es el caso de Yovani Reyes Sepúlveda, que según
informa su defensa fue detenido, golpeado y obligado a ingerir las
bolsitas con marihuana y cocaína que portaba en el momento de la
detención, muriendo en la celda. Óscar Ponce Pozo murió en el Hospital
Regional de Copiapó luego de ser golpeado por cinco carabineros que lo
fueron a buscar a su casa luego de una denuncia por violencia
intrafamiliar.
Según
el estudio de la FLACSO “Denuncias por actos de violencia policial en
Chile” que abarca el periodo entre 1990 y 2004, hay 56 denuncias por
violencia innecesaria con resultado de muerte en calabozos. No existe un
estudio actualizado pero los números son decidores. Los excesos
policiales no son hechos aislados, es el resultado de la impunidad que
les otorga todo un sistema de defensa institucional.
No
podía ser de otra manera. El último día de la Concertación en el poder,
el 10 de marzo de 2010, una patrulla de infantes de marina detiene,
asesina y abandona en una cancha de fútbol al cartonero Daniel Riquelme
Muñoz, por violar el toque de queda en Hualpén. Se fueron con las manos
manchadas. Esa fue la democracia que forjaron. Diga democracia entre
comillas si lo prefiere.
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*Publicado originalmente el 24 de Octubre de 2010 en Diario Uno.