domingo, 21 de diciembre de 2025

NO olvidamos 118 años de la Matanza en Iquique




Los acontecimientos que desembocaron en la sangrienta masacre de la Escuela Santa María de Iquique, ocurrida el 21 de diciembre de 1907, constituyen uno de los episodios más dramáticos y significativos de la historia del movimiento obrero chileno. La magnitud de la huelga salitrera, la intervención directa del Estado, la masividad de la movilización y, especialmente, su violento desenlace, otorgaron a este conflicto una trascendencia excepcional. No solo impactó profundamente a la sociedad de la época, sino que además paralizó la actividad salitrera del norte grande y generó una amplia cobertura en la prensa nacional e internacional, evidenciando la gravedad de la llamada “cuestión social”.
Si bien el movimiento obrero chileno ya había enfrentado anteriormente episodios de represión violenta —como la huelga portuaria de Valparaíso en 1903 y la huelga de la carne en Santiago en 1905—, los sucesos de Iquique marcaron un punto de inflexión sin precedentes. La masacre de 1907 se transformó en un símbolo de la lucha social y del sacrificio de la clase trabajadora, adquiriendo un carácter de martirio colectivo que atravesó todo el siglo XX. Su memoria fue recogida por intelectuales, historiadores, poetas, músicos y artistas, quienes convirtieron estos hechos en objeto de reflexión, denuncia y creación, contribuyendo así a preservar la cultura obrera y su historia en la memoria colectiva del país.
Desde comienzos de 1907, la ciudad de Iquique vivía un clima de creciente tensión social, producto de la fuerte devaluación de la moneda, el encarecimiento de los alimentos y las precarias condiciones de vida de los trabajadores del salitre. En este contexto, la huelga salitrera estalló formalmente el 10 de diciembre en la oficina San Lorenzo, extendiéndose rápidamente al cantón de San Antonio y, en pocos días, a la totalidad de las oficinas del norte. El 15 de diciembre, una columna compuesta por más de dos mil obreros inició una marcha hacia Iquique para exigir mejoras salariales, el pago en dinero efectivo y condiciones laborales más dignas, con la firme determinación de no abandonar la ciudad hasta obtener respuestas concretas de las compañías.
Con el paso de los días, la situación se volvió cada vez más crítica. Diversos gremios urbanos de Iquique se sumaron a la huelga, mientras que los distintos cantones salitreros paralizaron completamente sus faenas. De manera constante, nuevos contingentes de trabajadores llegaban a la ciudad. Las estimaciones de la época calculan que el número de huelguistas fluctuaba entre 15.000 y 23.000 personas, lo que significó la total paralización del puerto y de la producción minera regional, afectando gravemente la economía nacional.
La negativa de las compañías salitreras a entablar negociaciones mientras no se retomaran las labores endureció la postura del gobierno, dando paso a una intervención estatal de carácter represivo. El ministro del Interior, Rafael Sotomayor, ordenó restringir las libertades de reunión y bloquear el ingreso de nuevos huelguistas a la ciudad. Paralelamente, el intendente Carlos Eastman decretó severas limitaciones a la libertad de tránsito y ordenó a los trabajadores abandonar Iquique el 21 de diciembre, bajo la amenaza explícita de utilizar la fuerza militar. Para entonces, el puerto se encontraba fuertemente custodiado por tropas del Ejército y por tres buques de guerra apostados en la bahía.
Ante la firme decisión de los huelguistas de permanecer en la Escuela Santa María —donde se habían refugiado junto a sus familias durante más de una semana—, el general Roberto Silva Renard dio la orden de abrir fuego contra la multitud el 21 de diciembre. De acuerdo con diversos testimonios, más de doscientas personas murieron en el lugar, quedando sus cuerpos tendidos en la Plaza Montt, mientras que entre doscientos y cuatrocientos heridos fueron trasladados a los hospitales, de los cuales más de noventa fallecieron esa misma noche. Los sobrevivientes fueron obligados a regresar a las oficinas salitreras o deportados por vía marítima hacia Valparaíso.
Las repercusiones de la masacre fueron inmediatas y profundas. La conmoción pública generada por los hechos impulsó a sectores intelectuales y políticos a plantear con mayor urgencia el debate sobre la cuestión social y la necesidad de reformas laborales. Al mismo tiempo, el movimiento obrero organizado extrajo duras lecciones de la tragedia, replanteando sus estrategias de lucha y fortaleciendo su conciencia colectiva. Desde entonces, la masacre de la Escuela Santa María de Iquique permanece como una herida abierta en la historia de Chile y como un recordatorio permanente de las injusticias sufridas por la clase trabajadora.

Matanza escuela Santa Maria de Iquique 1907/ 2025

 



domingo, 14 de diciembre de 2025

Resultados de las elecciones presidenciales de Chile 2025

El candidato de extrema derecha logra el 58,17% de los votos frente al 41,83% de Jeannette Jara, con el 99% de votos escrutados. El triunfo supone la llegada de un pinochetista a La Moneda desde el retorno de la democracia en 1990

Ahora, con esta democracia naciente que viene a disfrazar la dictadura y sus crímenes


Ahora, con esta democracia naciente que viene a disfrazar la dictadura y sus crímenes, se avecinan tiempos difíciles para los revolucionarios, intentarán destruirnos, el enemigo nos cercará, nos aniquilará, destruirá nuestra logística y las
comunicaciones, mellarán nuestra confianza, nuestra moral, intentarán aislarnos del pueblo. Intentarán perpetuar su modelo de dominación económica y política, intentarán maquillar y legitimar la esencia de un sistema injusto y criminal. En ese difícil escenario que se avecina, quedaremos muchas veces aislados, sin provisiones, sin medios, cercados, agobiados, muchos de nosotros posiblemente caeremos. Sin embargo, en este difícil momento se define el carácter histórico de nuestra lucha, no debemos dejar de luchar, mantener la lucha irrenunciable del pueblo por la dignidad y la justicia”.
PONDREMOS LA DIGNIDAD DE CHILE MAS ALTA QUE LA CORDILLERA DE LOS ANDES...
RAUL PELLEGRIN FRIEDMANN
COMANDANTE JOSÉ MIGUEL - RODRIGO.
FELICES 42 ANIVERSARIO A TOD@S LOS RODRIGUISTAS.
REORGANIZACIÓN AHORA

jueves, 11 de diciembre de 2025

10 de Diciembre día Internacional de los DDHH en Chile




10 de Diciembre día Internacional de los DDHH en Chile
La Comisión Chilena de Derechos Humanos nació en 1978, en uno de los momentos más oscuros de la dictadura cívico-militar. Su creación se realizó de manera simbólica el 10 de diciembre, coincidiendo con el Día Internacional de los Derechos Humanos, fecha que recuerda la aprobación de la Declaración Universal de 1948, redactada tras el trauma global dejado por la Segunda Guerra Mundial y el anhelo de establecer garantías universales para la dignidad humana.
Fundada en un contexto de censura, persecución y graves violaciones a los derechos fundamentales, la Comisión surgió como un espacio independiente impulsado por abogados, religiosos, profesionales, organizaciones sociales y personas comprometidas con la defensa de la vida y la justicia. Frente a la ausencia de instituciones capaces de proteger a la ciudadanía, la Comisión se transformó en una voz moral y en un refugio para quienes buscaban verdad y defensa ante la represión.
En su Acta Constitutiva, la organización estableció como propósito central:
“...trabajar en nuestro país, como organismo no gubernamental, en forma pluralista, libre y autónoma, por la vigencia efectiva, el respeto, la protección y la promoción de los derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos, consagrados en la Carta Internacional de Derechos Humanos, en los tratados, resoluciones y acuerdos complementarios de Naciones Unidas y otros organismos internacionales de los cuales Chile es parte.”
Desde entonces, la Comisión ha desempeñado un rol fundamental en la documentación de abusos, la educación en derechos humanos y la defensa jurídica de personas y comunidades afectadas. Su labor ha sido clave en la reconstrucción de la memoria histórica y en la búsqueda permanente de verdad, justicia y reparación, tanto durante la dictadura como en los periodos posteriores, donde las violaciones a los derechos humanos han continuado en diversas formas.