Y entre los bancos, en 2013 los más favorecidos con los “ahorros previsionales” de los chilenos eran el Banco de Chile (Grupo Luksic), el Banco Santander (grupo español), Corpbanca (entonces de Álvaro Saieh), el BCI (familia Yarur) y el Bice (familia Matte), entre otros. Actualmente, el sistema de pensiones chileno acumula un capital de US$ 162.000 millones, un monto tan considerable que le ha abierto el apetito a los grandes gestores de firmas de inversiones de todo el mundo, dado que las AFP pueden invertir fuera del país.
“Los fondos de pensiones chilenos están entre los inversionistas internacionales más grandes de América Latina, atrayendo a los mayores gestores de fondos hacia Santiago”, escribió hace sólo un año Institutional Investor, uno de los diarios más influyentes en Wall Street y entre la elite financiera global. Según ese diario neoyorquino más de 50 firmas de inversiones se han establecido en nuestro país “en gran parte para participar en el sector de pensiones privadas de Chile”.
BlackRock, la mayor firma privada de inversiones en el mundo con sede en Nueva York, es uno de los jugadores más favorecidos con los ahorros previsionales chilenos. Ese fondo gestiona en torno a 8.700 millones de dólares del dinero para jubilaciones de los chilenos, lo que equivale a casi 20 por ciento de todas las inversiones internacionales de las AFP. El presidente de BlackRock, Larry Flink, es considerado uno de los hombres más poderosos de las finanzas globales.
El canto de sirenas que genera a nivel mundial el modelo de pensiones de nuestro país se ve reforzado por el hecho que, desde su nacimiento en plena dictadura en 1981, las AFP han rentado un 8,7 por ciento por sobre la inflación. Con esa cifra se sitúa en las grandes ligas mundiales de gestores de inversiones. Es música en los oídos para el mundo de las finanzas, pero no en el mundo de las pensiones. Hoy, la jubilación promedio que entregan las AFP al millón de personas retiradas no llega siquiera a los 180 mil pesos mensuales. Así, mientras Wall Street, Londres y Sanhattan celebran el modelo local, los propios chilenos saben muy bien que el sistema huele peor que mal.
Fuente Gamba.