sábado, 15 de noviembre de 2025
NO olvidamos a 7 años del asesinato de Camilo Catrillanca
NO olvidamos a 7 años del asesinato de Camilo Catrillanca
Weichafe mapuche de 24 años al momento de su asesinato. Tanto él como su familia provenían de una larga trayectoria de lucha, resistencia y defensa dentro de Temucuicui. La familia Catrillanca ha sido históricamente reconocida por su compromiso con las reivindicaciones territoriales y culturales del pueblo mapuche, enfrentando décadas de militarización y hostigamiento estatal.
Desde muy joven, Camilo participó en diversas movilizaciones y procesos organizativos por las demandas mapuche. Un ejemplo de ello fue el año 2011, cuando formó parte de la toma de la Municipalidad de Ercilla como vocero del Liceo Técnico Profesional de Pailahueque. En aquella ocasión, denunció la presencia desproporcionada de Carabineros en las comunidades mapuche y exigió el fin de los operativos represivos, señalando con fuerza: “No queremos más allanamientos en nuestras comunidades”. Su liderazgo reflejaba la conciencia política de una generación que creció viviendo la ocupación policial permanente en el Wallmapu.
El asesinato de Camilo marcó un antes y un después en la historia reciente del territorio. Su muerte quedó grabada en la memoria colectiva y se transformó en un símbolo de la violencia policial y del racismo estructural del Estado chileno hacia el pueblo mapuche. Aunque las denuncias sobre el uso excesivo de la fuerza, la militarización del Wallmapu y los constantes allanamientos a las comunidades vienen desde hace décadas particularmente desde los años 90 y a lo largo de todo el período postdictadura, el crimen contra Catrillanca expuso de manera irrefutable la sistematicidad de esa brutalidad.
Su asesinato no solo evidenció la violencia institucional que muchos intentaban negar, sino también reveló cómo Carabineros, una institución mandatada por el Estado para garantizar la seguridad, actuaba amparada en montajes, manipulación de pruebas y falsificación de versiones oficiales. Esa conducta no fue un hecho aislado, sino parte de una política de control territorial que ha buscado criminalizar la lucha mapuche y silenciar las demandas históricas de autonomía, territorio y autodeterminación.
Amulepe Taiñ Weichan!!!