lunes, 17 de junio de 2013

Las claves del paro nacional del 26 de junio

Repitiendo una alianza que de a poco comienza a sentar bases, trabajadores portuarios y estudiantes universitarios llamaron a paro nacional para este 26 de junio. A las demandas de una educación de calidad gratuita se suman el rechazo a otros baluartes del sistema, como las AFP. Pese al silencio de los medios masivos se calcula en más de 30 los establecimientos educativos tomados por estudiantes.

Frente a más de una treintena de planteles educativos tomados y una masividad en las convocatorias a movilizaciones que no decae desde el 2011, el gobierno y los medios masivos responden negando al movimiento estudiantil. Ni las tomas ni las marchas son portadas de los diarios y el gobierno ni siquiera juega a recibir a los estudiantes en el Ministerio de Educación. En un año electoral y con las ideas neoliberales a la baja, el Ejecutivo y los medios no quieren soltar la agenda.

Un día después de la movilización del jueves 13 de junio, la ministra de Educación, Carolina Schmidt, no tuvo problemas en reconocer que la única respuesta del gobierno a las demandas estudiantiles es “reprimir este tipo de movilizaciones”.


“Los estudiantes han sido muy claros en que no hay medida que satisfaga sus necesidades para interrumpir las movilizaciones. Ellos sienten que si no se movilizan, no se hace lo que ellos quieren“, expresó en una entrevista radial. Luego agregó que “no hay una medida que uno pudiera hacer más que reprimir este tipo de movilizaciones, que creemos que no se debe hacer en un país democrático como estamos, donde todos pueden tener el derecho a manifestarse. Que los estudiantes lo hagan, pero de manera pacífica“.

Las palabras de la ministra dan cuenta del nerviosismo del Ejecutivo que evita a toda costa a enfrentarse a un escenario como el 2011, donde hasta en las encuestas pauteadas se evidenciaba un rechazo muy hondo al modelo neoliberal en Chile, el desprestigio de las coaliciones Alianza-Concertación y un nuevo proceso de flujo del movimiento social.

Como las demandas de los estudiantes, aprobadas por una amplia mayoría de la población, van en un camino diametralmente opuesto al horizonte del gobierno de Piñera de perfeccionar el sistema privado de educación chileno, la respuesta se vio el día de la marcha en una Casa Central de la Universidad de Chile invadida y bombardeada por la policía, un dirigente secundario que pierde el conocimiento de tantos golpes propinados por carabineros y un gobierno insensible al diálogo con los estudiantes.

El plan del Ejecutivo es lograr aprobar antes del próximo periodo presidencial tres proyectos de ley que perfeccionan el modelo educativo chileno. Son los proyectos de Superintendencia, de Financiamiento y la Agencia de Acreditación.

Los 3 proyectos son rechazados por los estudiantes, el Consejo de Rectores y los parlamentarios de oposición. Diego Vela, presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (Feuc), resume el rechazo diciendo que los proyectos deben ser retirados del Congreso y que “se espera consecuencia y que no aumente la segregación y el negociado, que sostenga lo que han señalado los rectores, que es un mal proyecto, su primera medida debería ser el retiro de estos documentos”.
Otro tema es la improvisación del gobierno de Piñera respecto de la educación superior. Casi dos meses estuvo vacante el cargo de jefe de la División de Educación Superior del Mineduc, tras la renuncia de Juan José Ugarte a comienzos de mayo. Recién el viernes pasado la ministra Schmidt presentó al reemplazante, el ex rector de la Universidad Católica de Temuco, Alberto Vásquez, quien recalcó la línea del gobierno, diciendo que sus prioridades serán sacar adelante los 3 proyectos de ley. Dijo que se abocará a “sacar adelantes estos mensajes presidenciales”.

REPRESIÓN POLICIAL

La otra cara de La Moneda es Fuerzas Especiales. Diversos participantes de la marcha del jueves 13 de junio recalcan que la represión policial sobrepasó las experiencias anteriores. No sólo se autorizó una marcha por un recorrido que apenas pisó la Alameda o que lanzaron bombas lacrimógenas antes de culminar el ‘horario de permiso’ para marchar, sino que ingresaron a la Casa Central de la Universidad de Chile sin autorización del rector. Semanas antes hicieron lo mismo con el Instituto Nacional tomado por sus estudiantes, sin tener la autorización siquiera de la alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá.
El cálculo del gobierno es evitar a toda costa las imágenes del 2011 con kilómetros de la  Alameda ocupados por estudiantes y la Casa Central de la Universidad de Chile, con pancartas y carteles que recuerden a los chilenos los verdaderos hilos del negocio educativo y, por detrás, del modelo neoliberal.
La estrategia anterior del gobierno, de retardar el permiso para marchar hasta horas antes de la fecha fijada y prohibir el uso de la Alameda en cualquiera de sus tramos no pudo avanzar tras las denuncias del movimiento estudiantil.
En esta ocasión el propio gobierno se disparó los pies. Pocas horas después del violento desalojo de la Casa Central, el ministro del Interior, Andrés Chadwick salió a defender el ingreso de la policía al recinto. “No es necesario pedirle permiso a nadie si hay un delito flagrante desde el interior de un inmueble”, agregando que se estaban lanzando bombas molotov y artefactos pesados.

Un video difundido por Internet muestra que desde la Casa Central no se lanzó ninguna bomba molotov. Incluso el rector de la universidad, Víctor Pérez, sostuvo que “no tengo ninguna evidencia que desde la Casa Central se hayan tirado bombas molotov (…) Aquí hay una invasión a nuestra autonomía y hay una vejación a símbolos republicanos y hay una vejación por la violencia que se uso contra nuestros estudiantes”
Pérez agregó que “tengo evidencia de la violencia con que Carabineros entró a la Casa Central y cómo se golpeó con lumazos a estudiantes que estaban en el suelo. Cómo tiraron bombas lacrimógenas en un recinto cerrado, como es Patio Domeyko, con el peligro de que esas acciones puedan incendiar en cinco minutos a la Casa Central. Creo que es inentendible. Yo no me explico el nivel de violencia que se usó, porqué se insiste en maltratar y golpear a la gente”.

Otra imagen que dejó la jornada es la del presidente del Centro de Alumnos del Liceo Barros Borgoño, Pedro Aguilera, arrastrado inconciente por carabineros tras golpearlo con palos en la cabeza.

El rechazo a la violencia policial es amplio. El Secretario Gral. Asociación de Defensores Públicos de Chile,  Francisco Alvarado, en una carta enviada a La Tercera, sostuvo que “en la marcha anterior carabineros ingresó al Instituto Nacional argumentando lo mismo, deteniendo a numerosos estudiantes quienes, a la postre, fueron liberados en su totalidad, sin cargos, desde las comisarías”.

Alvarado advirtió que “los artículos 129 y 206 del Código Procesal Penal no son una carta blanca para que la policía vulnere la inviolabilidad del hogar o de recintos cerrados y estas normas no pueden usarse para reprimir una protesta social”.

LLAMADO A PARO NACIONAL

La estrategia del gobierno se enfrenta a un nuevo paso del movimiento estudiantil: la alianza con trabajadores. Tras la reunión del Confech realizada en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, se llamó a un paro nacional para el 26 de junio próximo, movilización a la que adhirió la Unión Nacional de Trabajadores Portuarios.

El trabajo en conjunto de trabajadores y estudiantes viene desarrollándose desde el 2011, cuando la misma Unión Nacional de Trabajadores Portuarios adhirió paralizando las faenas en los puertos un día de movilización nacional convocada por el Confech.

El viernes pasado, estudiantes y trabajadores se tomaron la partida del Rally Mobil en Concepción. En la ocasión un centenar de trabajadores de ASMAR acompañados por estudiantes irrumpió en la presentación del evento realizado en pleno centro penquista. Durante el día habían marchado por Talcahuano. La demanda es otro tema que está prendiendo en el malestar ciudadano: el rechazo al sistema de AFP.

Cristián Lagos, presidente del Sindicato ASMAR y miembro del Movimiento Regional Contra las AFP, explicó a radio Bíobío que el rechazo al sistema actual, el que se creó, sostuvo, para “entregarle la plata de todos los chilenos al Banco Central” e insistió que “una AFP Estatal no hará la diferencia”.

El paro del 26 de junio es en rechazo a la nula respuesta de parte del gobierno a las demandas estudiantiles de educación gratuita, pública y de calidad. Además de los trabajadores de la Unión Nacional de Trabajadores Portuarios, que paralizarán sus faenas, se espera la adhesión de los trabajadores del cobre.

 Mauricio Becerra R.
@kalidoscop
Fuente El Ciudadano