Clotario Blest fue un hombre claro y directo en sus opiniones. Se la jugó por sus convicciones, fue un defensor de la unidad e impulsor permanente de la independencia de clase. Por eso y sin mayores comentarios, le saludamos en su natalicio e invitamos al sindicalismo a estudiar en profundidad sus enseñanzas. (Textos de un trabajo de Luis Vitale, que recopiló discursos) * A la Conferencia Nacional de la CUT, principios de diciembre de 1960.
… La clase trabajadora chilena reclama y exige de nosotros actitudes y posiciones claras y definidas y no camufladas de un sectarismo trasnochado y reaccionario. La clase trabajadora chilena está cansada de nuestro lenguaje y de nuestra conducta conciliatoria y sumisa a la brutal y desembozada dictadura económica y social que impera en nuestro país, cuya suerte y destino depende directamente del Fondo Monetario Internacional y de los grandes Monopolios internacionales. La clase trabajadora chilena se ha sentido frustrada, engañada y pisoteada por nuestras actitudes indefinidas y carentes de coraje clasista ante las embestidas a fondo de la oligarquía económica.
..La clase trabajadora chilena reclama definitivamente de la CUT su definición precisa hacia la única finalidad que la liberará verdadera y auténticamente de su actual servidumbre, y que no puede ser otra que la estructura económica social y política de nuestra sociedad, es decir, emprender una jornada plena de sentido revolucionario.
Para la realización de esta acción revolucionaria, se requiere fundamentalmente la unidad sólida y sincera de los trabajadores dentro de la CUT, y muy principalmente de sus dirigentes en el plano nacional, Consejo Directivo, Federaciones y Centrales Gremiales. Debemos considerar la unidad con un nuevo sentido sindical y Gremial del más amplio sentido ideológico. Rechazo categóricamente la unidad como la hemos entendido hasta hoy, una unidad retórica y sólo de tipo moral que nos ha conducido al actual fracaso.
No creo en las unidades formalistas, pues nos arrastran a un auto-engaño colectivo. Tampoco creo en la Unidad que mantenga la actitud y conducta sectaria de los partidos políticos, empeñados exclusivamente en una carrera proselitista de tipo electoral.
Esta unidad vuelvo a repetirlo, no valdría la pena seguir manteniéndola, salvo que fuéramos a seguir engañándonos, y lo que puede ser peor, engañando y traicionando a nuestros compañeros. O nos renovamos totalmente en este sentido o pereceremos como CUT, pues la clase trabajadora rebalsará sus directivas para darse una propia y auténtica estructura.
Santiago, diciembre 2 de 1960. – Desde la Cárcel Publica
*Al cumplirse el 8º aniversario de la CUT, el 12 de febrero de 1961:
“Durante ochos años hemos sido perseguidos, encarcelados, relegados, vejados y calumniados por la Derecha económica, y todo ello casi absolutamente en vano, ya que las actuales condiciones de vida de la clase trabajadora, bajo todos sus aspectos, es seguramente mucho peor que hace diez años.
Podemos afirmar enfáticamente y sin temor alguno a equivocarnos que la clase trabajadora chilena no tiene otra “salida” para resolver integral y verídicamente sus innumerables problemas, que la acción directa determinada a un cambio sustancial y total del régimen económico, político, social y cultural del país.
Esta profunda convicción de los dirigentes sindicales y gremiales de la clase trabajadora les impone el sagrado deber de no defraudar a quienes representan y de quienes son sólo mandantes; lo demás sería traición.
Aquellos dirigentes sindicales y gremiales que aún persisten en una actitud blanda, descolorida, amorfa y de sospechosas concesiones a la clase patronal o al Gobierno, deben ser barridos de sus cargos para colocar en sus puestos a hermanos calificados por su honradez y lealtad para con sus hermanos de clase, de convicciones profundas y sólidamente revolucionarias que sepan donde van y no pueden ser juguetes de los acontecimientos o tentados por el soborno patronal o gubernamental”.
* Finalizada la Mesa Redonda Latinoamericana (febrero 1961), Clotario Blest envió a la prensa un artículo en el que expresaba lo siguiente:
… Esta unidad continental tan anhelada y buscada por todos los trabajadores de nuestros pueblos debe realizarse sin fronteras o discriminaciones de carácter político-partidista, ni religiosa ni ideológico-filosóficas. Debe ser una UNIDAD DE CLASE que aglutine en su seno a todos los explotados para enfrentarse eficazmente a la clase explotadora que es ínfima minoría, respaldada y apoyada por los monopolios internacionales del imperialismo norteamericano, subyuga y avasalla con mano de hierro a nuestros pueblos subdesarrollados. Esta UNIDAD DE CLASE significa, por lo tanto, LUCHA DE CLASES y no convivencia ni coexistencia pacífica, ni menos componendas para amenguar la acción combativa de los sindicatos y gremios. Esta acción unitaria y esencialmente combativa debe asegurarse y fortalecerse, primero, en cada uno de los países latinoamericanos para elevarla al plano continental en acciones comunes y conjuntas de carácter esencialmente revolucionaria, o sea, determinada a transformar sustancialmente nuestras decrépitas pseudodemocracias por las democracias vivas y auténticas en que la mayorías, o sea, el pueblo trabajador tenga todo el poder político en sus manos, en que el pueblo trabajador tenga todo el control económico del país y en que el nivel social del país tenga un denominador común que permita a todos sus habitantes mantener el estándar de vida racional y digno a su condición humana.
Los factores determinantes en este vuelco económico, social y político son los sindicatos y gremios, o sea el conjunto de la masa trabajadora organizada en cuadros federativos por industria o funciones que permitan una acción coordinada y frontal capaz de destruir y pulverizar la resistencia el enemigo que ha de ser porfiada y dura.
La CUT sabe perfectamente que la “emancipación de los trabajadores debe ser obra de los trabajadores mismos” y no de fuerzas o elementos extraños a ella misma. Su trágica experiencia le enseña que los mercenarios siempre traicionan y que sus entrañas mismas debe nacer su propia e integral redención...”
***** Clotario Blest Riffo nació el 17 de noviembre de 1899 y falleció el 31 de mayo de 1990, pero se mantiene vivo su ejemplo entre los trabajadores.
Manuel Ahumada Lillo
Presidente C.G.T.
… La clase trabajadora chilena reclama y exige de nosotros actitudes y posiciones claras y definidas y no camufladas de un sectarismo trasnochado y reaccionario. La clase trabajadora chilena está cansada de nuestro lenguaje y de nuestra conducta conciliatoria y sumisa a la brutal y desembozada dictadura económica y social que impera en nuestro país, cuya suerte y destino depende directamente del Fondo Monetario Internacional y de los grandes Monopolios internacionales. La clase trabajadora chilena se ha sentido frustrada, engañada y pisoteada por nuestras actitudes indefinidas y carentes de coraje clasista ante las embestidas a fondo de la oligarquía económica.
..La clase trabajadora chilena reclama definitivamente de la CUT su definición precisa hacia la única finalidad que la liberará verdadera y auténticamente de su actual servidumbre, y que no puede ser otra que la estructura económica social y política de nuestra sociedad, es decir, emprender una jornada plena de sentido revolucionario.
Para la realización de esta acción revolucionaria, se requiere fundamentalmente la unidad sólida y sincera de los trabajadores dentro de la CUT, y muy principalmente de sus dirigentes en el plano nacional, Consejo Directivo, Federaciones y Centrales Gremiales. Debemos considerar la unidad con un nuevo sentido sindical y Gremial del más amplio sentido ideológico. Rechazo categóricamente la unidad como la hemos entendido hasta hoy, una unidad retórica y sólo de tipo moral que nos ha conducido al actual fracaso.
No creo en las unidades formalistas, pues nos arrastran a un auto-engaño colectivo. Tampoco creo en la Unidad que mantenga la actitud y conducta sectaria de los partidos políticos, empeñados exclusivamente en una carrera proselitista de tipo electoral.
Esta unidad vuelvo a repetirlo, no valdría la pena seguir manteniéndola, salvo que fuéramos a seguir engañándonos, y lo que puede ser peor, engañando y traicionando a nuestros compañeros. O nos renovamos totalmente en este sentido o pereceremos como CUT, pues la clase trabajadora rebalsará sus directivas para darse una propia y auténtica estructura.
Santiago, diciembre 2 de 1960. – Desde la Cárcel Publica
*Al cumplirse el 8º aniversario de la CUT, el 12 de febrero de 1961:
“Durante ochos años hemos sido perseguidos, encarcelados, relegados, vejados y calumniados por la Derecha económica, y todo ello casi absolutamente en vano, ya que las actuales condiciones de vida de la clase trabajadora, bajo todos sus aspectos, es seguramente mucho peor que hace diez años.
Podemos afirmar enfáticamente y sin temor alguno a equivocarnos que la clase trabajadora chilena no tiene otra “salida” para resolver integral y verídicamente sus innumerables problemas, que la acción directa determinada a un cambio sustancial y total del régimen económico, político, social y cultural del país.
Esta profunda convicción de los dirigentes sindicales y gremiales de la clase trabajadora les impone el sagrado deber de no defraudar a quienes representan y de quienes son sólo mandantes; lo demás sería traición.
Aquellos dirigentes sindicales y gremiales que aún persisten en una actitud blanda, descolorida, amorfa y de sospechosas concesiones a la clase patronal o al Gobierno, deben ser barridos de sus cargos para colocar en sus puestos a hermanos calificados por su honradez y lealtad para con sus hermanos de clase, de convicciones profundas y sólidamente revolucionarias que sepan donde van y no pueden ser juguetes de los acontecimientos o tentados por el soborno patronal o gubernamental”.
* Finalizada la Mesa Redonda Latinoamericana (febrero 1961), Clotario Blest envió a la prensa un artículo en el que expresaba lo siguiente:
… Esta unidad continental tan anhelada y buscada por todos los trabajadores de nuestros pueblos debe realizarse sin fronteras o discriminaciones de carácter político-partidista, ni religiosa ni ideológico-filosóficas. Debe ser una UNIDAD DE CLASE que aglutine en su seno a todos los explotados para enfrentarse eficazmente a la clase explotadora que es ínfima minoría, respaldada y apoyada por los monopolios internacionales del imperialismo norteamericano, subyuga y avasalla con mano de hierro a nuestros pueblos subdesarrollados. Esta UNIDAD DE CLASE significa, por lo tanto, LUCHA DE CLASES y no convivencia ni coexistencia pacífica, ni menos componendas para amenguar la acción combativa de los sindicatos y gremios. Esta acción unitaria y esencialmente combativa debe asegurarse y fortalecerse, primero, en cada uno de los países latinoamericanos para elevarla al plano continental en acciones comunes y conjuntas de carácter esencialmente revolucionaria, o sea, determinada a transformar sustancialmente nuestras decrépitas pseudodemocracias por las democracias vivas y auténticas en que la mayorías, o sea, el pueblo trabajador tenga todo el poder político en sus manos, en que el pueblo trabajador tenga todo el control económico del país y en que el nivel social del país tenga un denominador común que permita a todos sus habitantes mantener el estándar de vida racional y digno a su condición humana.
Los factores determinantes en este vuelco económico, social y político son los sindicatos y gremios, o sea el conjunto de la masa trabajadora organizada en cuadros federativos por industria o funciones que permitan una acción coordinada y frontal capaz de destruir y pulverizar la resistencia el enemigo que ha de ser porfiada y dura.
La CUT sabe perfectamente que la “emancipación de los trabajadores debe ser obra de los trabajadores mismos” y no de fuerzas o elementos extraños a ella misma. Su trágica experiencia le enseña que los mercenarios siempre traicionan y que sus entrañas mismas debe nacer su propia e integral redención...”
***** Clotario Blest Riffo nació el 17 de noviembre de 1899 y falleció el 31 de mayo de 1990, pero se mantiene vivo su ejemplo entre los trabajadores.
Manuel Ahumada Lillo
Presidente C.G.T.