
Estimado Juan Carlos (me es difícil llamarte‘Majestad’, porque donde
vivo ese título se lo damos solamente al buen vino, o a una hembra de
pechos y nalgas generosas):
Soy nieto de españoles nacido en Chile entre ríos de torrentosas aguas
cordilleranas y frutales que ya los quisieras en España. Mis ancestros
proceden de Castilla la vieja….aunque uno que otro por ahí asegura tener
raíces catalanas, lo que en verdad a mí me dice poco y nada, pues de tu
país, con suerte, algo sabemos por estos lugares gracias a Serrat,
Sabina y, muy particularmente, Cervantes, Quevedo, Unamuno y García
Lorca. Pero, a fuerza de franqueza (no de ‘franquismo’) de ti es
bastante exiguo lo que podemos reportar, salvo que una periodista se
transformó en tu nuera y que ya tienes nietas.
Quiero contarte que uno de mis abuelos llegó –siendo un adolescente
imberbe- a esta ‘franjita’conocida con un extraño nombre, “Chile”, allá
por el año 1923, cuando en tu patria muchos de los habitantes de la
España campesina morían de hambre y de olvido. Se llamaba Alejandro. No
vivió la guerra civil pero, diablos, cómo la lloró. Se alegro muchisimo
cuando Pablo Neruda escribio "Espana en el corazon" y ademas salvo la
vida a mas de 2.000 espanoles republicanos cuyos hijos hoy son gloria de
las artes y la cultura en Chile.
Seria interesante que te dedicaras a
investigar ydenunciar la gente desaparecida o asesinada durante el
tiempo negro de franco,claro entiendo puede pasarte lo del juez
Garzon,pero como te admirariamos.
Tuvo suerte mi abuelo. Tampoco le alcanzó la existencia para soportar la
dictadura de Pinochet, ya que falleció algunos años antes. Disfrutó de
un buen pasar por estos lares. Engendró ocho hijas (una de ellas fue mi
madre) y jamás pudo ahorrar dinero suficiente para regresar a su tierra,
ni siquiera como turista. Si aún viviera, de seguro que tus guardias
pretorianos vestidos con tricornios y haces lictóricos lo hubiesen
detenido en Barajas y enviado de regreso con viento fresco por ‘provenir
de una nación sudaca’.
¿Sabes? Según mi escuálida opinión de latinoamericano, eres un vástago
de Franco. No sé qué utilidad puedes prestar a tu país. Perdona mi
asertividad algo irreverente, pero… ¿qué haces después de abandonar tu
lecho cada mañana? No eres obrero, maestro ciruela, tarotista ni
‘personal trainer’; no vas a ninguna oficina bursátil ni burocrática, no
conduces un taxi; tampoco eres guía turístico, futbolista ni académico
universitario… menos aún eres trabajador agrario, torero, cantante,
ascensorista, cura o alcalde. Traté de averiguar si eras tornero,
mecánico, médico, odontólogo, escritor, proctólogo, nutricionista,
poeta, actor de teatro, trabajador social, psicólogo, linotipista,
refrigerante, electricista, ingeniero, fontanero….pero, nada de nada. Me
han dicho que no trabajas en ninguna organización supranacional como la
OIT, la UNICEF ni algo parecido. ¿Limpias pisos? ¿Vendedor viajero?
¿Eres chef, comerciante, buhonero, minero? ¿Saltimbanqui, actor
circense, estrella de televisión, cantautor? ¿Pagas impuestos?
Que eres rey…eso me han contado. Con tal título, aquí en Chile estarías a
cargo de un carrito ambulante de comestibles, como ‘el rey del mote con
huesillos’, o ‘el rey de las empanadas fritas y las sopaipillas’, o el
‘rey del hot-dog’… o simplemente, en un psiquiátrico, tal como está el
‘rey de la luz estrogoscópica de Jesús el rockanrolero’.
La verdad es que no imagino qué haces para no aburrirte, y no me vengas
con el deshuesado cuento de que tu sangre procede de familias que en la
Edad Media creían ser designadas por Dios. Te aseguro que en América
Latina eso pesa menos que un pedo en un canasto. Ni se te ocurra meterte
por estos lados a una barra brava del fútbol y lenguajear que eres
monarca de no sé dónde, porque lo más seguro es que del estadio saldrías
desplumado y en cueros.
Supe que en España algunos irrespetuosos han estado quemando tu foto. No
te preocupes. Aquí en Chile, hace pocos años atrás, los militares
golpistas pro-franquistas quemaban a las personas, y no a sus
fotografías. A otras las lanzaban al mar desde un helicóptero, y a
muchas (a miles en verdad) les arrasaban sus viviendas en medio de la
noche o las trasladaban, a golpes deculatazos y puntapiés, hasta campos
de concentración donde eran torturadas salvajemente, cuando no fusiladas
sin juicio ni razón ni argumento.
Pero aún tienes defensores allá en la península que siguen creyendo ese
cuento de hadas respecto de tu sangre ‘borbónica’ (lo que huele a
vinacho metido en vasijas de madera).
Un Zapatero (lindo oficio) aseguró que para España eras más importante
que nunca y gozabas –como rey.- de excelente salud, asunto bastante raro
ya que por estas tierras sudamericanas no nos ha llegado ningún rumor
de que hayas sido presa de una enfermedad, como ocurrió, por ejemplo,
con nuestro hermano Fidel.
Claro que, a fuerza de ser sincero, un amigo campesino de por acá me
dijo que el Zapatero era en verdad “Sobadero”, lo que por estos rumbos
viene a significar algo así como lameculos, apatronado, obsecuente,
cobardija, servil o yanacona. La verdad es que desconozco todo sobre la
España de hoy, por lo tanto no puedo desmentir ni asegurar nada al
respecto.
Bueno compadre (y agradéceme Juan Carlitos, porque con ese ‘compadre’ te
estoy privilegiando), espero sinceramente que puedas encontrar un
trabajo productivo y bien remunerado, para, de esa laya, evitar que
muchos españoles –con justa razón según me parece- sigan afirmando a
través de Internet que eres un flojo sin destino, un inútil, un lastre
económico para el Estado, una pieza de museo, una deshilachada
consecuencia del franquismo, un personaje ahistórico, en fin…un vago en
realidad, y un vago demasiado caro. No lo digo yo, lo aseguran tus
compatriotas.
Si te interesa desmentir a tus detractores, acá en el campo chileno
donde vivo, este verano se necesitará mucha mano de obra en las
principales empresas agrícolas para esta nueva temporada de cosecha de
frutas. Escríbeme y podré conseguirte un puesto de trabajo, al menos por
tres o cuatro meses. No pagan muy bien….doce dólares diarios…pero peor
es nada y por algún lado se empieza, ¿no crees?
Me despido deseándote que los caminos te sean fructíferos y que España no se convierta en un calvario para ti.
Arturo Alejandro Muñoz