En el caso
que se sigue por el crimen del cabo Luis Moyano en 2007, un testigo
considerado relevante ha asegurado que fue presionado para declarar en
contra de Juan Aliste, uno de los imputados. En tanto, Víctor Jeréz,
apodado “El Danny DeVito” se retractó tras haber reconocido a Aliste,
Freddy Fuentevilla y Marcelo Villarroel como partícipes en tres asaltos,
en uno de los cuales murió Moyano.
La semana
pasada Vicente Tureo se sentó frente a los magistrados de Primer
Tribunal Oral y dijo haberse sentido presionado por la fiscalía para
declarar en el juicio que se lleva contra los acusados de asesinar al
cabo Luis Moyano en 2007, a saber Juan Aliste, Freddy Fuentevilla y
Marcelo Villarroel.
La información la confirmó el abogado Pablo
Ortega, quien patrocina a Villarroel. A su juicio se vulneraron
garantías constitucionales.
En su
testimonio Tureo indicó que fiscales del Ministerio Público lo fueron a
buscar a la V Región para que declarara en el caso, atendido a que no
contestaba el teléfono. “Esto no sólo es inusual, sino también ilegal”,
agregó Ortega.
Hay que recordar que un testigo citado a un
juicio oral puede ser obligado por la autoridad a concurrir incluso a
través de una orden de detención. Por eso, indica Ortega, “esto debió
ser discutido en audiencia para respetar las garantías en el marco de la
bilateralidad de la audiencia”.
Ortega explica: “Lo primero que declara
(Tureo) es que viene obligado por la fiscalía, en un contexto de mucha
presión hacia él e incluso hacia su familia; que fueron a altas horas de
la noche a su domicilio y le señaló al fiscal que le faltó ir con un
tanque”.
Según el profesional, la gran mayoría de las
pruebas entregadas por el Ministerio Público en este juicio fueron las
obtenidas por Carabineros durante la investigación llevada a cabo por la
Justicia Militar después de la muerte de Moyano.
“Las presiones de la fiscalía hay que
entenderlas en un contexto mayor. El primer error es que este caso lo
investiga la propia institución. En ese tiempo era competente la
fiscalía militar, con una legislación altamente antidemocrática y que
vulnera el principio constitucional de que los ciudadanos tienen derecho
a una investigación imparcial y aquí no se concretó”, explicó.
Terra australis
Tureo no ha sido imputado en la causa, tampoco
acusado. Se trata de un testigo -importante, mas no vital, según la
fiscalía- que en parte tiene la llave para la llamada prueba de
contexto.
Sucede que Tureo en 2007 vivía con su
entonces esposa Carla Verdugo en una región apartada de Chiloé. Habían
transcurrido pocos meses desde el crimen de Moyano y se presentó un
supuesto estudiante de antropología, que comenzó a tener una relación
paralela con Verdugo. Tureo descubrió el hecho y encaró a Aliste Vega,
quien reconoció que era el hombre que la policía buscaba y que junto con
ello -presuntamente- ser el autor del crimen.
Pues bien, hasta ahora ese supuesto
reconocimiento de Aliste Vega ha sido una suerte de caballito de batalla
del Ministerio Público, reconoce el abogado Ortega.
Hasta ahí se trataría de una versión más entregada a la fiscalía
por parte de Tureo, quien además ganó la tuición de los hijos que
mantiene con Verdugo, luego que esta última fuera condenada en 2013 a
cinco años de libertad vigilada por colocación de artefacto explosivo.
No es lo mismo
Ortega indicó que Tureo asegura que conoció a
Aliste Vega en Chiloé, pero que nunca le dijo que había sido el autor
del crimen y que la declaración prestada a la fiscalía militar, no es lo
que está plasmado en su declaración.
“Él fue muy digno. Él reconoce que tuvo
diferencias con Aliste Vega referido a un tema privado, pero que él no
puede refrendar una acusación tan grave como la autoría de un crimen,
porque no le consta que haya sido el autor del crimen”, insistió.
Uno de los fiscales del caso explicó a The
Clinic que Tureo fue amenazado por dos encapuchados en momentos en que
se reunía con su pareja para que viera a los menores. Y que a partir de
allí estuvo con medidas de seguridad para evitar que atentaran contra su
vida.
“Nosotros no hemos presionado en absoluto a
este testigo. Él estaba con medidas de seguridad y nosotros nos
preocupamos porque no contestaba el teléfono y efectivamente fuimos a la
V Región, pero no con un grupo de Carabineros. De hecho hablamos con
los padres de él y les explicamos la situación, pero otra cosa es que lo
presionáramos o lo amenazáramos con algún sanción. Eso no es cierto”,
indicó el perseguidor.
Ortega, en tanto, si bien reconoció las
medidas de seguridad, indicó que hace tiempo que no estaban activas y
que Tureo, durante su declaración en el juicio oral tuvo una versión
distinta.
“Lo de las amenazas fue un tema que levantó
la fiscalía. Y es algo que Tureo informó en su momento, pero eso es un
tema intrafamiliar y resulta altamente inconveniente llevarlo a juicio.
Es un conflicto con su ex señora respecto a la tuición de los hijos. Por
eso cuando le preguntan sobre las amenazas indicó que le dio risa, que
no se sintió amenazado, porque él entiende que es un conflicto con su ex
pareja”, insistió Ortega.
El cambio de versión por parte de Tuero se
suma la de Víctor Jeréz, apodado “El Danny DeVito” el 1 de abril pasado.
Este último fue presentado por la fiscalía, ya que habría reconocido a
los tres acusados en una declaración ante la Fiscalía Militar, como
partícipes en tres asaltos, entre ellos al banco Security donde murió el
cabo Moyano. Sin embargo, modificó también su versión indicando haber
sido presionado para testimoniar. En una carta enviada al semanario The
Clinic, Jeréz reafirmó estos dichos.
Tanto Fuentevilla, Villarroel y Aliste se
han declarado inocentes desde el primer día y se han reservado el
derecho a guardar silencio.