martes, 3 de marzo de 2009

PULSO SINDICAL

DEL 26 DE FEBRERO AL 4 DE MARZO, 2009

Estos días son particularmente interesantes, los efectos de la crisis económica comienzan a repercutir en todos los sectores y si a eso agregamos la conmemoración del día Internacional de la Mujer no podríamos menos que esperar una gran demostración de masas. Solo considerando la cantidad de organizaciones que convocan a los actos para el 8 de Marzo podemos concluir que tendremos miles y miles demujeres en la calle.

Sin embargo los abusos que se registran particularmente en el sector de la hotelería y los servicios, con extensas jornadas de trabajo, amenazas y deficientes fiscalizaciones, unidos a la falta de autocrítica de las personas que activan en el mundo social así como las que integran las diversas organizaciones, permite augurar algo similar a lo que se ha vivido en los últimos años en las diversas jornadas de movilización.

Jornadas más o menos exitosas que poco o nada dejan al trabajo posterior, que parece ser ignorado por la dirigencia. Quiero decir que se pone toda la carne a la parrilla para dar una imagen de masividad pero en el trabajo diario los resultados son bastantes pobres cuando no derechamente deficitarios.

Por tal razón considero oportuno hacer públicas las siguientes reflexiones que son materia de nuestro análisis como organización en una fecha tan importante como lo es el Día Internacional de la Mujer.

ALGUNAS REFLEXIONES EN EL DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER El 8 de Marzo en la mayoría de los países del mundo, se conmemora el Día Internacional de la Mujer. Se recuerda a quienes fueran pioneras en la demanda por igualdad de derechos y oportunidades para la mujer. Se organizan marchas, se escriben cientos de documentos, se toman miles de compromisos y al día siguiente todo vuelve a ser igual. La desesperanza sigue rondando, los abusos son la respuesta del sistema a las demandas históricas.

Poco o nada cambia hasta el próximo 8 de Marzo, fecha en que se vuelve a repetir el rito.

El camino está suficientemente trazado desde hace rato el asunto es como echar a andar, que ya se irán haciendo durante la marcha las modificaciones que hagan falta. Esa y no otra es la conclusión que debe primar. Acción y movilización permanente.

En los documentos constituyentes de la CGT se estableció que el actor fundamental del proceso son los trabajadores, que mujeres y hombres son explotados y abusados en sus mas mínimos derechos y que el objetivo principal es construir la fuerza propia que se pueda contraponer al predominio, hasta ahora sin contrapeso, del capital.

En esta fecha trascendente, una de varias del movimiento sindical, debemos reconocer que no hemos sido capaces de dar total cumplimiento a esa resolución y las consecuencias están a la vista.

A nosotras y nosotros, dirigentes sindicales, nos cuesta llegar con nuestra opinión a nuestros compañeros de trabajo, aunque pocas veces lo reconocemos. Hasta nos cuesta explicarnos porque no reaccionan ante tanto abuso, y les reclamamos por la indiferencia y falta de participación en las reuniones. Todo pretendemos arreglarlo con multas.

Es común escuchar en las conversaciones que sostenemos cuestiones como estas. ¿Como no entienden los socios que la responsabilidad de defender los derechos es de todos?. ¿Es que no se dan cuenta que el abuso no distingue sexo ni profesión y que una de las pocas herramienta de la que disponemos es la organización?.

Sin embargo cuesta mucho reconocer nuestra responsabilidad en este repliegue de la lucha sindical, en este no estar ni ahí de los trabajadores. ¿No será que por alguna razón los que fallamos somos nosotros, que no podemos llegar a la conciencia de nuestros hermanos de clase y sacarlos del sopor en que los tiene el sistema?.

A muchas de las convocatorias llegamos solos, representando a diversas siglas y colectividades pero dejando fuera al componente central de la lucha. Los Trabajadores.

Por alguna razón estamos culpando a otros sin asumir nuestras responsabilidades y eso lo resienten los más abusados. Imagínense, acordar un ingreso mínimo con la autoridad cuando cualquier persona por muy ignorante que sea, concluye que con esa cifra es imposible vivir.

La vida a fines del 1800 no era muy distinta de la de ahora. Ya en esos años las mujeres se dieron cuenta de que el abuso era excesivo y comenzaron a luchar por sus derechos. Eran miles las que salían a la calle y pese a la represión y la carencia de medios se las ingeniaba para difundir sus demandas.

Y que hacemos ahora?, mas que trabajo a la salida de las fabricas vivimos pegados al correo electrónico, hacemos sindicalismo por Internet ignorando que no son tantos los hogares obreros que cuentan con esta tecnología (¿con que plata si apenas les alcanza para comer y medio vestirse?).

No van los dirigentes a entregar la cuenta de su gestión ante las masas, solo discursos deslavados y carentes de motivación, para cerrar el acto con los músicos de moda en una deprimente fiesta en la que no han de faltar las cervezas y los pitos. Al igual que los patrones y los gobiernos, pan y circo que eso es lo que la lleva.

Entre muchas otras, aquí hay varias razones que pueden explicar la baja participación. Por lo mismo en esta nueva conmemoración del día internacional de la mujer hagámonos cargo que la tarea empieza en nosotros, los que dirigimos.

Acercarse a la base es la obligación, educarlos en sus derechos es el primero de los pasos y esa educación debe ser personalizada, permanente, considerando la historia, los éxitos y los fracasos. Ese y no otro es el rol de los dirigentes.

De esta escuela, que nos heredaran nuestros lideres y que muchos ignoramos, nacerá la organización de nuevo tipo, esa en que las trabajadoras y los trabajadores serán quienes la llevan, esa que centrará su accionar en las demandas concretas de la clase y que una vez conseguida la organización y ganada la lucha por el pan comenzará, con los mismos que fueron creando y fortaleciendo su conciencia en la lucha diaria, a proyectar la sociedad digna y justa en la que estas inequidades no tendrán cabida.

Por eso compañeras y compañeros, dirigentes y trabajadores, más que reiterar los discursos la invitación es a trabajar para convencer de la necesidad del cambio. En la casa, en el barrio, en el sindicato.

A cada uno de los lugares donde concurramos arrojemos la semilla de la educación, la organización y la lucha. Pongamos todo nuestro esfuerzo para superar las barreras que la incomprensión ha ido construyendo en la conciencia de nuestro pueblo.

Si no somos nosotros los que hagamos los cambios nadie lo hará. Es el mejor homenaje que podemos hacer a la mujer en su Día Internacional.
MANUEL AHUMADA LILLO Presidente CGT MOSICAM