Un niño de 12 años fue impactado con una bomba lacrimogena en su rostro el día jueves 25 de agosto mientras se realizaban las jornadas de paro nacional en la ciudad de Concepción.La noticia de este joven penquista se suma a la que ya anda rondando, la cual asevera la muerte de un joven de 14 años producto de disparos de carabineros.
El pequeño infante quedo con su pómulo desfigurado debido a la gran potencia de la bomba que alcanzo su cara. El impacto fue ejecutado en las proximidades de la universidad de Concepción mientras se desarrollaban las protestas. La imagen no es nueva, hace unos meses una estudiante de sociologia fue impactada en su ojo por una bomba del mismo tipo teniendo que ser hospitalizada. Carabineros insiste en reprimir disparando lacrimogenas al cuerpo y rostro de los y las manifestantes. En los últimos meses cientos han sido los afectados en Concepcion y el país por estos impactos, los cuales no solo provienen de las bombas lacrimogenas. También son disparados balines y perdigones de goma al cuerpo de los manifestantes. Es importante recalcar que los impactos de balines de goma pueden provocar la muerte, como ocurrió en la misma Universidad de Concepción durante los años 80 cuando el estudiante Caupolican Inostroza fue impactado con un balin de goma en su cuello y posteriormente se desangro hasta morir.
Aunque la practica de disparar proyectiles al cuerpo de los manifestantes se ha hecho habitual, por parte de un gobierno que prefiere herir a los ciudadanos antes que escuchar sus demandas, no deja de impactar la brutalidad que se deja caer sobre la integridad de un niño de solo 12 años. Mas allá de lo terrible del hecho, no basta con indignarse, debemos tomar conciencia y no dejar que pasen nuevamente estos sucesos.
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