La nueva forma de sapear: Control, vigilancia y represión
Es bien sabido que los Estados, en su afán de imponer el orden y la estabilidad social, poseen órganos militares y policiales que les aseguran el monopolio del ejercicio de la violencia.
Con estas herramientas aseguran el mantenimiento de un determinado sistema económico, político y cultural que beneficia a los grupos de poder que se alojan y amparan tras el aparato estatal. Sin embargo, menos conocidos son los aparatos de inteligencia que poseen. Históricamente han existido estos aparatos, los cuales han sido fundamentales para vigilar y controlar a la población.La Alemania nazi tuvo ala Gestapo, la unión soviéticala NKVD y Estados Unidosla CIA.
Todas estas organizaciones son las llamadas policías secretas, las cuales a menudo emplean métodos terroristas para suprimir la disensión y la oposición política, o como herramienta para reforzar el estado policial o un sistema totalitario. Todos los Estados que se rigen por la democracia tienen su propia policía secreta y sus servicios de inteligencia.
Chile no es la excepción, la inteligencia chilensis se denomina ANI (agencia nacional de inteligencia).La ANIfue creada en 2004 y es la directa sucesora de los aparatos de inteligencia dictatoriales comola DINA yla CNI, ambas policías secretas que desarticularon los movimientos sociales en los años 70 y80, através de múltiples perseguimientos, torturas y asesinatos.
Actualmente,la ANIse encuentra realizando labores de inteligencia política y militar. Depende directamente del Ministerio del Interior, con el cual han orquestado diversos montajes y perseguimiento a los movimientos sociales.
Los mapuche en el “caso del fiscal Elgueta”, el “caso paquistaní” y el “caso bombas” son algunas de los intentos por construir, a través de la inteligencia gubernamental, un ambiente de perseguimiento, control y vigilancia.
Para realizar dichas accionesla ANIrealiza escuchas telefónicas, interviene correos electrónicos, realiza seguimientos, entre otras acciones. Diversos dirigentes sociales a través de lo largo de Chile han denunciado estos perseguimientos sin eco en los medios de comunicación masivos ni en la justicia.
La policía secreta suele trabajar en las sombras y mueve sus influencias, mal que mal pertenece al Ministerio del Interior, seguramente la cartera de gobierno con mayor poder político. Los mismos dirigentes y las bases estudiantiles han denunciado el hostigamiento represivo de estas instituciones. Casos de tortura con electricidad se conocieron estas últimas semanas en la ciudad de Concepción, estudiantes secundarios del liceo industrial de Collao denunciaron el hecho. Estas prácticas cada vez se acercan más a las fascistas acciones que realizabanla DINAyla CNIdurante dictadura. Por otro lado, cada vez es más común la presencia de sapos, informantes y carabineros con cámaras de video en las marchas y protestas.
Recientemente se anuncio la creación de un grupo especial de “cazadores de encapuchados” conformados por efectivos de Fuerzas Especiales, agentes del OS-9, dela Direcciónde Inteligencia de Carabineros (DIPOLCAR) y peritos del LABOCAR. Por otra parte, se dio a conocer un proyecto denominado en los medios como “Ley Hinzpeter”, el cual pretende enfocar como delito cualquier manifestación social que impida la libre circulación por calles y las tomas de edificios. Además, clasifica como sospechosos a todos aquellos que estén realizando registros audiovisuales en marchas y protestas, y tambien, obliga a cualquier persona a entregar el material que haya registrado. Son medidas que refuerzan el Estado policial y debilitan los medios de comunicación independientes, los cuales están preocupados de que abusos policiales no se cometan durante las manifestaciones.
Todas estas medidas seguramente responden a un hecho alarmante. Según asegura “El Mercurio” del 2 de octubre, un tal William J. Bratton se entrevistó con el gobierno chileno. El tipo no es nada más que el ex encargado de la policía estadounidense de Los Ángeles y Nueva York. William J. Bratton es un conocido colaborador de la guerra contra el terrorismo, además de participante de diversos organismos de inteligencia norteamericanos. Este individuo es un acérrimo defensor de la restricción de las libertades civiles y según “El Mercurio” fue invitado a una reunión con el Ministerio del Interior para realizar una verdadera “revolución” dentro de la institución de carabineros. Realmente preocupante son estas informaciones que nos demuestran la clara intención del gobierno por reforzar los aparatos de inteligencia, disminuir las libertades civiles y fortalecer el Estado policial.
Los colaboradores de los servicios de inteligencia y carabineros, el caso de un Sapo desenmascarado.
Los servicios de inteligencia tienen contactos con personas que colaboran activamente con sus acciones y persecuciones. La presencia de sujetos sospechosos en las marchas y protestas de los últimos tiempos se ha hecho habitual. Personas con cámaras fotográficas y de video suelen registrar material que posteriormente entregan a los servicios de inteligencia y carabineros. Los popularmente conocidos como sapos son habituales en las marchas. Por lo general están cerca de carabineros para poder protegerse de cualquier eventualidad.
En la ciudad de Concepción se ha logrado identificar a uno de estos individuos. Además de colaborar con material grafico para carabineros, realiza otras labores. Un ejemplo de esto ocurre el 29 de septiembre enla Universidadde Concepción, en donde un reportero independiente que realizaba sus actividades de trabajo fue detenido por carabineros.
En una insólita acción, carabineros conduce al reportero detenido hacia Juan Carlos Lyner (el sapo), el cual viste ropa de civil y tiene una cámara fotográfica. Como si se tratara de un carabinero más, le preguntan a Lyner que hacer con el detenido, a lo cual responde con un “llévenselo detenido, no es periodista, no es nada”. Esto demuestra que Juan Carlos Lyner realiza labores de inteligencia con carabineros, ya que está encargado de determinar quiénes son llevados detenidos, al realizar una labor de identificación de los detenidos.
La pagina web www.resumen.cl asegura que “Su nombre es Juan Carlos Lyner, comunicador audiovisual, quien realizó su practica el Diario El Sur, con un paso esporádico por El Mercurio. Hoy trabaja como reportero gráfico en El Diario de Concepción, medio de comunicación que paradójicamente está vinculado ala Universidad de Concepción asociada con el grupo periodístico COPESA (La tercera y otros medios)” “La actitud antiética de Lyner es conocida al interior de los reporteros gráficos y camarógrafos de los diversos medios de comunicación en Concepción… Lyner trabaja habitualmente con las Fuerzas Especiales de Carabineros, se sube a los vehículos durante los procedimientos, comparte sus fotografías con ellos, además de otro tipo de colaboraciones, como recoger los cartuchos percutados al interior del barrio universitario en Concepción.
Sin embargo, las denuncias no terminan allí, ya que un vecino del sector de Collao, asegura haber visto a Lyner dar instrucciones a un piquete de fuerzas especiales y a un vehículo policial, durante un procedimiento policial tras manifestaciones enla Universidad del Bio-Bio, misma versión que dieron estudiantes dela Universidad de Concepción, quienes aseguran haber visto a Lyner dar instrucciones o señales a efectivos policiales” asegura la página web del periódico Resumen.
No nos queda más que denunciar y visualizar el accionar de los grupos de inteligencia nacionales y de los “sapos” que están bajo sus órdenes. La visita de William J. Bratton a Chile y la presencia cada vez más habitual de individuos como Juan Carlos Lyner, nos confirman que la política del gobierno (continuación de la emanada por la Concertación) busca reforzar la vigilancia y el control social, a través de la utilización de técnicas de inteligencia que sólo buscan apagar cualquier grito de disidencia o disconformidad en una sociedad plagada de razones para manifestar nuestro descontento.