martes, 22 de julio de 2025

22 DE JULIO DE 198O A 45 AÑOS DE LA PRIMERA TOMA DE TERRENOS EN DICTADURA



En 1980 las organizaciones poblacionales comenzaban a reorganizarse, el MIR se alzaba en la R reconstruyendo los cuadros políticos-militares; con la experiencia acumulada en el trabajo poblacional se había constituido la Coordinadora de Organizaciones de Vivienda de Base (COVIB) en la zona sur de Santiago, que fue la antecesora de la COAPO.
La integraba comités de vivienda de La Bandera, San Gregorio, Lo Valledor Norte y Sur, Santa Adriana y la Nuevo Amanecer, es decir, el espacio geográfico de la posteriormente famosa y combativa Coordinadora Caro Ochagavía,
Ese 1° de mayo se efectuada un masivo encuentro poblacional, en una sede sindical en las inmediaciones de la población El Pinar, en Vicuña Mackenna, donde asistieron representantes de los distintos comités que luego protagonizarían la toma “22 de julio”. Desafiando la represión de la dictadura, los pobladores organizados asistieron al acto que se realizó al interior del sindicato, para luego salir a desfilar por las poblaciones aledañas, en una actitud desafiante y bastante valiente. Los pobladores comenzaban a perder el miedo y organizarse.
El Movimiento de Pobladores tomaba fuerza propia, en las asambleas se acordaba democráticamente el que hacer, coordinándose territorialmente en la ejecución de acciones que abrían una nueva fase de la dictadura, desde el punto de vista de la descomposición hegemónica del régimen, que generó las fisuras por donde el descontento popular estalló, como en la toma del 22 de julio, primera acción de este tipo de tal envergadura y repercusión a nivel nacional. El MIR impulsaba desde la R la lucha poblacional.
Como olvidar a Raquel o “la Raca”, de activa participación en las organizaciones de base, quien trabajaba como empleada doméstica, en ese aniversario de la COVIB en La Bandera se organizó una gran fiesta, Illapu se hizo presente gracia a la gestión de “la Raca”, la iglesia estaba llena ese día…se habían invitado a sindicalistas históricos, como Clotario Blest sentado en primera fila…el altar con los colores rojo y negro era el escenario. El obispo de la zona y los curas que fueron invitados al principio estaban nerviosos, mientras cantaban con toda la fuerza el Illapu.
Para el invierno de 1980 la situación de los “sin casa” y de las familias allegadas se hacía insostenible. Los catastros realizados por los pobladores revelan la dimensión del problema, cuyos resultados fueron publicados parcialmente en la Revista Hoy en marzo de 1980. Desde su neoliberal lógica subsidiaria, el gobierno diseñó una “solución” a todas luces insuficiente para enfrentar el déficit de vivienda política que, dicho sea de paso, fue legitimada por los gobiernos de la Concertación y que subsiste hasta hoy: el subsidio habitacional y el crédito hipotecario.
“La presión de los pobladores se hacía cada vez más y más insostenible. Aquel invierno de 1980 no se había manifestado particularmente lluvioso, lo que nos favorecía dada las presiones de parte de los pobladores. Sin embargo dudábamos respecto de si era el mejor tiempo. De hecho no lo era” señalaba el dirigente Juan Rojas.
Fue a principio de julio que se convocó a una reunión en la iglesia de Nuestra Señora de Los Parrales, ubicada en el paradero 18 de Santa Rosa para ultimar los detalles de la toma. Aquel día se organizaron las distintas comisiones o pequeños comités que operarían en la acción de toma y que debían organizarse en cada Comité de Vivienda y fusionarse en el terreno mismo. Algunos de ellos eran: Intendencia, Vigilancia y Autodefensa, Relaciones Públicas, Salud, etc.”
También, se designó a Marcos Cariz, dirigente del comité de Lo Valledor Sur, como encargado operativo de la toma. De esta manera, los pobladores esperaron el día de la toma en primera instancia sería ejecutada el 19 de julio, en homenaje al triunfo de la Revolución Sandinista. Sin embargo, debido a las lluvias que arreciaron el día designado, la toma tuvo que aplazarse hasta el 22 de julio.
Los pobladores estaban consiente que arriesgaban sus vidas, al desafiar a la dictadura en una toma de terreno, las mujeres eran las más decididas y resueltas a dar la pelea ese día. Alrededor de las 7 la mañana las caravanas de microbuses en que se trasladaban los “sin casa” comenzaron a llegar al punto convenido, unas canchas pertenecientes a la Dirección General de Deportes en el cuarto sector de la población la Bandera. Se vieron obligados a engañar a los micreros que arrendaron sus máquinas, diciéndoles que se dirigían a un encuentro de comunidades cristianas. Los pobladores que para la posteridad ostentarán el título de ser los primeros en entrar al terreno fueron los pertenecientes al COVIB de Lo Valledor Sur. En forma organizada comenzaban a llegar otras micros con los pobladores, pronto carabineros fue alertado e interceptaron algunos vehículos, el cerco represivo no tardo en rodear la cancha esa mañana de invierno.
La primera toma masiva de terrenos en la dictadura fue lograda con éxito, y a eso de las nueve de la mañana, cerca de trescientas familias se encontraban con sus carpas instaladas sobre el barro y la basura.
La llegada masiva de las fuerzas policiales se produjo cerca de las diez de la mañana. La respuesta del gobierno dictatorial ante las demanda por una vivienda digna fue la violencia. Los carabineros de la 13ª comisaría de La Granja apoyados por decenas de efectivos de fuerzas especiales actuaron rápidamente, sin mediar ningún tipo de diálogo. Procedieron a golpear a todos los que se les cruzaron por delante, sobre todo a los hombres, que fueron detenidos en su totalidad, mujeres y niños lograban refugiarse en una parroquia del sector.
El mensaje de la dictadura era evidente: no habría diálogo, sólo fuerza bruta. Sin embargo, los pobladores y pobladoras protagonistas de esta historia estaban conscientes de la hazaña que significó su acción y no tenían intenciones de rendirse tan fácilmente.
La repercusión mediática de la acción fue un estímulo para continuar, así se comenzaría a dar vida organizacional a la COAPO una instancia de coordinación más amplia a nivel poblacional.
Los pobladores no sólo soportaron un duro invierno, sino que también el acoso constante de la policía y el infiltramiento recurrente de agentes de los servicios de seguridad, a pocos días de la acción, Juan Rojas fue secuestrado desde dependencias de la Vicaría Sur por agentes de la CNI para ser trasladado y torturado en el cuartel Borgoño por el Álvaro Corbalán.
En este caso, se logró un gran apoyo y organización por parte de los pobladores, además de una gran concurrencia de lugares vecinos al lugar. El grado de articulación y compromiso fueron impresionantes logrando la victoria y poder permanecer en el lugar. En este acto participaron en la defensa de manera decidida las mujeres.
Comúnmente se recalca en especial el papel de los jóvenes en este tipo de acciones, pero la mujer también es parte importante de tales actos, destacó de sobremanera el papel de la mujer en la toma de estos campamentos: “esa toma se concreta y se consolida gracias a la acción decidida de las mujeres, y eso es impresionante, hasta el día siguiente, día 23, fue la mujer la que combatió, la que resistió la represión de los pacos”
Estas tomas son un importante avance en la lucha de los pobladores y constituyen un hito histórico en la lucha anti dictatorial en este frente ya que “son las primeras que logran permanecer, venciendo duros enfrentamientos en los intentos de desalojo”
Es importante destacar el compromiso de los dirigentes que fueros leales e incorruptibles ante las presiones y ofertas de aparatos del estado
Hoy a 45 años de esta gesta política poblacional vemos con profunda preocupación que el movimiento poblacional se estancó en los logros de esta primera toma de terrenos de 1980 donde por la presión ejercida se logró la implementación del subsidio habitacional para la clase de bajos recursos y que posteriormente los gobiernos de la concertación lo único que hicieron fue cambiarle el nombre por “subsidio habitacional básico”.
Más preocupación produce el que las organizaciones de pobladores adormezcan preocupados de las postulaciones y juntar plata y no en la recuperación del legítimo derecho a la vivienda.
Enviado ppor: Marcos Cariz