El
bombardeo continuo de hogares civiles en varias zonas de la Franja de Gaza, así
como el ataque con proyectiles contra un hospital por parte de Israel, se
añaden a la lista de posibles crímenes de guerra que requieren con urgencia una
investigación internacional independiente, ha dicho Amnistía Internacional.
Un
proyectil israelí impactó en el tercer piso del hospital de Al Aqsa, en Deir al
Balah, y causó la muerte de cuatro personas y lesiones a varias decenas, según
el portavoz del Ministerio de Salud de Gaza.
“El
ataque de hoy contra el hospital de Al Aqsa es el último de una serie de
ataques perpetrados en instalaciones médicas de Gaza y sus inmediaciones, donde
se intenta a duras penas atender a miles de heridos desde que comenzó la
ofensiva israelí el 8 de julio”, ha dicho Philip Luther, director del
Programa de Amnistía Internacional para Oriente Medio y Norte de África.
“Nada
puede justificar el ataque a centros médicos en ningún momento. Los ataques
contra instalaciones médicas acentúan la necesidad de una investigación
internacional pronta e imparcial bajo el mandato de la ONU.”
La
semana pasada, el hospital de rehabilitación Al Wafa, en Shujaiya, sufrió
graves daños en dos ataques de las fuerzas israelíes.
Cuando
se cumple el cuarto día de la invasión terrestre israelí y el número de
víctimas en Gaza supera ya las 550 personas –en su mayoría
civiles–, es urgente que las partes enfrentadas acuerden treguas
periódicas en los combates para facilitar la evacuación de los muertos y
heridos. Asimismo, y en vista de la falta de agua y servicios de alcantarillado
que sufren hasta un total de 1,2 millones de personas, los empleados
municipales y las organizaciones de ayuda humanitaria deben llevar a cabo
reparaciones urgentes para evitar una catástrofe en materia de salud pública.
La
noche del sábado al domingo hubo intensos bombardeos en Shujaiya que acabaron
con la vida de más de 60 personas, entre las que había al menos 17 menores de
edad y 14 mujeres. Según informes, más de 200 personas resultaron heridas y los
civiles tuvieron que huir bajo las bombas. Al menos 13 soldados israelíes
resultaron muertos también durante esa noche, la mayoría en Shujaiya.
Hamas
ha seguido disparando cientos de cohetes de efectos indiscriminados contra
Israel en contravención del derecho internacional, causando la muerte a dos
civiles israelíes y lesiones a varios más.
Las
fuerzas armadas israelíes han afirmado que Shujaiya, zona densamente poblada
–unos 92.000 habitantes– del este de la ciudad de Gaza, había sido
objetivo de los ataques porque se trataba de una "fortaleza” que
albergaba cohetes, túneles y centros de mando. Representantes del gobierno y
las fuerzas armadas israelíes han afirmado reiteradamente que se advirtió a la
población civil que evacuara la zona días antes de los ataques.
Pero
muchos civiles de Shujaiya y otras zonas no evacuaron el lugar porque no tenían
adonde ir. Todas las escuelas del Organismo de Obras Públicas y Socorro de las
Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (UNRWA)
y otras instalaciones abiertas como refugios están desbordadas. Emitir avisos
de evacuación de amplias zonas no exime a las fuerzas israelíes de su
obligación de proteger a la población civil con arreglo al derecho
internacional humanitario.
“El
bombardeo incesante de Shujaiya y otras zonas civiles en la Franja de Gaza y
los continuos ataques con cohetes de efectos indiscriminados contra Israel
requieren la acción internacional urgente para impedir que se cometan más
violaciones de derechos humanos. La ONU debe imponer un embargo de armas a
todas las partes, y todos los Estados deben suspender inmediatamente las
transferencias de equipo militar a Israel, a Hamás y a otros grupos armados
palestinos de la Franja de Gaza”, ha dicho Philip Luther.
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