domingo, 15 de diciembre de 2013

Testimonio de pobladora que escupio a Piñera en velorio de Alfonso Baeza

A propósito del escupitajo que le lanzó una compañera al rostro a Piñera, al que se le ocurrió ir al funeral del padre Alfonso Baeza, recibimos el siguiente comunicado, avalado por la Asamblea Popular de Puente Alto:

" Hace meses, el padre Alfonso (no le gustaba que le dijeran monseñor), el cura Baeza, el chico Baeza, estuvo en la Villa Estaciones Ferroviarias en un homenaje hecho por los Pobladores de las casas Copeva, estuvo tomando tecito, riéndose, abrazando a los cabros chicos y a las viejas; esos son los homenajes que debe recibir quien fuera Vicario de la Pastoral Obrera, quien estuviera en el Comité Pro Paz y en la Vicaría de la Solidaridad, no las lágrimas de cocodrilo de los poderosos ¿Qué va a hacer a su funeral el payaso sinvergüenza del presidente de Chile?, presidente de los empresarios, de los señores de cuello y corbata, ladrones todos ellos, de los carentes de escrúpulos que son ricos solo porque miles de trabajadores son miserables. Existen pobres porque existe la injusticia, eso no lo aprendí en un manual, lo aprendí en mi vida diaria y conversando con el padre Alfonso, el mismo padre Alfonso que una vez cuando el estúpido que nos gobierna trató de ir a una cena en un sindicato que él asesoraba, les dijo a los dirigentes “si lo invitan no cuenten más conmigo”. ¿Por qué? por una razón muy simple, todos estos cómplices de la dictadura, estos beneficiados de la dictadura que hoy están en el gobierno, jamás han pedido perdón, jamás han reconocido los crímenes como propios, hablan de excesos y jamás enfrentan el hecho que ellos llamaron al golpe de estado gorila, ellos dieron sustento a la dictadura, ellos son ricos gracias a los milicos, a la tortura, al genocidio.



Fui al velorio del cura Baeza a dejar una rosa roja, las mismas flores que desde la Comuna de París se dejan en las tumbas de los caídos, de nuestros caídos, de los luchadores que construyen el Poder de los Pobres. Al llegar me encontré con Piñera, su ministro del interior había declarado alguna vez que Alfonso defendía a extremistas, terroristas y violentistas ¿Qué debía hacer? ¿Asistir como una cobarde a esa parodia?. Me acerqué le dije que era un sinvergüenza, que representaba todo lo que el padre había denunciado, lo escupí en el hocico de hiena que tiene. Es, por supuesto, un gesto grosero ¿Y qué? es una señal profunda de desprecio popular, reservada para los señores empresarios y políticos, ¿Es una rotería?, claro que si, ¿Les molesta a los bien educados?, me importa un rábano, soy una de muchos, de rotos alzados (a mucha honra) que un día construirán (y construyen) una sociedad en la que no habrán dueños y la vida será
digna para todos.

Quizá a algunos les moleste que hable del padre Alfonso como un revolucionario, fue él quien nos enseñó que entre cristianismo y revolución no hay contradicción. Tengo además la certeza que en mi Población a nadie le parecerá mal mi acción, a lo más les parecerá mal que no haya sido más radical.

Hasta pronto padre Alfonso, nos vemos en las peleas que nos quedan por dar, al menos los cerdos no pudieron ir impunes a tu velorio."


Catalina Castillo Jara

Vocera Asambleas Populares Puente Alto