miércoles, 16 de agosto de 2017


Gobierno espera que ley se apruebe en septiembre para ayudar a disminuir las altas tasas de accidentes de tránsito. Propone disminuir a 50 km/h la velocidad máxima urbana, entre otras medidas.

En el año 2002 se subió en Chile la velocidad máxima urbana de 50 a 60 kilómetros por hora, lo que según las autoridades actuales contribuyó a que prácticamente se duplicaran los accidentes de tránsito.

De acuerdo al último reporte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre los 34 países de la OCDE Chile tiene la mayor tasa de fallecidos en siniestros viales, convirtiéndose así en la nación del bloque más insegura para conducir, caminar y desplazarse en bicicleta. Además, es el segundo país de este grupo donde han crecido las víctimas fatales por accidentes de tránsito.

Por esto el Gobierno busca lograr lo antes posible la aprobación del proyecto de Ley de Convivencia Vial que, como destacó la ministra de Transportes, Paola Tapia, “nació como un plan marco para regular la mejor convivencia de los distintos modos de transporte” en las calles chilenas.

El proyecto se encuentra en segundo trámite en el Senado y el Gobierno espera que sea ley en septiembre. “Fue aprobado por una amplia mayoría en la Cámara de Diputados en forma transversal (2016) y esperamos que ocurra lo mismo en el Senado, para tener ley este año”, dice la ministra.

Tapia explica que para elaborar este proyecto, se trabajó con numerosas asociaciones de víctimas de accidentes y otras agrupaciones que representaron a ciclistas, motoristas, automovilistas, así como expertos, organismos públicos y privados, a fin de generar un consenso en torno a las modificaciones a la Ley del Tránsito.

La disminución del límite máximo de velocidad en zonas urbanas (no en autopistas), que baja de 60 a 50 km/h, busca disminuir la mortalidad y gravedad de los accidentes de tránsito.

“La importancia de tener una norma que rebaje la velocidad y genere una mayor conciencia es evidente cuando uno ve las cifras. De acuerdo a los datos observados en el año 2016, el 8,4% de los accidentes de tránsito tiene como causa principal la velocidad imprudente o la pérdida del control del vehículo. En cuanto a las víctimas, el porcentaje aumenta al 32% de fallecidos por las causas mencionadas”, precisa la ministra Tapia.

Para Alberto Escobar, gerente de asuntos públicos de Automóvil Club de Chile, “la siniestralidad vial se convirtió en un problema de salud pública en Chile”, por lo que estima indispensable aprobar el proyecto. Considera “bastante precario” nuestro actual sistema vial, ya que señala que ni el automovilista, motociclista, ciclista, ni peatón sabe compartir armónicamente dentro del espacio público.

“Impera la ley del más fuerte, una lucha entre David y Goliat, en la que hay una correlación entre tamaño, espacio y lo que cada uno piensa que es su derecho. Eso explica los 200 siniestros viales que diariamente ocurren a nivel nacional”, apunta Escobar.

El coordinador del magíster en Ingeniería de Transporte de la Universidad de Chile, Alejandro Tirachini, cree que se trata de un buen proyecto que sí o sí traerá beneficios. Sin embargo, estima que para que ofrezca los mejores resultados posibles, se requiere de mayores recursos para mejorar la infraestructura vial, y de más y mejor fiscalización, para lo que considera esencial el regreso de los fotoradares.
Derechos y deberes

Pero la nueva ley no se refiere sólo a automovilistas, sino que refuerza la idea de que ciclistas, motoristas y peatones también tienen obligaciones que respetar.

La iniciativa, por ejemplo, obliga a ciclistas a transitar por ciclovías y sólo en calzadas en ausencia de las primeras. Fija, además, con mayor claridad las multas para quienes utilicen las veredas.

Además, se prohibirá estacionarse cerca de un paso peatonal o en aquellos lugares que no estén habilitados para hacerlo, como por ejemplo, los árboles.

Respecto a motociclistas, la iniciativa legal considera la incorporación de zonas de detención exclusivas para este medio de transporte y prohíbe circular por las ciclovías.

En tanto, a los peatones se les exige cruzar en lugares debidamente señalizados y no permanecer ni caminar por las pistas que están destinadas a las bicicletas.

Los expertos y autoridades coinciden en que esta norma no será todo lo útil que podría ser sin un cambio cultural, donde la fiscalización y la educación son primordiales.

En el ministerio destacan que este proyecto se inserta en un reimpulso de las políticas de seguridad vial de la cartera, que esperan tener listo en noviembre.

“Una cosa es partir por el marco normativo y por la educación para crear la conciencia necesaria, como lo estamos reforzando a través de distintas campañas educativas, pero también incluye el reforzamiento del control y la fiscalización”, dice la ministra Tapia.

Añade, por ejemplo, que Carabineros, fiscalizadores municipales o del ministerio podrán reforzar su control, no sólo de los automóviles, sino también de ciclistas y peatones quienes, de no cumplir las normas, pueden recibir multas que son enviadas a los juzgados de policía local.

Además de los programas de educación que se impulsen, la ley exigirá a todas las escuelas de conductores del país entregar información a sus alumnos, relacionada con la convivencia vial.

“Se requiere campañas de concientización social y cultural”, dice Alejandro Tirachini. Advierte, sin embargo, que no será un cambio rápido: “Ya llevamos 15 años con el límite de velocidad de 60 km/h por lo que hay que tener paciencia, pero el cambio sí debería llegar”.
La Hora.