Punto Final
Alejandro Wolff,
embajador de Estados Unidos, junto al contralmirante Marco Amigo,
comandante del cuerpo de Infantería de Marina; el general Leonardo
Martínez, director de Operaciones Internacionales del Estado Mayor
Conjunto; y el coronel James Quinn, comandante del grupo militar de la
embajada de EE.UU. en Santiago, inauguraron el centro de entrenamiento
para personal de operaciones de paz en zonas urbanas. “Este es el primer
proyecto de su tipo que se levanta en Chile para apoyar la capacitación
de personal encargado de ejecutar operaciones de mantención de la paz o
la estabilidad civil”, afirma la embajada norteamericana en su página
web. La estrecha relación chileno-norteamericana en materias militares y
policiales la destacó el secretario de Defensa de EE.UU., León Panetta,
en su visita a Chile a fines de abril.
Desde 2002, el número de
tropas latinoamericanas entrenadas en programas estadounidenses ha
aumentado en más del 50 por ciento. Se entrena también a policías en
tácticas de infantería ligera. El Comando Sur -Southcom- tiene
actualmente más personal militar en Latinoamérica que todas las otras
agencias federales y civiles norteamericanas juntas.
Según la web Defense Video & Imagery Distribution System (dvidshub.net),
“la base será administrada por las fuerzas armadas chilenas en futuras
operaciones de la ONU”. El nuevo complejo ocupa una gran extensión. El
Fuerte Aguayo, de Concón, alberga al destacamento de Infantería de
Marina Nº 2 “Miller”. La instrucción en Concón corresponde a la fase de
formación de soldados de 16 países de Latinoamérica. Se usará otras
cinco veces este año. Matías Rojas, periodista y editor de la web Verdad Ahora ,
quien ha investigado las conexiones de EE.UU. en Chile, sostiene que
“bajo la cubierta de ‘operaciones de paz’ de la ONU, la base pasará a
ser administrada indirectamente por EE.UU. Según la página del Comando
Sur, la instalación fue construida con el fin de apoyar las actividades
del Centro Conjunto para Operaciones de Paz (Cecopac) y la Iniciativa de
Operaciones para la Paz Mundial del Departamento de Estado (GPOI). El
programa es financiado por el gobierno estadounidense a través de las
PKO, que se encarga de extender el alcance de las operaciones militares
de Naciones Unidas. PKO es manejada a su vez por la Dirección de Asuntos
Político Militares del Departamento de Estado. En su web, admite que su
función es ‘mantener el acceso global de las fuerzas militares de
Estados Unidos’”.
EE.UU. Y CHILE, “BUENOS AMIGOS”
La
prensa chilena informó -pero luego omitió- la presencia en la
“instrucción” de efectivos de las fuerzas especiales de Carabineros y de
la Policía de Investigaciones, lo que causó indignación en organismos
de derechos humanos y en parlamentarios. También, la apariencia de los
civiles que “enfrentan” a los entrenadores: jóvenes con pañoletas
palestinas o encapuchados. La capitana de Carabineros Nathalie Muñoz,
aparece adiestrando a “estudiantes en tácticas policiales”, en
dvidshub.net. Militares y policías reciben instrucción de guerra urbana y
operaciones de paz. El estudio Soldados en ciudades: Operaciones militares en terreno urbano ,
publicado por el Army War College, señala que las operaciones MOUT “se
han posicionado a la vanguardia de la doctrina y la planificación
militar de EE.UU.”, y pueden incluir “operaciones de estabilidad y apoyo
(Saso) como intervención humanitaria y operaciones de mantenimiento de
la paz, como también operaciones antiterroristas, interdicción de
narcóticos y operaciones de evacuación de no combatientes”. El capitán
Claudio Zanetti, director del Cecopac, afirmó: “Tenemos una relación
grandiosa con Army South y esperamos trabajar y entrenar con ellos en
operaciones venideras”. Sobre la instrucción agregó: “Se les entregan
las conductas básicas, se les enseñan cuáles son las técnicas de
negociación para poder lograr una solución sin hacer uso de la fuerza,
se les enseñan cuáles son las técnicas para construir un convoy, y así
en cada una de las técnicas”.
“Es una forma encubierta de
intromisión”, sostiene el diputado Rodrigo González (PPD). “En los
ejercicios participan efectivos de la PDI y de Carabineros. Es un
estereotipo que los señuelos sean ‘encapuchados’ y sujetos con pañuelos
palestinos. Me preocupa que este entrenamiento pudiera extenderse a
efectivos que no sean de las fuerzas armadas. Acá hay una
infraestructura que ha sido edificada con fondos norteamericanos, en un
fuerte militar chileno. No es posible que nuestras fuerzas armadas estén
siendo entrenadas para operar en zonas urbanas civiles”, agregó.
Para
la Comisión Etica contra la Tortura (CECT), la seguridad no puede
reducirse a resguardar intereses de transnacionales, sus socios y el
sistema económico: “El pueblo tiene el legítimo derecho a organizarse, a
manifestar públicamente sus planteamientos, sus demandas en pro de una
sociedad con más derechos humanos. Las fuerzas armadas tienen como
misión el resguardo de la soberanía nacional. Por tanto, constituye una
traición a la patria su subordinación a los dictámenes del ejército
norteamericano, cuyas acciones devastadoras han sido padecidas por la
Humanidad a lo largo de la historia de los siglos XIX, XX y los inicios
del XXI y, particularmente por Chile, luego del golpe de Estado del 11
de septiembre de 1973, que encarnó asesinatos, desapariciones,
encarcelamientos y torturas durante 17 años de dictadura militar”.
MILITARES NORTEAMERICANOS EN CHILE
El
MOUT de Concón evidencia la estrecha relación militar entre Chile y
Estados Unidos. En 2010, la visita del presidente Obama significó la
firma de un tratado de cooperación con la Agencia Nacional para el
Manejo de Emergencias (Fema). En 2011, el Ministerio de Defensa firmó un
acuerdo de cooperación con el general Douglas Fraser, comandante de
Southcom, que propuso la creación de “protocolos” para apoyar a países
afectados por desastres naturales, proporcionándoles “asistencia
militar”. En marzo, en el consejo militar del ejército participó Stephen
Johnson, director del Area de Latinoamérica del Centro de Estudios
Internacionales y Estratégicos de EE.UU. Allí el comandante en jefe del
ejército, Juan Miguel Fuente-Alba señaló la necesidad de un análisis
“relacionado con los eventuales roles que podrían asumir las fuerzas
armadas y el ejército en particular, dados los complejos y actuales
escenarios que se generan en el ámbito de la seguridad, al momento de
preservar los valores, intereses y bienes que la propia sociedad busca
cautelar… Podrían surgir nuevas responsabilidades que deberían estar
claramente identificadas, comprendidas e implementadas por el ejército”.
El acuerdo de 2011 permite el despliegue de tropas
estadounidenses en suelo chileno, se dijo, ante alguna situación de
emergencia o crisis que sobrepase al ejército chileno. La visita de
Panetta a Chile coincidió con la tercera fase del PKO-A.
Durante la
suscripción del acuerdo de cooperación con el Comando Sur -firmado por
el subsecretario de Defensa, Oscar Izurieta-, el general Douglas Fraser,
comandante del Comando Sur y general de la fuerza aérea estadounidense,
condecoró a militares chilenos por servicios prestados en Haití. El
objetivo del Comando Sur es controlar la “estabilidad política de
Sudamérica” por medio de la instalación de bases estratégicas y la
instrucción militar de sus soldados en la ex Escuela de las Américas. El
Comando Sur “protege” los intereses del gobierno de EE.UU.
implementando programas y políticas para militarizar el continente bajo
el pretexto de hacer frente al narcotráfico, terrorismo y, hoy, a los
desastres y emergencias. El último movimiento del Comando Sur fue el
golpe de Estado en Honduras (2009).
En 2001, la Escuela de las
Américas -que instruía a soldados latinoamericanos en técnicas de
tortura y antisubversión-, cambió su nombre a Instituto del Hemisferio
Occidental para la Cooperación de Seguridad (Whinsec) y sigue
adoctrinando en función de los intereses de EE.UU. Sólo Argentina,
Bolivia, Venezuela y Uruguay han cesado el envío de militares a dicha
escuela. Chile ha enviado un promedio de 190 por año. Según el Equipo
Latinoamericano de School of the Americas Watch (Soaw) -el observatorio
de la Escuela de las Américas-, es urgente su cierre. Tampoco consideran
necesario que las fuerzas armadas “ayuden” en emergencias, pues por su
formación están preparadas para la guerra.
El diputado comunista
Hugo Gutiérrez exigió suspender el entrenamiento en Concón de militares,
Carabineros y PDI. Gutiérrez visitó el Fuerte Aguayo junto a los
diputados Sergio Aguiló y Rodrigo González. “Mi preocupación es que lo
que están haciendo aquí es convertir al ciudadano en un enemigo, ya sea
dentro de un conflicto armado de baja intensidad, conflicto armado entre
países o dentro del contexto de una protesta social”, dijo.
Publicado en “Punto Final”, edición Nº 757, 11 de mayo, 2012