Dirigido a quien
lo lee:
Muchas y muchos somos quienes pensamos
que el camino que han trazado las movilizaciones estudiantiles van en la
dirección correcta a la hora de cambiar, no tan sólo la educación, sino que
también la sociedad, o por lo menos, aspectos fundamentales de ésta. Muchas y
muchos somos quienes convivimos día a día con estos estudiantes que han
aprendido, no sin errar antes, cuales son los caminos, aunque más dificultosos,
son los que construyen colectivamente algo firme y con sentido. Cada vez somos
mas las y los trabajadores de la educación que coincidimos en las críticas
planteadas, convirtiéndonos en actores constantes de lo que nosotros,
legítimamente creemos y estimamos como un bien común, la educación.
Es
de esta manera, como a lo largo de las movilizaciones hemos presenciado
simultáneamente, a un Estado, a sus gobiernos y fuerzas de orden hacer lo que
estiman necesario para contrarrestar y debilitar un movimiento social, que pone
en juicio precisamente estos aspectos fundamentales que sostienen a quienes
viven de gobernar y explotar a millones de personas. Vemos con admiración como
el movimiento social madura lentamente a un movimiento político por esencia.
Hoy sentimos que pensar en educación es pensar en cómo construimos la vida en
común, la vida en sociedad.
Mientras
la represión se hace presente en cada una de las tomas de los estudiantes y la
cual repudiamos en todas sus formas y grados, el gobierno defiende las
iniciativas legales que ellos creen que representan las voluntades de quienes
luchamos por una educación que sea expresión de las verdaderas necesidades de
quienes participan en ella. Dicen recoger nuestras demandas, mientras nos
reprimen por defenderlas.
Por
todo lo anterior, es que hoy reafirmamos estar presentes con nuestra
participación activa en el movimiento, no sólo como críticos de la forma y
fondo de la actual educación chilena, sino más importante, como parte que
construye comunitariamente una forma de educar que sea expresión de lo que
entendemos y queremos como sociedad, fiel al modo en que deseamos vivir en
conjunto.
Todas
nuestras manos y nuestras voluntades para ir construyendo el camino que nos lleven
a una educación donde todas y todos participamos y decidimos. Donde nos reunimos,
nos hacemos responsables, nos comprometemos por hacer de la educación un asunto
de la comunidad, un asunto esencial de todos quienes actuamos en ella, y no un
negocio más de un modelo económico impuesto.
¡Arriba
el movimiento estudiantil!
¡Arriba quienes luchan por
una nueva organización desde los trabajadores de la educación!
¡Arriba quienes luchan por
construir un proyecto educativo que nazca desde la comunidad educativa!
Escuela Sindical Permanente – Red
Colectivos Docentes
Santiago, Agosto del 2012