A 40 años de la inmolación de Sebastián Acevedo Becerra es un ejemplo de conmovedor y trágico de las consecuencias inhumanas durante la dictadura de Augusto Pinochet.
Sebastián Acevedo, un trabajador obrero y profundamente religioso, se vio enfrentado a la desesperación y angustia cuando sus hijos, María Candelaria y Galo, fueron detenidos por agentes de la Central Nacional de Inteligencia (CNI), la temida oficina de inteligencia de la dictadura.
Su desesperado intento de obtener información sobre el paradero de sus hijos lo llevó a deambular por distintas instituciones, buscando respuestas que nunca llegaron. La frustración y la impotencia ante la falta de información sobre sus hijos llevaron a Sebastián Acevedo a tomar una medida extrema: prenderse fuego frente a la catedral de Concepción.
El acto simbólico expresó su desesperación y su demanda desgarradora de liberación para sus hijos, evidenciando la brutalidad del régimen y las consecuencias devastadoras que tuvieron en las vidas de las personas comunes que buscaban justicia y libertad.
Este trágico evento subraya la dura realidad que enfrentaron muchas familias durante la dictadura en Chile, donde la represión y la persecución política afectarán a personas inocentes y a aquellos que simplemente buscaban la verdad y la justicia para sus seres queridos.
