martes, 6 de diciembre de 2011

América Le Atina desde abajo con libros abiertos y letras en fiesta popular

A la calle no hay quien la calle:
América Le Atina desde abajo con libros abiertos y letras en fiesta popular

            Una construcción autogestionada y a pulso por muchas organizaciones sociales, colectivos y editoriales populares fue lo que se vivió durante los días 2, 3 y 4 de diciembre en la calle República en el centro de Santiago en lo que fue la Primera Feria Latinoamericana del Libro Popular “América Le Atina desde abajo”.

            Tres días de intensa jornada con más de 60 stands de editoriales y organizaciones sociales de diferentes países se abrió un importante espacio para la cultura accesible de forma gratuita y con libros que no iban más allá de los cinco mil pesos.

            Editoriales independientes y autogestionadas de Argentina, Bolivia, México y Chile dispusieron sus publicaciones en mesas achicharradas de sol y despeinadas de viento.  Publicaciones que no pasan por circuitos oficiales y que ofrecen un material difícil de conseguir en otros espacios.

Esta Feria es la muestra de que existen organizaciones que sistematizan y testimonian el Chile desaparecido de la tele, pero latente de vida, y que existen centros de pensamiento como la Universidad de Los Lagos que cree en este tipo de iniciativas y pone a disposición su infraestructura y el personal sin trabas administrativas, demostrando que la buena voluntad es posible aún.
Aún cuando Carabineros calculó en miles de personas que se congregaron en torno al libro popular, lo sustantivo es lo que la organización rescata y que demuestra que la autogestión es vida, es color, es creer y es hacer un Chile que todavía se construye a pulso.

La calle se tomó la palabra

Diversos conversatorios y actividades paralelas marcaron las tres jornadas. Difícilmente se pueden mencionar todas, pero vale la pena comentar que algunos temas que marcaron la feria fue sobre los movimientos sociales, el rol de los medios de comunicación ante el movimiento estudiantil, sexualidades y activismo, transgénicos y plaguicidas, la criminalización de los movimientos sociales, temas ambientales como resistencias comunitarias y justicia ambiental, la criminalización de la protesta social, de recuperación territorial y reconstrucción del pueblo mapuche, de plaguicidas y transgénicos, de experiencias de autogestión educativa en Latinoamérica, todo eso amenizado con danza, cantos, teatro y carnavales.

Además de los más de 15 espacios de conversación, estuvieron interpretando su calle los grupos Juana Fe, Los trukeros, Sandino Rockers, la Culebrera, Sudaka Sound System, Animita, Señal de Frente Sur, Pancho Villa, Mario Rojas, y muchos más. Cómo omitir el carnaval contagioso de la Rim bam bum, de la Escuela Carnavalera Chin Chin Tirapié y el colorido tinkunazo andino que pese al intenso calor, recorrieron el barrio llamando a los vecinos marcando la inauguración y el cierre de cada jornada.

A todas esas actividades, se debe suman algunas actividades que se realizaron en los días previos a la Feria. Dentro de ello, se puede comentar la participación del prolífico periodista uruguayo Raúl Zibechi, quien estuvo el día jueves 1 de diciembre en un conversatorio sobre movimientos sociales en la Casa Central de la Universidad de Chile, bastión de la lucha estudiantil.

También hubo teatro en salas y en la calle, talleres para niños y adultos que se pintaron las caras y se entretuvieron toda la tarde. Espacio para las historietas y Comics y por supuesto, muchísimos libros que se lanzaron  y devolvieron la dimensión de este objeto cultural como tejido y encuentro y dejaron atrás la dimensión de mercancía que el neoliberalismo ha pretendido imponerle.

            Los colectivos y editoriales hicieron un enorme esfuerzo para montar una feria con estas dimensiones y esta naturaleza, y rescatan las numerosas organizaciones, colectivos y editoriales que levantaron este espacio cultural, sobretodo, tomando en cuenta que a seis semanas de la actividad, la Ilustre Municipalidad de San Miguel negó el permiso para utilizar los espacios públicos de esa comuna que se habían acordado con meses de anticipación. Esto evidencia que en Chile se ha vendido tanto la palabra que ya no sabemos darla.

“Así se escribe una nueva historia”

Mario Ramos, uno de los organizadores expresó que “estamos seguros que atreviéndonos a construir estos espacios, compartiendo lo que somos, conversándola y de a poco y con calma -si no hay apuro- la palabra volverá a ser dada para escribir una nueva historia, de nuestro Chile, del de abajo”.

La frase que enmarcó toda esta Feria, “a la calle no hay quien la calle”, explica que este espacio ha sido construido a pulso, con diversas organizaciones que están pintando las páginas de un nuevo Chile que de a poco se construye a pulso, autogestionado y libre pensante.

Puede ver las fotografías de la Feria en www.americaleatina.blogspot.com yaquí

Feria América Le Atina desde Abajo