martes, 24 de octubre de 2017

CARTA ABIERTA A LA PRESIDENTA DE CHILE, MICHELLE BACHELET JERIA A propósitos de temas pendientes en materia de Derechos Humanos en Chile…

La imagen puede contener: una persona, sonriendo, texto
Sra. Presidenta:
Somos ciudadanos chilenos y de diversos países que participamos en la defensa y promoción de los
Derechos Humanos, en organizaciones sociales y políticas, del espacio cultural, científco,
profesional y de todos los ámbitos públicos, que, superando legítimas diferencias religiosas,
ideológica o valóricas, nos unimos en apoyo a la familia de Mauricio Hernández Norambuena, ante
el dolor, la crueldad e inhumanidad que sufre hace ya 15 largos años. Mauricio Hernández
Norambuena se encuentra detenido en Brasil desde el año 2002 y condenado a 30 años de presidio.
Chileno de 59 años, que en el pasado reciente fue un activo dirigente y combatiente contra de la
dictadura de Pinochet; y donde su ideario de emancipación latinoamericana lo llevó a asumir
resueltamente actividades internacionalistas que fueron la principal causa de su detención.
A nuestro juicio, su alta magistratura como mandataria, los avatares del poder y nuestras
diferencias, no invalida la posibilidad de diálogo y/o que un gobernante como usted asuma de
manera pro-activa y valiente la resolución de confictos y situaciones constitutivos de hechos
políticos. Más aún si usted, prontamente, una vez terminado su mandato presidencial, asumirá roles
de “mediador de confictos regionales” bajo el alero de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Así mismo, su historia personal, aún cuando en otro contexto histórico, nos dice que conoce de
cerca la arbitrariedad del poder usurpado, la desafección y atropello a la dignidad elemental de la
persona humana, como lo fuimos millones de chilenos, víctimas de la persecución política y la
violencia fascista de la dictadura militar. Situación, lamentablemente, refrendada en su vida
personal y familiar. Por lo cual, tenemos la esperanza de que usted posea la sensibilidad necesaria y
esté en mejores condiciones de asumir la otredad, entendiendo el lugar de las víctimas de atropellos
a los derechos humanos y sus familiares.
En este contexto, le recordamos que nuestro familiar, amigo y compañero Mauricio Hernández,
desde su detención, ha sido confnado en diferentes recintos carcelarios de Brasil y mantenido en un
“Régimen Disciplinador Diferenciado” (RDD), en completa soledad desde hace 15 años. Semejante
cautiverio “especial”, lo ha sometido a un doble castigo permanente que ha impactado
signifcativamente en su salud y ya comienza a manifestar secuelas y dolencias físicas, las cuales
fueron constatadas en visita por Cónsul de Chile en Brasil en el año 2015.
El castigo permanente de su cautiverio comprende:
1) El encierro en una celda de aislamiento, sin luz natural, de dos por tres metros. En ella se
encuentra la cama y el baño, sin derecho a evacuación de su excusado si no lo dispone el custodio.
Mauricio debe permanecer en el calabozo 23 horas diarias, sin contacto con otros reos, y con una
hora diaria para salir a un pequeño patio y tomar algo de sol.
2) El carecer de acceso a radio, televisión y medios de información por lo que su aislamiento con el
mundo exterior es casi total.
3) El ingreso de 4 libros semanales, los cuales son revisados por sus carceleros quienes deciden qué
libro puede leer.
4) El que sus cartas sean leídas y censuradas, tanto las que escribe él, como las que recibe. Las
misivas no pueden ser de más de una página y no le es entregada toda la correspondencia.
5) El que Mauricio no pueda tener contacto físico con otros prisioneros y vigilantes. Además, a los
prisioneros se les tiene estrictamente prohibido cruzar miradas con sus carceleros. En caso
1
contrario, se les sanciona al confnamiento en un todavía más diminuto calabozo especial, durante
no menos de 15 días. Mauricio no ha estado exento de este castigo adicional en reiteradas ocasiones.
6) El que las visitas permitidas se reduzcan a dos familiares semanales, por dos horas. Ellas son
imposibles de realizar debido a que su familia vive en Chile y cada viaje cubre una distancia de más
de 5 mil kilómetros, con todo el costo físico, emocional y económico que ello signifca, tomando en
cuenta que el actual Penal Federal de Máxima Seguridad, se encuentra en la localidad de Mossoró,
Estado de Río Grande do Norte, Brasil.
Lo anterior se ve agravado al consumarse la desidia y el silencio cómplice de los sucesivos gobiernos
democráticos de nuestro país, ya que no han realizado ningún pronunciamiento humanitario real y
concreto que vaya en el sentido de atenuar o anular el drástico castigo de 30 años de privación de
libertad en contra de Mauricio en territorio brasileño. Salvo honrosas excepciones.
Paradojalmente, un Juez de la República, Mario Carroza, falló en base a Derecho y en primera
instancia determinó la rebaja de las dos penas perpetuas que penden sobre nuestro hermano y
compañero, por hechos ocurridos hace cerca de 27 años atrás y que jurídicamente debiesen estar
prescritos. Ciertamente, el fallo del ministro Carroza habría posibilitado jurídicamente el urgente y
necesario traslado de Mauricio Hernández desde las mazmorras brasileñas hacia Chile. Sin
embargo, contradiciendo el criterio judicial anterior, se fraguó un nuevo fallo que dio como
resultado una resolución judicial adversa y defnitoria, ocurrida hace pocas semanas atrás, llevada a
cabo por la Corte de Apelaciones de Santiago que acogió reparos jurídicos y presiones de parte del
Estado de Chile a través de su Ministerio del Interior y el Consejo de Defensa del Estado, la UDI, y
sectores conservadores y de derecha patrocinados por el abogado Luis Hermosilla. Cerrando así
una vía legal para terminar este calvario.
Por todo lo anteriormente mencionado, le solicitamos:
1.- Poner en práctica sus altos ofcios e importantes gestiones como mandataria, aun cuando
asistimos a las postrimerías de su mandato presidencial, tal vez, invitándola dejar huellas y avances
en materia de derechos humanos que posibiliten cerrar un ciclo. Efectivamente, el concretar
fnalmente la libertad de Mauricio Hernández posibilitaría, a nuestro juicio, uno de los tantos
reencuentros necesarios entre los chilenos que aún está pendiente.
2.- Ciertamente nuestra solicitud pasa por alcanzar una rebaja efectiva, administrativa y real de
penas por parte de la Presidencia en Chile. Que posibilite, ulteriormente, la acogida y Refugio
Político de nuestro hermano y compañero.
3.- De manera contundente, con toda la fuerza del Estado de Chile, pugne ante el Estado Brasileño,
posibilitando adoptar las medidas humanitarias mínimas indispensables para salvaguardar la
integridad física y sicológica de Mauricio Hernández; poniendo término inmediato al régimen
carcelario de disciplina y diferenciador (RDD), restituyéndole todos sus derechos inherentes a su
condición humana, y se le permita el acceso a los benefcios de cumplimiento alternativo de penas
conculcados por los Tribunales de Justicia brasileños desde hace más de una década.
Finalmente, con la convicción de seguir bregando por la Vida y Libertad de Mauricio Hernández
Norambuena, apelamos a todas las facultades que le confere su cargo, para que actúe en relación
a esta situación que atropella los D.D.H.H. de un ciudadano chileno que luchó y arriesgó todo por
nuestra Patria.
Atentamente,
Familia Hernández Norambuena, amigos(as) y compañeros(as).