Regularmente estamos recibiendo noticias de nuestros compañeros portuarios, especialmente desde Huasco y Bío–Bio. Por lo mismo no dudamos en publicar y difundir en nuestros medios informativos el llamado que hicieran a un Paro Nacional para el 15 y 16 de Febrero, paralización que tuvo un alto nivel de adhesión en los principales puertos de Chile.
“La segunda jornada del paro nacional del sector portuario repitió dos imágenes del primer día de movilización: el 80% de adhesión de los puertos con naves a la huelga y la indiferencia del gobierno. Así lo aseguró uno de los voceros de la Unión Portuaria de Trabajadores de Chile, Robinson Ávalos, quien afirmó que los puertos que se sumaron al paro ayer fueron los de Iquique, Coquimbo, Huasco, Antofagasta (por cuatro horas), además de todos los del Biobío. En tanto, Punta Arenas y Puerto Montt se unieron con manifestaciones ya que no tenían naves en sus puertos. “Aunque seguimos descolgados de Valparaíso, el 80% de los puertos que tienen naves están parados”, aseguró Ávalos”
* Diario Financiero, 17 de febrero
Los portuarios, junto a sectores de trabajadores del cobre – sindicatos en negociación colectiva que van a huelga y algunas movilizaciones de contratistas – han sido capaces de unir la palabra con la acción. Paralizar faenas y confrontar a su contraparte así como a las políticas de Estado que permiten muchos abusos. Algo similar ha ocurrido en algunas faenas forestales y por supuesto en las huelgas legales que cada cierto tiempo se suceden. No podemos dejar fuera de este balance a las organizaciones de la administración pública, los trabajadores de la salud, trabajadores municipales, profesores y trabajadores de la educación. Tampoco a los pobladores ni a los estudiantes, ni a los usuarios del Transantiago quienes sin dirección alguna han sido capaces de suspender el transito por decenas de minutos, en algunos lugares de Santiago.
Es claro, hay movilizaciones. Sin embargo esto parece no ser suficiente para romper con la marcada apatía que se observa en miles y miles de trabajadores y ciudadanos, que las miran desde afuera, sin involucrarse.
Mas allá de discursos altisonantes, de efectistas por sobre efectivas evaluaciones, lo concreto es que muchas de estas movilizaciones pasan desapercibidas para el común ciudadano, o son desvirtuadas por el sistema.
Con seguridad que hay razones para no publicar las evaluaciones, pero tiene que buscarse un mecanismo para que los organizados y no organizados conozcan de los éxitos y fracasos.
La baja adhesión a los sindicatos, la dispersión, así como la desconfianza y el desencanto, tienen una explicación y debemos dar con ella. Los trabajadores no quieren ya nada con una forma de hacer organización que no les representa. Y esto también vale para las organizaciones sociales y poblacionales.
Siempre será importante la adhesión de dirigentes y personalidades, que con frecuencia concurren a la firma de textos que luego se distribuyen por Internet, sin embargo es a todas luces insuficiente. Hay que ir mas allá del comunicado de prensa, no basta congregar a convencidos activistas y militantes en un sector preestablecido.
Trabajar por desarrollar y fortalecer la conciencia de clase es la tarea.
Las organizaciones sociales, sindicales y políticas deben mejorar urgentemente sus mecanismos de comunicación y propaganda.
La grandilocuencia debe ser reemplazada por el trabajo de hormiga, contacto de persona a persona. Ir al pueblo, no esperar que éste responda a la sola invitación de cualquier figura importante. No serán estas figuras las que logren los cambios, para eso hace falta una masa organizada y en movilización permanente y hay que construirlo pues no lo tenemos.
Es necesario insistir con la construcción de un instrumento para la difusión de las actividades. Mas y mejor información, mejor coordinación, mas apoyo colectivo, en fin, todo lo necesario para que cada vez sean mas los sectores que estén al tanto de lo que pase y actúen en conciencia.
Algunos de los elementos expuestos con anterioridad, se ven claramente reflejado en el reciente paro portuario así como en la justa rebelión que está en desarrollo en la XI Región.
Las organizaciones convocantes tienen argumentos más que suficientes para justificar sus demandas y las acciones definidas. Nuestra obligación es apoyarlas.
Claramente el resultado será mérito exclusivo de los convocantes, pero la obligación de quienes no estamos en la zona o no participamos del sector que convoca, es hacer todo lo que se pueda para que ellos no se sientan solos. Desde cadenas de correos nacionales e internacionales, pasando por comunicados que dan cuenta del desarrollo de los hechos, hasta el apoyo financiero para sostener el movimiento.
Para ejemplificar aún más lo planteado, exponemos a ustedes un grave hecho, ocurrido el 13 de febrero y que llegó a nosotros 4 días después. Pese a lo breve del texto queda claro que los represores actuaron sobre seguro.
“Con 15 detenidos termina desalojo en Alto Hospicio el 13 de febrero de 2012
Carabineros de fuerzas especiales, desalojó a 18 familias en el sector La Pampa comprendido en las calles Polonia con Gladys Marín de Alto Hospicio, resultando 15 personas detenidas por intentar evitar la destrucción de sus mediaguas. Los terrenos pertenecen al Serviu (Servicio de Vivienda y Urbanismo) y la acción policial se ejecutó con la autorización de la gobernación provincial de Iquique.
¿Cuanto sabemos de él, como fue difundido, que medidas practicas de apoyo y solidaridad se tomaron, en que estado se encuentran los afectados?
Una explosión social que deje resultados que se sostengan en el tiempo, solo es posible de lograr con una gran organización, ya que será esta organización - pertrechada de todas las herramientas para evitar su silenciamiento – la que marque los pasos futuros de esta sociedad en rebelión.
Mientras no contemos con el instrumento, la disposición y la decisión, seguirá sucediendo que producido el hecho algunos patudos inician conversaciones a espaldas de los afectados, acuerdan soluciones de parche y dan por terminado el problema. Después la prensa hace su trabajo para que todo siga igual o casi igual, hasta el próximo reventón.
En tanto que logremos lo que pretendemos, al menos hay que orientar a la población a tener suficiente visión para que cuando tenga que votar (y si es que quiere hacerlo) no siga eligiendo a los mismos que hasta ahora poco o nada hacen por ella.
Organizados hasta podemos tener nuestro propios candidatos, representantes de nuestros proyectos. Eduquemos en eso.
MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T CHILE