En América del Sur, este 2013 tenemos un motivo especial para sumarnos a las acciones de esta fecha.
Por fin, un país de la región, Uruguay, tiene una ley que otorga el derecho a las mujeres a decidir sobre sus embarazos, aprobada en la Cámara de Senadores de ese país el 17 de octubre de 2012.
En el Caribe, Cuba fue pionera, desde los años de la revolución, en permitir el aborto y contemplarlo dentro de los servicios de salud que presta el Estado.
En el resto de países, las mujeres no pueden interrumpir el embarazo. En muchos de ellos el aborto está penado incluso con cárcel, aunque el embarazo sea fruto de una violación.
En Uruguay se permite en todos los supuestos dentro de las primeras 12 semanas de gestación, ya sea por estar en peligro la vida de la madre, por violación, por defectos del feto, por factores socio-económicos o simplemente porque así lo decide la embarazada.
Uno de los argumentos esgrimidos por los “defensores de la vida de los fetos”, que parecen preocuparse poco por la salud física y mental de la mujeres embarazadas, es que al momento de aprobar leyes que legalicen el aborto, éstos aumentan exponencialmente. Como si para las mujeres que abortan, fuera sencillo llegar a tomar esta decisión.
Las cifras en Uruguay demuestran lo contrario. En estos 11 meses que lleva la ley en vigencia los abortos no han aumentado, pero lo que sí ha disminuido a cero es el número de muertes de mujeres durante la práctica de abortos.
Que el aborto no esté aprobado en la mayoría de países latinoamericanos no significa que las mujeres no se los practiquen. Las que tienen mucho dinero lo hacen en clínicas privadas y seguras, pero la mayoría, que no cuenta con los recursos suficientes, se ven obligadas a acudir a clínicas clandestinas donde más de 5.000 mujeres latinoamericanas mueren cada año por abortos mal practicados. Se calcula que el 95% de las interrupciones de embarazo que se practican en el mundo son inseguras.
El otro argumento de quienes se oponen a un aborto libre y seguro es calificarlo como un pecado y afirmar que va contra las leyes de Dios. ¿Será cierto? ¿Habló Jesús alguna vez de eso? ¿Lo prohibió?
Para responder estas preguntas te invitamos a ver esta presentación realizada por los hermanos López Vigil, María y José Ignacio, autores de las series Un Tal Jesús y Otro Dios es Posible.
Este 28 de septiembre hay que seguir reclamando a nuestros gobernantes que en países laicos las Iglesias no deben dictar las leyes. Insistir en que se despenalice el aborto y que cese la criminalización contra las mujeres que se ven obligadas a practicarse uno.
Ojalá el próximo año no sólo Uruguay y Cuba sean los países que legislan para defender los Derechos Sexuales y Reproductivos de sus ciudadanas y más países se sumen a ésta, de momento, corta lista.
BIBLIOGRAFÍA
BALANCE IMPLEMENTACIÓN DE LEY 18.987
Uruguay: no registra muertes por aborto desde que es legal
Aborto en el mundo
