Tras el fracaso de la mesa de diálogo, entre estudiantes y gobierno, el ministro Bulnes ha dicho que “no corresponde que los pobres subsidien la gratuidad de los ricos”, desatendiendo, con un argumento engañoso, la petición de los estudiantes, que no es otra, en este tema, que “construir un Sistema Nacional de Educación Pública Gratuita”, que por lo demás es un deber del Estado hacia sus ciudadanos, que son los dueños legítimos de los recursos fiscales.
Si el señor Bulnes no quiere que “los pobres subsidien la gratuidad de los ricos”, que proponga acabar con la explotación de los pobres a manos de los ricos, que proponga acabar con el sistema de AFP e ISAPRES y pida la devolución de las empresas estatales saqueadas durante la dictadura.
Que el ministro exija que las transnacionales y el empresariado chileno paguen impuestos de verdad y no migajas. Dinero para construir un Sistema Nacional de Educación Pública Gratuita hay de sobra, lo que pasa es que ese dinero –que produce el trabajo de los pobres- está en manos del sector que el ministro Bulnes prohija con la prolijidad de un rico.
Por Alejandro Lavquén
