© José Miguel Méndez |
El enigmático estilo del Zar de la inteligencia
La semana pasada, tras el revés judicial del gobierno en el caso
bombas, el director de la ANI, Gonzalo Yuseff, fue interpelado por
diputados opositores en una sesión en la Cámara. Esa tarde se abrió,
además, un debate respecto de la manera en que el organismo está
desarrollando su tarea. Pero, ¿quién es el hombre encargado de la
inteligencia en Chile? ¿Cómo opera? A continuación algunas pistas.
“Un joven, Jristo Stoianev, es reclutado por los servicios secretos
soviéticos, en Bulgaria de 1934. Luego de completar su entrenamiento en
Moscú es enviado a luchar en la guerra civil española. Cuando está a
punto de convertirse en una de las víctimas de las purgas de Stalin,
debe huir hacia París. La invasión alemana lo sorprende en la cárcel,
desde donde huye auxiliado por los servicios secretos de El Vaticano,
los mejores del mundo. Y así continúa la acción de un modo vertiginoso”.
Esta reseña corresponde al libro Soldados de la noche, del
estadounidense Alan Furst, y la escribió hace algunos meses -en revista
Tell- Gonzalo Yuseff Quirós (41), el actual director de la Agencia
Nacional de Inteligencia (ANI). Lector voraz, esta es la única actividad
pública del jefe de la ANI. Todo el resto de su agenda es reservada.
Furst, autor de históricas novelas de espionaje situadas durante el
periodo entre las dos guerras mundiales, es uno de los escritores
favoritos de Yuseff, quien en estos dos últimos años a cargo de la
inteligencia del país se ha ido transformando en una especie de
personaje de Furst.
Lo que sorprende de inmediato al ver a Yuseff es su frondosa barba,
muy parecida a la de Fidel Castro en los 70. Sus amigos señalan que el
look estaría inspirado en el escritor ruso del siglo XIX León Tolstoi,
otro de sus autores favoritos. Sin embargo, cercanos al abogado también
dan otra versión: durante su época de fiscal recibía muchos comentarios
por su “cara de niño”, la que le hacía representar menos de su edad.
Cuentan que al llegar a la ANI debió enfrentarse a un complejo equipo de
cerca de 200 personas (hoy la planta es de 140 personas), casi todas
mayores que él, y varios militantes de la Concertación y de la izquierda
extraparlamentaria. También debió sentarse a la cabecera de la mesa con
los jefes de inteligencia de las Fuerzas Armadas y las policías. “La
barba larga representa sabiduría, autoridad”, señala un amigo del
abogado viñamarino de la Universidad de Valparaíso, quien es fanático
del boxeo (lo ha practicado) y el fútbol. “Es una cortina de humo para
desviar la atención”, señala en broma Yuseff a sus amigos.
Tenderini 113
La ANI es un organismo público que se creó en 2004 para coordinar y
asesorar al presidente en materia de inteligencia. Tras una larga
discusión en el Parlamento se promulgó la Ley Nº 19.974, donde se
detallan sus funciones.
De la ANI se conocen escasos detalles. Uno de los pocos es que opera
en un edificio en Tenderini con Moneda, a cinco cuadras del palacio
presidencial. Su dotación y forma en que se gasta el presupuesto es
secreta, y es uno de los pocos servicios estatales que no están sujetos a
la Ley de Transparencia. La reserva es tal que incluso sus ex empleados
están obligados por ley a guardar silencio sobre lo que hicieron o
vieron en la agencia. Según dicen en el gobierno, hoy trabajan alrededor
de 140 personas, y Yuseff ha remodelado varias de las plantas para
incorporar tecnología. En el piso 6 del edificio -que a principios de
los 90 fue un conocido prostíbulo y luego un banco- creó un moderno
sistema de archivo de información confidencial. Su idea es impulsar una
ley que permita desclasificar documentos, al igual que en otros países.
Junto a esta sala creó una biblioteca con textos de inteligencia,
espionaje, movimientos anarquistas y terrorismo. Ya hay libros sobre
ETA, el IRA, la STASI, el FBI, la CIA, entre otros. En este piso también
se equipó una sala con más de 30 pantallas de LCD con los canales de
diferentes lugares del mundo.
El primer requerimiento de Piñera fue modernizar los procesos y mejorar la gestión. Yuseff despidió al 30% del personal anterior y eliminó los departamentos de análisis políticos y económico; este último, por ejemplo, hacía un seguimiento a los principales grupos empresariales del país.
En el Ejecutivo señalan que el perfil de Yuseff cuadraba con lo que
Sebastián Piñera quería para la ANI: una agencia técnica y enfocada en
analizar las principales amenazas del país. Un ejemplo que citan en el
gobierno es que la entidad tenía un equipo orientado a monitorear la
actividad interna de los partidos políticos y una unidad especial
enfocada en análisis de los movimientos de grandes empresarios y grupos
económicos. El presidente encomendó a Yuseff que reorientara la mirada,
priorizando el seguimiento a posibles focos de violencia política,
conflictos sociales y asociaciones terroristas.
Otra de las actividades que ha impulsado el abogado es el intercambio
de los servicios de inteligencia, especialmente con los argentinos,
rusos y chinos. El martes, por ejemplo, recibió a Robert Hannigan, jefe
de la inteligencia británica.
La ANI no puede presentar pruebas a la justicia, lo que es
considerado una de sus grandes falencias por Yuseff. Sólo pueden
entregar información que permita orientar el trabajo de las policías y
proyección de conflictos sociales en el tiempo. “El trabajo de la ANI es
evitar que pasen cosas y no investigar por qué están pasando”, señala
una fuente de la agencia, quien pone un simple ejemplo: “La ANI detectó
que la mayoría de los robos a los cajeros automáticos correspondían a
tres bancos, los que habían adquirido sus cajeros en China, que eran
fáciles de abrir y estaban mal instalados. Se informó a esos bancos,
pero más que eso no se puede hacer”.
Articulo de
Juan Andrés Quezada
| jaquezada@quepasa.cl.