Comunicado
Coordinadora Popular Sur
Nos encontramos ante un
escenario en donde las contradicciones del sistema capitalista neoliberal y
todo su andamiaje institucional, incluidos los bloques políticos que lo
defienden, se hacen latentes y evidentes para el conjunto de nuestro pueblo.
Las recientes
movilizaciones y la toma de los establecimientos por parte del movimiento estudiantil
que no ha visto cumplidas sus legítimas demandas por una educación gratuita y
de calidad, son expresión concreta de estas contradicciones. Hoy, a un año del
asesinato de Manuel Gutierrez por parte de las fuerzas policiales, la respuesta
del Estado frente al tema de la educación sigue siendo la criminalización de
las manifestaciones sociales y la represión fascista contra nuestros niños y
jóvenes.
Para nadie es novedad que
el Estado chileno está al servicio de las clases dominantes y del capital
trasnacional. La constitución de 1980 fue construida para perpetuar esta
situación. La concertación y la derecha son el bloque en el poder que defiende
y prolonga esta realidad. La privatización de nuestros recursos naturales, como
el cobre, los bosques, los recursos marítimos, el litio, el agua, la educación,
el trasporte, la salud, la precarización del trabajo, el robo de las AFP, son
todas políticas de un sistema basado en el lucro,
en la acumulación de capital,
en la concentración de la riqueza en manos de un puñado de familias y empresas.
La pérdida de legitimidad
del sistema en su conjunto, se expresa en el descontento social y en la
protesta popular, como las que ocurrieron en Aysén, en Freirina, en Calama, en
las luchas del pueblo mapuche, de los pobladores, de los trabajadores, de los
estudiantes, de los pescadores artesanales y trabajadores portuarios, de los
medios comunitarios. Para nosotras y nosotros, la lucha sigue siendo de clases,
entre los explotados y los explotadores, entre el pueblo trabajador y los
grupos económicos dueños de todo, entre los pueblos Latinoamericanos y el
imperialismo.
La clase dominante no está
dispuesta a ceder su poder y se prepara para el enfrentamiento de clases, blindándose
jurídicamente con la ley hinzpeter, con la instalación de una base gringa para
entrenamiento contrainsurgente en el fuerte Aguayo en Concón, la militarización
de la Araucanía,
la creación de grupos paramilitares como el comando trizano. La respuesta de
las clases dominantes frente a las exigencias de nuestro pueblo será la
violencia y el terrorismo de Estado.
Ese mismo opresor-explotador
se nos presenta hoy sonriente como candidato, y llena nuestras poblaciones con
propagandas y promesas, diciéndonos que el único camino para transformar esta
realidad es votando por ellos, por alcaldes fascistas que después reprimirán al
pueblo, como Labbe o Zalaquett, o senadores que se aumentan 2 millones en una
tarde, mientras insultan a los trabajadores con aumentos al salario mínimo de
10 mil pesos. Por estos motivos hacemos el llamado a nuestro pueblo a no participar
de este circo electoral, a no votar por nuestros verdugos ni legitimar su mal
llamada democracia.
Ante este escenario, las
organizaciones populares estamos llamadas a hacernos más fuertes y activas, debemos
fortalecer nuestros trabajos, nuestra articulación con otros sectores, nuestra
capacidad de movilización y protesta, nuestro poder, teniendo en cuenta que el
capitalismo neoliberal solo podrá ser derrocado por la acción de los
movimientos populares y la implementación de su proyecto histórico, ya que la
historia nos demuestra que el único camino para la emancipación los pueblos es
la transformación revolucionaria de la sociedad.
Poblaciones de la Zona sur de Santiago.
Septiembre 2012.