Por Elio Delgado Legón (Fotos: Elio Delgado Valdés)
“Havana Times”: http://www.havanatimes.org/sp/ ?p=88928#sthash.LabEIXaK.dpuf
HAVANA
TIMES — En la semana que termina, asistí a la última de las
graduaciones de médicos efectuadas este año en Cuba. Fue hermoso ver
graduar en un solo acto, en una sola de las universidades médicas
cubanas a mil 221 doctores en medicina, de ellos 735 extranjeros de
decenas de países, incluidos 58 de China y ocho de Estados Unidos, hijos
de familias pobres que no habrían podido pagar esa carrera en su país.
Es
hermoso pensar que ese ejército de batas blancas, que ahora ingresan a
las filas de los que cuidan la salud de nuestro pueblo y de más de 70
pueblos de todos los continentes, no tuvieron que pagar un solo centavo
para recibir una formación científica y humanista de alta calidad.
Según
las cifras dadas a conocer en el acto, en el curso recién terminado se
graduaron en todo el país 10 mil 526 médicos. Pero si incluimos a los
graduados en todas las especialidades de salud: estomatólogos,
psicólogos, enfermeros, tecnólogos, fisiatras, etc, el total de
graduados se eleva a 29 mil 712, de los cuales 5 mil 020 son extranjeros
que recibieron becas porque carecían de recursos para pagar esa carrera
en sus países.
Podría
parecer una cifra muy alta de graduados para un país pequeño como Cuba,
pero no lo es. Es mucha la necesidad de médicos que hay en el mundo, y
los cubanos solidarios no pensamos egoístamente solo en nosotros.
Todavía
mueren en el planeta millones de niños, de enfermedades que pueden ser
evitadas con una vacuna, y millones de otras personas, por falta de
atención médica adecuada.
A
los países que tienen recursos para pagar, Cuba les exporta los
servicios médicos; pero a los pobres se los ofrece gratuitamente como un
gesto de solidaridad, como es el caso de Haití, para poner un ejemplo
cercano.
Hay
países pequeños del Caribe a los que Cuba les ha formado gratuitamente
los médicos y enfermeras que necesitaban, además de otro personal, para
atender a su población.
Yo
pensaba mientras observaba la graduación y escuchaba los discursos de
agradecimiento de algunos graduados extranjeros, y las palabras de
compromiso de los egresados cubanos, que si la Revolución que triunfó el
primero de enero de 1959 no hubiera realizado toda la obra que puede
exhibir, si sólo se hubiera limitado a hacer lo que ha hecho en la
educación y la salud, aun así habría valido la pena todo el sacrificio
de tantos años de lucha.
Siempre
habrá quien se dedique a buscarle las manchas al sol. Sabemos que
nuestra obra no es perfecta, pues no lo es ninguna obra humana, pero lo
que la Revolución cubana ha hecho, hace y hará por los pobres de la
tierra, nos ofrece elementos suficientes para sentirnos orgullosos de
ser cubanos y revolucionarios.
Como
dato casi insólito en la actualidad, podemos agregar que todos los
jóvenes graduados en las universidades cubanas tienen un puesto de
trabajo asegurado, lo que contrasta con la situación de desempleo que
afronta la juventud en casi todo el mundo.
Y
finalmente, para los que se quejan de una inexistente discriminación
racial, les puedo agregar un dato: el 60 por ciento de esta graduación a
la que asistí, son negros y mulatos, y la inmensa mayoría de los
pacientes atendidos por médicos cubanos en más de 70 países, no son de
la raza blanca.
Siga este enlace para ver las fotografías del evento:
Enviado por Comite de Solidaridad con Cuba Gladys Marin