El compañero Hans Niemeyer es
detenido el 30 de noviembre del 2011 en las cercanías de un banco BCI,
tras un ataque explosivo. Permaneciendo en prisión preventiva bajo la
nefasta ley antiterrorista es reformalizado por tres ataques más. Tras
un año de prisión, Hans consigue el arresto domiciliario y asume la
clandestinidad el 7 de diciembre del 2012 luego de una mañosa
paralización de su proceso judicial. El 26 de abril del 2013 es detenido
por la Policía de Investigaciones. Actualmente se encuentra en prisión a
la espera del juicio que se realizara el 17 de junio del 2013.
REQUIEM POR LA LUNA QUE SE FUE
“Escribo para no reventar, por temor a la muerte lenta y a la gangrena de la amnesia, en la que se pudre toda una generación” – Jean Marc Roullian-
“Sin cadenas sobre los pies, me puse a andar”- Los pericos-
I. La Detención
Eran las 7:30 de la mañana cuando
detectamos movimientos de personas extrañas en la calle, abajo, a ambos
lados del edificio. Personas que parecen estudiantes, transeúntes
habituales del barrio, pero que caminan mirando insistentemente hacia el
departamento en el que hemos buscado refugio. ¿Podrá ser una percepción
errada, esa sensación de persecución que impide ver con claridad lo
real de lo imaginario? Esta vez, sin embargo, sabíamos que estábamos en
falta, sabíamos que habíamos cometido un error. Otras veces también
había pasado, también habíamos caminado por el delgado filo de lo que no
se debe hacer, pero a veces no quedaba otra opción, había que dar el
paso y apostar a que el enemigo llegaría tarde. La dinámica del huir,
con las dos policías (1) detrás nuestro, con un niño pequeño con
nosotros, con el dinero justo, está llena de estas pequeñas apuestas, de
saltos al vacío. ¿Nos abrirán la puerta?¿Nos pedirán que nos
vayamos?¿Nos habrán reconocido? El Bus está detenido, los pacos están
abajo… ¿Subirán? ¿Pedirán cédulas de identidad?¿Vendrán a revisar las
cámaras de este cajero? Sacamos dinero y nos vamos….no hay nada ¿Que
hacemos ahora? Hay cosas que no pueden faltar: pañales, leche para el
pequeño colibrí, como cariñosamente le decimos nosotros. ¿Cuánta comida
nos queda?
Hoy nos comemos los tallarines, mañana
pura sopa y pan, no importa, mientras “pequeño” esté bien podemos
seguir. Hubo días que no hubo que comer, improvisamos un pan con un poco
de harina que encontramos, sal y aceite que quedó bastante bueno, más
la única palta madura que rescatamos de ese palto rebosante de paltas
duras como palo. No me importa, estamos los tres, eso nos mantiene, la
carpa es nuestro refugio, nuestro hogar…tírale otro saco de dormir
encima, que no pase frío. Salgamos un rato afuera, mira los cerros, el
bosque oscurísimo, el cielo, nunca había visto un cielo con tantas
estrellas, más bello aún con ustedes dos. ¿Sabes que sólo por este
instante todo ha valido la pena?¿Recuerdas la consigna que nos
inventamos? “Hay cosas que no se olvidan jamás y sólo por eso vale la
pena vivirlas”. Mañana veremos qué hacemos, cómo solucionamos. Se va
improvisando por el camino.
Claro que esto no lo saben los que
opinan detrás de un computador, los que tienen vocación de jueces sin
sueldo, los que siempre saben qué había que hacer, prestos a juzgar y
pontificar. Debió salir del país; debió andar solo; esta weá no es pa
andar con la mina.¿Cómo les da la pana (2) para opinar? ¿Qué saben de
nosotros? Coinciden con el enemigo pateando al derrotado. Del otro lado,
el vespertino La Segunda clama alarmando. Por su boca
hablan los policías y fiscales como siempre, “Está en Grecia, España o
Italia”, “no tiene arraigo, no tienen patria, no volverá a ver a su
familia, si ni siquiera se sabe dónde vive”. Los terroristas de corbata
opinan, amenazan, construyen mediáticamente al enemigo público. “No sé
cómo puede tener familia alguien que piensa sólo en destrucción”, opina
de mi un fascista-ciudadano comentarista de EMOL (3).
No ve contradicción en aceptar los estudiantes muertos, la represión,
los niños mapuche baleados, la gente a la que el banco les quitó su
casa. No, esta gente se aplaude frente al espejo, la gente partidaria
del “Balazo en la cabeza, que se pudran en la cárcel, que los
desaparezcan y listo, cómo se echa de menos a Pinochet todo el mundo me lo dice, con el tata a este terrorista lo fusilan in situ,
queremos vivir en paz hasta cuando con estos delincuentes, más encima
hay que darles de comer con nuestros impuestos, escoria de la sociedad,
una isla en el sur, trabajos forzados para que aprendan a trabajar”. Las
fabricas de opinión pública y de producción de sentido común son
sumamente efectivas, y cuando no funcionan están las pistolas de la
democracia policial.
¡Pero habitualmente funcionan! Eso es la
hegemonía, es ganar el sentido común, disciplinamiento automático,
internalizado, sin necesidad de coacción…”en toda sociedad las ideas
dominantes son las de la clase dominante” clama el viejo Marx, “quien teme a la libertad, siente orgullo de ser esclavo” susurra amargo Bakunin
mientras apura un vodka y recuerda sus años encadenado por la cintura.
¡A quién le importa!, Va a comenzar el matinal, el último caguín de la
Fiera, qué dirá la fascista de pelo morado, la Raquel es una dama (se
identifica con ella). A quién le importa…va a comenzar el matinal, los
presos también lo ven.
Creo que ahora sí son ellos. Vámonos de
aquí. Nos vestimos de golpe. ¿Y si voy a comprar pan y aprovecho de ver?
Ya anda. Pero ya siento que la trampa se comienza a cerrar, los veo de
nuevo por la ventana, no hay duda, son ellos, hablan por celular,
coordinan el último zarpazo, piden instrucciones, sí señor está aquí, la
esposa acaba de salir, vamos a entrar señor. Vuelves. Está lleno, me
dices. Voy a salir, voy a tratar de romper (Lo pienso pero no te lo
digo). ¡No! Caes al suelo, lloras, todo es por mi culpa, soy tan tonta,
yo lo único que quería era verte, perdóname. Mi amor, tranquila que no
te vean llorar, tranquila si voy a estar bien, todo se adelantó algunos
días, siempre digna, tranquila, no les des el gusto que te vean llorar.
Entran en tropel, la trampa se cierra con un chasquido. Ya están aquí,
me toman, tranquilo ya terminó. Palabras de policía ¿Estamos claros,
estamos claros? Revísalo, revísalo está desarmado señor, trae pulseras
gritan, se ríen, se abrazan y felicitan. No llores, acuérdate de los
momentos que pasamos juntos, valió la pena…no llores.
Me bajan por las escaleras esposado por delante ante la mirada curiosa de estudiantes de la Usach y vecinas. Más tarde alguna moverá su ponzoñosa lengua bífida con los periodistas-policías de La Tercera.
Un policía me dice “bájate las mangas para que no se te vean las
esposas”, le respondo “no tengo nada de qué avergonzarme, muy por el
contrario”. Todos los policías graban el estelar momento con sus
teléfonos celulares, al igual que cuando estaba esposado por la espalda a
un poste en el cuartel de la Bicrim-Macul. También
está presente una misteriosa cámara profesional operada por policías, al
parecer se trata de rati TV porque nos acompaño durante todo el
“proceso” hasta el cuartel de la Bicrim La Reina luego al tristemente
célebre cuartel Borgoño, ex guarida de la C.N.I (Policía política de
Pinochet) hoy rebautizado Cuartel Independencia para borrar las
reminiscencias dictatoriales, la gente colgada en “Pau de arara” (4) y
los aullidos de las torturas, sobre todo ahora que los cómplices del
terrorismo de Estado están en el gobierno y en el parlamento, quienes
todavía hoy aplauden el horror son los mismos ciudadanos de bien que
piden las penas del infierno para “los terroristas”. Aunque parece que a
veces los ecos del pasado vuelven solos, como quedó demostrado hace
unos días cuando agentes de la Brigada de Robos Oriente secuestró y
torturó en su cuartel a un estudiante secundario. Es que a la cabra le
tira el monte. Entre los presos, esa unidad de la PDI es conocida por su
gusto por la “parrilla” (5) y las torturas. El hecho del estudiante
secundario provocó incluso que un juez de un tribunal de garantía
hablara de “métodos propios de una dictadura” lo que provoco la furia
del Ministro del Interior, el fascista de Chacarillas (6), Andrés
Chadwick Piñera, quien criticó duramente al Juez. ¡Habráse visto
semejante insolencia, que un Juez se permita criticar a los criminales
al mando de Chadwick y defienda a un adolescente de las torturas! Como
se ve, el desparpajo que tiene este gobierno a la hora de intervenir con
las decisiones y hasta los comentarios de un juez cuando éstos no le
gustan no tiene límites. Ya no se cuidan ni siquiera las formas, como
cuando se solía decir “el gobierno no comenta decisiones judiciales”.
No, eso ya es pasado, hoy la intervención es abierta y descarada. ¡Y las
cosas pasan coladas…nadie dice nada!.
Me introducen en un auto de la PDI me revisan nuevamente, me esposan a la espalda y partimos a toda velocidad en comitiva por General Velásquez y luego Costanera Norte
rumbo al cuartel de la Bicrim la Reina. Hay varias llamadas telefónicas
de coordinación; antes ya había escuchado urgentes llamadas a la
jefatura de la PDI. Imagino a Chadwick recibiendo la noticia en su
oficina, una sonrisa se le dibuja entre los glúteos de la cara felicita
al Director General. Pero no puede perder tiempo, tiene mucho que hacer y
rápidamente se pone su traje de Coronel de la UDI, debe defender a Golborne
por zoquete y poner a un hombre con el ADN de la UDI, Pablo es el
elegido, al fin un político y no un vendedor de multitienda, piensa don
Andrés. Recuerda las antorchas y se ve subiendo por el cerro, en la cima
el General que les dirigía un discurso que ha escrito Jaime… qué
tiempos aquellos. Pero en fin, las cosas cambian, no hay tiempo que
perder, el país nos llama, ¡Hay una obra que defender! Y enérgico le
ordena a su chofer ”rápido, a calle Suecia!”
Seguimos a toda velocidad por la
Costanera Norte rumbo al cuartel. Entre medio desaparece personal
“extraño” de la PDI, que no vi nunca más. En el cuartel soy mantenido en
la oficina del comisario y, aparte de la custodia que tengo, sólo
entran a verme el jefe, el subjefe de la Unidad y el subcomisario que
dirigió la operación. Me mantengo tranquilo y en silencio, tratando de
ahorrar energía para lo que viene. De pronto me trasladan a un comedor,
me sacan cinturón y cordones y nuevamente Rati TV me graba desde
distintos ángulos. Tengo el dudoso privilegio de ser su trofeo de
guerra. Una serie de ratis viejos entran a mirarme. Esto ya había pasado
para mi primera detención en Noviembre de 2011; cuando pasan cosas así
vienen jefes activos y en retiro a mirar la presa de caza. Se van.
Se abre la puerta nuevamente, el
subcomisario me dice que va a permitir que vea a mi madre cinco minutos.
Entra mi mamá, hace 5 meses que no la veo, trae una mezcla de tristeza y
alegría. Nos abrazamos. Tranquila mamita, está todo bien. ¿Como te han
tratado?. Bien mami, tranquila. ¿Cómo está pequeño?¿Está en tu casa?
Conversamos cinco minutos, me quitan las esposas para que pueda tomar
las manos de mi madre. Entra el subcomisario: “Hans nos tenemos que ir”.
De nuevo las esposas y le digo: “No es necesario que vayas al tribunal,
para qué te vas a exponer, los buitres estarán ahí”. No, hijo, voy a ir
igual. Un beso y nos vemos.
Sale de nuevo la comitiva de los
profesionales del grillete. Se escucha por la radio: “Sin balizas y
medidas máximas de seguridad”, algo que volveré a escuchar en el
kafkiano viaje carcelario que vendrá. Por el momento, de nuevo
endilgamos por Costanera Norte en dirección al Poniente hasta la guarida
de Borgoño. Entramos por Santa María, ribera Norte del río mapocho,
bajamos del vehículo, a lo lejos cámaras de TV, sin embargo algunos
fotógrafos están dentro del cuartel. La Segunda de esa tarde llevará esa
foto sacada a un metro de distancia. ¿Alguien dijo convivencia entre la
policía y la prensa?.
En el cuartel lo de siempre, fotos de
frente y perfil, llenado de papeles y procedimientos burocráticos.
Exámenes médicos de rigor entro en pelota, lo lamento por la doctora, la
noche anterior venía llegando de una larga caminata por un cerro
cercano a Santiago y mi aroma no es el mejor. No alcancé a ducharme. La
doctora intenta describir el enrojecimiento de mis muñecas por las
varias horas de esposas en las manos. Le pregunta al policía cuál es el
término exacto para eso, ¿Esposas?. El policía le responde “nosotros
preferimos decirle pulseras”: La doctora lo mira varios segundos. Seria.
Finalmente escribe en el papel: “Enrojecimiento en ambas muñecas por
uso de esposas”. Diálogo digno de Maxwel Smart en el
Súper agente 86. Firmo algunos papeles más y veo entrar a Rodrigo y
Julio, mis abogados. Un breve altercado entre Rodrigo y el Comisario
para qué nos deje parlamentar solos. El rati mirará de lejos, pero dice
que es imposible que nos deje solos. Nos damos un abrazo, saludos y
sonrisas. Pregunto por mi esposa, mi hijo y mi madre. Les pido que
trasmitan tranquilidad. Nos ponemos de acuerdo en dos o tres cosas y me
explican lo que vendrá en el tribunal. A hora viene la parte del Show.
Me esposan a la espalda y me muestran a la prensa. Es un día gris y
todos los periodistas, camarógrafos y fotógrafos usan ropas de abrigo
oscuras. Subidos arriba de sus móviles ahora si que parecen buitres. Nos
vamos en una comitiva de dos vehículos, de nuevo el rati al mando
ordena “máximas medidas de seguridad”. En el vehículo que voy, los
policías se muestran entusiastas ante la cantidad de prensa y dicen:
“ahora quedamos inmortalizados”….la vida da pequeñas alegrías a estos
pequeños funcionarios.Quieren compartir su minúsculo momento de gloria
conmigo: “pareces artista de cine”, me dice el jefe. Los miro. De cierta
manera me dan un poco de lástima.
Esta vez nos vamos con balizas, ulular
de sirenas y a toda velocidad. El jefe llama por teléfono continuamente y
recibe llamadas y mensajes. Todos son unos enfermos por los celulares
de última generación, uno de los tantos gustos que comparten con los
delincuentes. En una de esas llamadas se comunica con el subcomisario
Valenzuela, quien dirigió la captura, y le indica que lo llamará “el
numero uno” para felicitarlo, y ojo que cuando llama -le advierte-
dice”habla Vásquez”(7), para que estés atento y no creas que te están
agarrando pal hueveo.
Llegamos al centro de “justicia”, Pedro
Montt con Panamericana, a la inconveniente hora de almuerzo, de tal
manera que no reciben detenidos. Gestiones y llamadas hacen que abran la
puerta, pero tenemos que esperar. Llega un mayor de Gendarmería:
“¿Este es?” le pregunta, “Sí él es”, contestan. Escucho que los
funcionarios están en colación pero que nos van a atender un poco antes
de las 14:00 horas “para que sea el primero que pase a control de
detención”. Los fiscales y querellantes ya se encuentran en el Centro de
“Justicia” con cubiertos y servilletas al cuello, listos para servirse
su presa de caza. Me mandarán a prisión y podrán dormir tranquilos.
La audiencia de control de detención fue
lo que era predecible. Lleno de buitres en busca de abatimientos y una
derrota que no encuentran. Cuanto les gustan los gestos de vergüenza,
las cabezas gachas, los vencidos y los que consideran que han hecho algo
malo. El arrepentimiento, en una palabra. Lo necesitan para reafirmar
su orden. Necesitan decir: Nosotros los buenos somos finalmente los que
triunfamos.Que todo el mundo tome nota. Necesitan que los malos, los
portadores de lo patológico, los transgresores de lo normal, sean “los
otros”, el enemigo, los delincuentes, lo criminales. La delincuencia
opera de manera tan poderosos en la reafirmación del orden social
imperante como la única sociedad posible, que no puede considerarse
simplemente como el reverso de la medalla del modo de vida de las
personas “normales”, de los ciudadano “buenos y honrados”, no es sólo
una innata tendencia a la maldad de algunos seres humanos desviados o la
cuota de anomalía que posee todo sistema social. El sistema necesita
generar y acrecentar la delincuencia, enarbolar el fantasma de la
criminalidad. La delincuencia y la configuración de los múltiples
enemigos púbicos es, en los escenarios de crisis social como se
encuentra Chile, de vital importancia para la construcción de los
discursos de legitimación del orden y en la anulación de los discursos
disidentes subversivos. Necesita de esos enemigos públicos, de esa
amenaza, para llamar a la unión frente al caos, la violencia y la
barbarie en la que confluyen delincuentes, encapuchados, anarquistas,
agitadores y mapuche violentistas. Y eso que no estamos considerando las
ingentes cantidades de dinero que mueve el negocio de la seguridad, de
los guardias, cámaras de vigilancia, etc.
Un buen ejemplo de construcción del enemigo público lo constituyó el discurso del 21 de Mayo de Sebastián Piñera Echeñique,
en que puso de aviso al país que en Chile existe terrorismo. Además
aludió directamente a los mapuche y exigió la aprobación de la Ley
Anti-encapuchados. Toda la vida el miedo ha servido para unificar y es
justamente lo que intenta el sistema en la actualidad: generar cohesión
social.
Hagamos un pequeño paréntesis. Amplios
sectores de la clase dirigente chilena consideran que las cosas no están
para tomárselas a la broma. Lo que está en juego es importante, es la
continuidad del proyecto histórico y del orden económico social que
inicio la dictadura y que se profundizo con los gobiernos de la
Concertación además de ganar legitimidad democrática, que era el
ingrediente que le faltaba. Sienten que hay un resquebrajamiento del
consenso respecto al sistema de dominación o, al menos, del tipo de
capitalismo que ha predominado hasta ahora. Hay, además, sobre la mesa
ciertos indicios inquietantes. Nombremos sólo algunos: Paralización o
entorpecimiento (en algunos casos por decisión judicial) de importantes
proyectos de inversión extranjera ya sea en el ámbito energético o de la
minería; baja en el precio internacional del cobre; aumento en los
costos de producción de los yacimientos de Codelco; fragilidad en el
sistema energético, principalmente generación y trasmisión eléctrica;
indicios de ralentización de la economía china. Todos estos elementos
han encendido las alarmas de la clase dirigente. Y es en este contexto
de crisis en el que se desarrollan las dos fallas estructurales del
sistema de dominación chileno: La crisis del sistema de representación
política por un lado y la distribución del ingreso y concentración de la
riqueza por otro. Todas las protestas sociales: el levantamiento en Magallanes, Aysén, Freirina y en los últimos días, Quellon en Chiloé,
la insatisfacción por los llamados “abusos” , la problemática
educacional, la problemática medioambiental se encuadran de una u otra
forma en estas dos fisuras estructurales antes mencionadas. La apuesta
de la clase dirigente y de la clase política es que la salida a este
escenario de conflictos sea una reforma en alguno de los grados que
proponen los defensores del status quo. Recordemos que dese Bachelet
a Longueira proponen reformas. La clase dirigente chilena sabe que la
plutocracia con representación política restringida no puede mantenerse
como está, que el cielo con tasas de ganancia altísima a la que estaban
acostumbrados, de concentración de la riqueza, no podrá mantenerse.
Saben que tienen que soltar la mano, a riesgo de abrir espacios de
incertidumbre y posibilidades de reventones sociales. Es por eso que la
clase política en sus distintas variantes, repite la cantinela del
“chile cambió”.
Aún cuando lo más probable es que haya
salidas dentro de los marcos del sistema, la situación está en
evolución, “el escenario esta líquido” dicen los analistas. Es por eso
que el gesto de Piñera el 21 de Mayo de levantar el fantasma del
terrorismo y el caos social, adquiere el mayor sentido político. Esta
faceta tiene antecedentes, por cierto, en el discurso y actuación de Rodrigo Hinzpeter como ministro del interior, pero los últimos hechos de importancia son los relacionados al atentado mortal al matrimonio Luchsinger-Mackay
y la arremetida represiva que ello implicó.(8) El resurgimiento y
potenciación del discurso contra el fantasma del terrorismo será, pues,
el telón de fondo en que se desarrollaran los procesos judiciales, con
claros ribetes políticos, en que el Estado se encuentra involucrando la
cuestionada ley Antiterrorista. En todos estos casos, aparte de
desarrollar procesos judiciales que, en la práctica, se atenta contra el
debido proceso, el derecho a la defensa y la presunción de inocencia
que tanto cacarea el sistema, se ocupará el linchamiento mediático y la
exacerbación del populismo punitivo para obtener réditos políticos en un
año electoral. El panorama, seamos sinceros, no se ve nada bien. Prueba
de ellos es la cantidad de mentiras y acusaciones falsas de las cuales
se hace eco la prensa oficial y que tienen como fuente el Ministerio
publico y las policías. La “Verdad” y las pruebas directas en este
contexto, pasan a un segundo plano y comienza a tener preeminencia la
razón de estado y la necesidad de lograr condenas por Ley Antiterrorista
que le permitan al Estado alinearse con los nuevos escenarios del
conflicto social.
Pero volvamos al relato. Fecha de
juicio: Lunes 17 de junio. ¿Lugar de detención? Lo decidirá gendarmería,
dice el presidente del Séptimo tribunal oral en lo Penal. Así se inicio
un curioso y surrealista viaje por diferentes lugares de la institución
carcelaria.
II Periplo por Santiago1
El grupo TAR (Traslado de Alto Riesgo)
de Gendarmería me conduce por los túneles subterráneos hacia la cárcel
de Santiago 1. En el camino recuerdo que se trata de una cárcel
concesionada, obra maestra de la Concertación, veremos la eficiencia de
la empresa privada incursionando en materia carcelaria. Soy recluido en
un calabozo solo, no quieren que esté con otros presos. Como salí en la
tele (y para los presos “sonar” en la prensa es importante), algunos
presos me saludan y me dan la mano a través de la reja. Camino durante
horas por el calabozo (tiro huincha) que está frente a Estadística y
oficinas administrativas de esta gente. Se comienzan a dar una serie de
situaciones extrañas, oficiales de Gendarmería hablan entre ellos y me
miran. Los presos se van yendo y voy quedando solo en los calabozos. Un
paco se acerca a hacerme las típicas preguntas, le contesto con
monosílabos y encogimiento de hombros; me informa que hay llamadas desde
la Dirección Regional de Gendarmería lo que me confirma que algo está
pasando. Me llaman a Estadística, aquí el sistema funciona ordenándole a
los presos una actitud sumisa y con las manos atrás, en la espalda. De
hecho las manos atrás es una verdadera obsesión y pareciese casi el
motivo existencial de los gendarmes. Entro a Estadística, párate ahí,
pon las manos atrás. No cumplo, las manos al lado, tampoco miro hacia
abajo, sino que los miro tranquilamente a todos. El paco me toma las
huellas y las fotos respectivas, me dice que me va a hacer el ingreso,
pero que es un trámite porque parece que voy al CAS. No me extraña, era
esperable. Continúan las llamadas telefónicas, “si mi comandante, si,
está frente a mi en este momento”. Vuelvo a los calabozos y ahora sí que
soy el único preso. Estoy a punto de pensar “estoy solo”, cuando me
acuerdo de mi hermano el ermitaño, mágicamente viaja hasta aquí, me
acompaña, me mira y me sonríe, me vuelve a decir “hermano, recuerda,
nunca estas solo”. Una alegría me invade de prono, un orgullo renovado,
me río. Aquí vamos.
Muy cansado, me tiendo en la banca
metálica del calabozo, duermo a ratos. Ya es de noche cuando me
trasladan hacia el interior de la cárcel, todo esto es nuevo para mi, me
juntan con otros presos. ¡Las manos atrás! Me llaman a Guardia interna y
hacen preguntas propias de pacos. Me doy cuenta que el nivel de los
pacos es bastante más bajo que en la máxima y en la CAS. En algunos
casos diría que francamente limítrofe, sin exagerar, además de ser
“picao a choro”, muy contaminados con el ambiente delictual. Ponte ahí,
las manos atrás, sigo con las manos al lado. Me conversa un preso, me
dice “usted viene por las bombas, salió en la tele”, un “sí” cortante y
ya aburrido. Estoy castigado, me dice, me pillaron hablando por teléfono
con mi polola. Típico preso joven, se sapea solo. Me sonrió y al mirar
hacia el lado de un escritorio, botellas de chicha artesanal y unas
cuchillas, no muy grandes. En Santiago 1 hay puras cuchillas cortas. Los
presos miden las cuchillas en baldosas: dos baldosas y media, cuatro
baldosas ¡Siete baldosas parece corazón valiente! Pero eso es en otras
cárceles, yo nunca he visto algo así. Estas son como de dos baldosas…qué
alivio.
El preso joven sigue hablando: “no le
compris a ni un weon. Yo soy el que asaltó el Big John, yo le pegue al
viejo con un fierro”. Se achava solo (9). Está orgulloso. Pobre viejo,
pienso. “Sí, lo vi en la tele”, le digo. Me llevan afuera, una columna
de presos, quedo al final. ¡Las manos atrás!
Avanzamos por el primer pasillo, que
corre paralelo a la línea de fuego de la CAS, en dirección al Poniente.
Somos un grupo de veinte presos que el paco va distribuyendo por los
módulos. Llama a un grupo y nos encierra en una “pesca”; un espacio
enrejado mientras sube por el modulo a dejar a los presos. Deja con
nosotros a un preso que se va en libertad. Está feliz, como es lógico.
Da su visión de la cana: “Andan unos pelo e choclo (10) terrible picao a
choro, andan con las medias cuchillas y no respetan edad, no respetan
ficha (11), no respetan ni una hueá”. El paco vuelve y nos lleva al
modulo siguiente en que nos ubicará: Modulo 4, Transito. Entramos, la
visión es irreal, con las luces de los focos alumbrando desde atrás da
una imagen fantasmal. El patio está lleno de basura. La arquitectura me
hace recordar los departamentos de Paz Froimovich. Apenas entramos los
presos estallan en un grito desde sus celdas: “La lavadora, uh, uh, uh,
uh…la lavadora uh, uh, uh uh” alcanzo a escuchar “bienvenidos al
infierno”, risas, alaridos, una escena surrealista, la verdadera horda
de los bárbaros. Presos anti preso, ideal para el sistema. Distribuyen a
los presos por celda, viven 2 o 3 en cada una. Llegamos a la que me
toca, sale un preso que se va para la calle (en libertad) y entramos
dos. Mi compañero de celda es un cabro de La Pintana, El Castillo, que
trabaja de lanza en el centro y le robaron el celular a un weon que
trabaja en el Ministerio de Justicia. Somos dos con
mala suerte entonces. La celda es una mierda, un basural. Dos
colchonetas de espuma llenas de chinches, da lo mismo cual elegir, las
dos son nidos de ácaros. El piso está mojado, la frazada es un trozo
inmundo de 30 x 50 centímetros y húmedo. La ventana no existe, entra
todo el frío, seguramente la sacaron para fabricar cuchillas, no hay que
ser genio para darse cuenta de ello. Leo unos trozos de diario La Cuarta y Las ultimas Noticias,
el opio que distribuyen los grupos Edward y Saieh y que los pobres
fuman con placer. Miro por la ventana y veo el Modulo J de la cárcel de
Alta Seguridad donde estuve desde Agosto hasta Noviembre después de
estar 8 meses en Máxima seguridad. Qué sera de mi hermano ermitaño.
Recuerdo los mates que nos tomábamos en el patio pensando qué será de
nuestras vidas, las conversaciones con Mario, de cuando hacíamos
deporte, cómo nos reímos del asado que hacen los presos para el 18 de
Septiembre…presos felices celebrando al país que los tiene encarcelados.
No tenemos nada que ver con este país. Las rabias que hacíamos pasar a
Timochenko cuando casualmente inutilizábamos sus lentes por jugarle una
broma. ¿Te comiste un queque? Me los comí todos ¿Era sólo uno? Mar de
risas. Las anécdotas de Krosty, las historias de almuerzo a lo
vaquero…¡Deja de fumarte mi patio maldito Krosty! y ahora estoy acá, al
otro lado de la línea de fuego y la marquesina, hasta podría llamarte,
pero me cargan los presos que andan gritando.
Estoy exhausto. Me acuesto vestido sobre
la colchoneta y me tapo como puedo con la frazada inmunda.
Trato de
dormir en posición fetal, aterido de frío y despertándome a cada rato
por las picaduras de los chinches que me caminan por la cara. Las
picaduras me acompañaran unas dos semanas. Sacudo la colchoneta para
sacar a los chinches pero no tiene sentido, la colchoneta misma es un
gran nido de ácaros. Duermo a ratos. Llega el gélido amanecer y para
espantar el frío me doy una ducha helada (no pensarán que había agua
caliente). Si piensan que estaba deprimido o que esto era terrible están
equivocados; con el ánimo arriba y optimista siempre. Como dice Johnny Cash
en “I Wont Back Down”, “podrán ponerme a las puertas del infierno, pero
no me rendiré”. Me apresto a salir al patio y enfrentar esta nueva
realidad, inclusive la de los presos que estúpidamente aceptan el papel
de ejercer el domino sobre otros presos mas débiles. La noche ha sido
rica en gritos, pelás (insultos), conversaciones caneras, “estoy certero
pa los tajos”, tratar a los demás de perkines, que los van a poner a
lavar y todo el barretin carcelario. Cárcel, extrema pobreza y
cuchillos, carne de presidio, la vida de los jóvenes pobres de este país
se va por la alcantarilla. Ser lobo del hombre como decía Hobbes,
aquí está el origen del Estado donde los seres humanos ejercen la
dominación a punta de armas contra otros hombres, la guerra de todos
contra todos y existe el temor a la muerte violenta. ¿Todos los presos
son presos políticos? ¡Quien habrá inventado esa estupidez! ¡El 90% de
los presos son el sostén del sistema.
Desencierro y bajar al patio, somos 100
presos o mas. Se ve a algunos muy jóvenes moverse con timidez y temor,
tal vez sea primera ve que están presos, en este país la gente se va
preso por cosas idiotas: una pelea de curao, una vieja que lo vio
haciendo no se que, etc. Mi consigna para el periodo: “Manolo camina
solo” ¡Permiso! y comienzo a caminar por el medio del patio, casi de
extremo a extremo. Uno nunca está solo.
Algunos presos, todos muy jóvenes,
saludan y se acercan a conversar, es el poder de la TV. Sonar en la tele
es muy importante para el preso, es romper por un segundo el anonimato y
la vida de encierro y miseria a la que han sido condenados desde que
nacieron y que ellos consideran como natural, el irremediable destino.
De pronto un amigo, me cuenta su historia, la media volá, me presta un libro de Jodorowski, manual de piscomagia. Vaya libro para un lugar como este. Uno nunca está solo.
Pasan la cuenta en el patio ¡Las manos
atrás! llaman a visita a todo el primer piso. Los pacos dicen el nombre y
el primer apellido y tu dices tu segundo apellido. El paco es entero
prepotente. A mi no me llaman porque me toca visita en la tarde lo que
no llegó a ocurrir. Después mi familia me contó que la vista era en
extremo indigna (ellos sí alcanzaron a entrar) la gente de pie con niños
en los brazos, pésimo trato de gendarmería, increíbles faltas de
respeto hacia los familiares, y al que no le gusta lo echan y no entra a
visita.
Desayuno. No tengo taza pero rescato un
pan. Hay alboroto para recibir el desayuno y ambiente de cárcel de
menores. Uno está en calidad de taita. No es muy buena noticia que los
presos sean muy jóvenes: “tía regale una masa, oe bájate e la rama, hay
que andar vio, sí ah qué wueá”. Amagos de peleas en la fila. Vuelvo al
patio, camino y doy algunas mascadas al pan solo. Siguen acercándose
algunos presos a conversar, curiosos. Mis respuestas son respetuosas
pero serias, cortantes. No es un lugar para hacer amigos, es una cana,
todo es una relación de fuerza, tu lenguaje corporal, actitud, todo es
observado. Sigo caminando solo por el medio del patio, se acerca mi
compañero de celda, me trae una taza de café, esta con la carreta (12)
de la Pintana. Trabajé en esa comuna, la conozco bien, trabaje con sus
niños y adolescentes, conozco a sus padres y familias, conozco sus
escuelas, sus profesores, nadie me cuenta cuentos sobre las
“oportunidades” y las elecciones de la vida. Aquí nadie elige nada. Un
madre sola al frente de su familia, trabaja para el señor Paulmann en Cencosud o el Señor Ibañez en el Lider,
sale de su casa a las 6:30 AM y vuelve a las 23:30 de la noche, apenas
ve a sus hijos; es la esclavitud moderna. Sus niños y niñas se van
endureciendo, van creciendo mas rápido que el resto a golpes de
balaceras, pasta base y pobreza extrema. Es el paraíso capitalista
chileno. Lentamente la vida se les va cerrando: la construcción, un
puesto en el retail por 350 lucas o la cárcel. Vivir
para la prosperidad de otros, la vida por el sumidero. ¡Pero momento! Me
dicen por interno que ya llegamos a los 15 mil dólares per cápita.
Chile camino al desarrollo ¡Bien me parece!.
Entran dos gendarmes, uno es teniente.
Me dice toma tus cosas, te vas de acá. No tengo nada, así que me voy del
Módulo 4 de tránsito. El paco hace preguntas estúpidas que me revelan
que no lee nada y pareciera que ni siquiera ve el noticiario de la TV.
Me pregunta si estamos en contra los pacos de la calle y si tengo algo
que ver con las manifestaciones y protestas. No le contesto. Luego se
aleja y le comenta al otro paco, pero suficientemente fuerte para que y
escuche que “Si alguno de estos weones le llega a tocar un pelo a mi
señora” (Deduzco que su esposa es carabinero) “lo mando a matar con un
perro”. Un perro en jerga carcelaria es un preso de menor categoría al
servicio de otro preso de mayor jerarquía o prestándose para la
instrumentalización de los gendarmes, que pelea o hace atentados a otros
presos (ataques con cuchillas, lanzas , u otra arma). Sin mirar, el
paco se va y habla con los gendarmes a cargo de los módulos 1 y 2.
Otro paréntesis. Yo ya había
escuchado que en Santiago 1 había un paco que golpeaba y amenazaba a los
jóvenes que caían presos por protestas callejeras. Creo altamente
probable que se trate de este miserable. Hay un Teniente de
Gendarmería que amenaza con mandar a matar a quien el considere ha
afectado a su esposa carabinero. Es tan cobarde que ni siquiera le pega
él, sino que lo manda a matar con un perro. Esto no es novedad, toda la
gente con experiencia carcelaria sabe de estas tramas orquestadas por
Gendarmería donde incluso disfrutan y hacen apuestas en peleas con armas
hechizas, cual circo romano. En Santiago 1 hay cuchillas esperando por
los jóvenes que caigan presos en protestas callejeras y las maneja un
teniente de Gendarmería.
Me destinan al modulo 1 de Alta
seguridad. El paco dice: aquí hay puros famosos y gente que ha salido en
la tele, delitos connotados. No le digo nada y entro. De inmediato se
ven la mitad de presos que en el modulo 4 y se notan presos más adultos,
eso es mejor, pero igual me voy con pie de plomo, yo ya he tenido
problemas con presos por tener un acercamiento ingenuo o porque pensé
que los presos son buena onda (tipo todos los presos son presos
políticos). Inmediato se me acerca un preso que me da el siguiente
discurso: “Hans, te estábamos esperando. Mira, ahí está el mundo, ahí
están todos adentro del barretín (13), aquí está Dios, aquí está el
señor diciendo que te des una oportunidad”. Era un preso evangélico
invitándome a caminar con el señor. Respetuosamente le digo que gracias
pero prefiero que no. Me pongo a caminar en el patio, se me acerca un
preso y me invita a su carreta a tomar mate. Me saludan y entro a la
rueda de mate, hay puros ladrones y asaltantes. Almorzamos y la tarde
transcurre conversando con varios presos, caminando por el patio, ver un
partido de fútbol y otra rueda de mate. Un breve amago de pelea. Buen
recibimiento y además me entero que las visitas son en un locutorio,
pero que son cuerpo a cuerpo y sale poca gente a la visita. Del modulo
de máxima seguridad (Modulo 2) me llaman unos presos, me saludan y me
ofrecen una radio, mañana se las devuelvo, bacán. Ya encerrado en la
celda, pasan 40 minutos y la puerta se abre, son dos pacos, “Niemeyer,
toma tus cosas, vas saliendo”. No tengo nada, sólo me acompaña
Jodorowsky, dudosa compañía pero al menos es lectura. ¿Y adonde voy?,
“Lo desconozco”, dicen. Salimos del modulo y caminamos por el primer
pasillo casi hasta el final. Me meten a unos calabozos y me ofrecen dos
jugos Kapo. Los acepto porque es glucosa y no se sabe lo que pueda
venir.
Paseo por el calabozo, leo los rayados:
“aquí estuvo un cordobés”, una A en un circulo, símbolo anarquista, “el
fernet con cola porque pega más”, “el chiqui es choro. ¿queeeeee?”, “La
victoria”, “Santa Olga”, “Jose Maria Caro”.
Pasan los minutos, comienza a oscurecer.
Recuerdo la primera vez que estuve preso, Septiembre del 92,
brutalmente golpeado por Carabineros, la cabeza rota, el sufrimiento de
mi madre. Seguí yendo hacia atrás como retrocediendo en una película….
¿Donde comenzó todo? ¿Hay un punto o solo es una combinación de
situaciones azarosas? No me gusta ser auto referente, pero hablo conmigo
de mi vida, es una introspección, recuerdo tantas cosas, tantas
situaciones. Año 1988, enfrentábamos la dictadura en la calle y no con
un lápiz como dice Ricardo Lagos Escobar. Marcha en el
centro, el “Huascar” dispara su chorro de agua, todos nos agachamos tras
los muros de la salida del Metro Universidad de Chile, en la cara un
pañuelo artesanal, contraatacamos con piedras. En la pared amarilla de
la Universidad de Chile un joven raya con Spray rojo: SUBLEVACION NACIONAL.
Una barricada en Dieciocho con Alameda, revientan molotov en el
pavimento, el transito detenido, panfletos del No hasta vencer. Lienzos
en Irarrázaval con Vicuña Mackenna de saludo al frente. Reuniones en el
CEI de Ingeniería, en Arquitectura, conseguir el Centro Paulo Lavrí para
una reunión en Santa Rosa, hacer letras gigantes de madera envueltas en
papel de diario con cera y bolsas de basura para encenderlas en Carmen
con Alameda. Una tristeza, una amargura me gana el animo.
¿Hablemos de historias viejas? Noviembre
de 1988. Tengo 15 años. Después del plebiscito, en vez de la alegría,
se ha vertido un río de sangre rebelde. Conversamos en Lord Cochrane
con Alameda con dos compañeros de colegio. Uno, dos cursos más arriba
que yo, que me recluto para la Jota y otro compañero que ubico solo de
vista. Ha muerto Pablo Vergara y Aracely Romo
en Temuco. Un compañero cuenta que en su población había barricadas hoy
en la mañana. Los funerales son al día siguiente….¿Vamos? ¡Vamos, claro
que sí!. Al otro día hacemos la cimarra y nos juntamos en el mismo
lugar de la conversación del día anterior. ¿En micro o caminando?
Caminando y conversando el viaje se hace corto hasta la plazoleta frente
al cementerio general, donde termina Avenida La Paz.
Todo se ve tan prístino, éramos tan puros, hasta los colores se ven más
vivos. Soy muy flaco, tengo pelo, de hecho levemente largo. Visto una
camisa escolar, bluyin y zapatillas. Pucha que se demoran, dice el
gitano. El otro flaco interviene, “Lo único que me preocupa es si van a
entrar por aquí o por Recoleta”. El ambiente es tenso, pasan patrullas
de pacos y autos civiles con tenebrosos personajes. De pronto: Ahí
vienen. Miramos hacia Avenida La Paz y a lo lejos se ve el cortejo
fúnebre y más atrás unas micros llenas, con gente hasta en el techo y
banderas rojinegras del
Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR).
Saliendo por las ventanas. Giran por la
rotonda y siguen rumbo a Recoleta. Rápidamente nos paramos, ¡Vamos por
dentro! Entramos por la puerta principal, caminamos rápido por dentro
del cementerio y alcanzamos a interceptar la gruesa columna de gente que
ya ha comenzado su marcha a enterrar a Pablo. Las voces se hacen una
sola y suenan estremecedoras, se me pone la carne de gallina: Pueeeblo,
concieeeencia, fusil , MIR, MIR….Pueeeeeblo, concieeeencia, Fusil, MIR,
MIR. Rostros con pañoletas, puños en alto. Una estruendosa explosión se
escucha en el cementerio, una bomba de ruido. La multitud prorrumpe en
aplausos y gritos: ¡Maroto cardenal, iglesia popular. Maroto cardenal,
iglesia popular!. Agitando rítmicamente los puños, hay pacos armados con
fusiles y cascos de guerra en actitud nerviosa, apuntan a la gente. La
señora Luisa y Don Manuel piden
silencio, hablan, están destrozados, entierran a su tercer hijo muerto
después de perder a Rafael y Eduardo en 1985. Piden respeto por sus
creencias, piden arrodillarse, tomarnos de las manos y rezar un padre
nuestro. La multitud respetuosa se arrodilla y reza, sean creyentes o
no. Yo por lo menos lo era. En los cuatro o cinco años siguientes
centenas de jóvenes pagarán con sangre y cárcel su intento de torcer la
nariz a la historia, evitar la salida institucional de la dictadura e
insistir con la lejana posibilidad de una ruptura subversiva. Le
llamaron a su batalla Guerra Insurreccional de Masas. ¿Te acuerdas de esos tiempos Ermitaño, cuando te conté que recogía los panfletos desperdiciados en el Gimnasio Manuel Plaza
y los lanzaba en el centro de esta ciudad? ¿Te acuerdas de esos tiempos
tu que estás en tu casa, ahora que la vida se la robó la normalidad? La
noche cae en un calabozo de Santiago 1.
III. De vuelta a la máxima
El grupo TAR de Gendarmería se presenta,
son tres gendarmes, a varios ya los conozco. Revisión exhaustiva de
toda la ropa, genitales arriba, plantas de los pies, calcetines,
zapatillas, piernas, torso, abre la boca, las palmas de las manos,
detrás de las orejas. Grilletes de pies y manos, “Medidas largas” en
lenguaje policial. Pasas la cadena por dentro del pantalón y cierran el
grillete en el tobillo. “Te voy a poner en una sola pierna para que
puedas caminar ¿De acuerdo?” De acuerdo. Chaleco amarillo y esposas en
las manos. Recorremos de vuelta el primer pasillo. Una paramédico lleva
un documento reglamentario. Nos vamos. Hablan por la radio “en camino
con el dos seis Niemeyer, dirección Beta, máximas medidas de seguridad”.
Larga caminata por los pasillos subterráneos hasta la Zona de Transito.
Breve estadía en un calabozo, se arman con una subametralladora Famae y
una escopeta, y nos pasa a recoger el furgón. Salimos a Pedro Montt, es
Sábado 27 de Abril alrededor de las 21:00 horas, miro por la estrecha
ventanilla enrejada y en la calle no hay casi nadie. Se baja un
funcionario armado y detiene el transito, el vehículo entra en marcha
atrás y me sorprende ver a los funcionarios grabar el procedimiento.
Estamos de vuelta en la unidad especial de alta seguridad, sección de
máxima seguridad, nuestra pequeña Guantánamo.
Entrada laberíntica a “la máxima”, los
funcionarios hablan por citófono: “un ingreso” y la puerta electrónica
se abre. Me recibe un sargento, revisa los papeles, de nuevo desnudarse,
revisión de toda la ropa, de nuevo paramédico, ¿Tiene alguna enfermedad
crónica? Si, meter la cabeza al water ¿Fuma, consume alcohol, drogas,
toma algún medicamento? ¿Cuanto mide, cuanto pesa? De vuelta al
sargento: “Bueno usted ya estuvo aquí, ya sabe como es el sistema,
respetar para ser respetado”.
Me destinan al primer piso, pasillo de
especial vigilancia. Este lugar ya lo conozco, es un experimento humano.
Abren la celda, entro, la cierran. Por lo menos al celda es limpia, hay
tres frazadas (no moriré de frío) y la colchoneta es decente, así que
no moriré devorado por los ácaros. Apenas los pacos se van, los presos
comienzan a llamar “oe, el loquito que llegó”, “qué pasa”, “porque
venís”, “de dónde, qué paso, ah la media volá, mañana sale al patio”.
“Hermano, tenís hambre”, me preguntan conocidos ladrones de bancos. “La
verdad que sí”, “calmao te voy a mandar un correo (14). Esto sí que es
un clásico, la solidaridad de los presos. Me tiran el correo y me llegan
2 sándwiches de tomate palta y media botella de jugo. Doy las gracias,
mañana nos vemos. Estoy hambriento y cansadísimo, prácticamente 48 horas
que no duermo. Me siento en la colchoneta sobre la superficie de
hormigón y me como los panes. Hago un salud con jugo de durazno y se lo
dedico a los fascistas de internet….”que se pudran en la cárcel” digo y
no puedo evitar reírme.
Me tiendo en la cama, veo la reja que
cubre toda la cárcel, la torreta con sus troneras y sus potentes focos.
Recuerdo cuando te decía “paso lo que pase, vamos a mirar el cielo, la
constelación de Orión y la luna, y vamos a recordar este momento”. Creo
que te mentí, desde aquí el foco impide ver la luna y las estrellas. Se
me cierran los ojos de cansancio, el sueño entra tibio, agradable,
envolvente. Hasta que de nuevo estoy en los bosques y las montañas,
ustedes me miran y se ríen, pequeño colibrí me apunta con su dedito “ile
nuna” (mire luna) y le digo “si hijo, la luna”, y de nuevo nos fugamos,
ya no pertenezco a la prisión.
Por Hans Felipe Niemeyer Salinas
Finales de Mayo del 2013.
Cárcel de Máxima Seguridad.
Santiago, Chile.
**
Notas:
(1) En Chile hay dos policías de
carácter nacional, La policía de investigaciones (PDI) y la policía
militarizada de carabineros de chile. Ambas tienen organismos especiales
dedicados a la inteligencia política.
(2) “Pana”: Valor, Coraje
(3) EMOL: Portal de internet de “noticias” perteneciente al grupo Edwards dueño de la mitad de los periódicos en Chile.
(4) “Pau de Arara”: Tortura implementada
sistemáticamente por las distintas policías y militares en dictadura y
la continuidad del régimen. Consiste en colgar al detenido con sus pies y
manos a un palo en altura durante largas horas, siendo golpeado.
(5) Parrilla: Tortura policial que consiste en amarrar al detenido a una catre de metal mientras se le pone corriente.
(6) Chacarillas: Cerro de Santiago,
contiguo al cerro San Cristóbal hacia el oriente. Este lugar fue
escenario al final de la década de los 70 de una ceremonia de la
dictadura cívico militar en que participaron “representantes” de la
juventud chilena entre los que estaba Chadwick. El acto, con una clara
estética nazi, acompañado de antorchas tuvo un carácter fundacional del
proyecto histórico y el modelo económico social que rige hasta el día de
hoy.
(7) Marcos Vásquez Meza. Director general de la Policía de Investigaciones
(8) El 4 de Enero del 2013 mueren la
pareja de ancianos latifundista y terratenientes Luchsinguer-Mackay
producto de un atentado incendiario contra su fundo. Tras el desarrollo
de estos acontecimientos, el Estado y sus ministros realizan campañas
comunicacionales, congresos policiales, cumbres de inteligencia creando
unidades especiales para militarizar el territorio mapuche, construyendo
un verdadero frenesí antiterrorista.
(9) Achaba, achabarse: Asumir responsabilidad, reconocer un hecho.
(10) Pelo e’ choclo: Pendejos, cabros chicos.
(11) Ficha: Especie de curriculum de un delincuente o preso. un preso ficha es un preso de jerarquía y respeto.
(12) Carreta: Grupo de presos donde se
comparte alimentos, conversación, se toma mate. Los presos se juntan en
carreta por comuna, interés, lazos de amistad o familiares.
(13) Barretin: El barretin, ser embarretinado. Ser parte de la cultura carcelaria
(14) Correo: paquete enviado por los presos de celda a celda o a otro piso, amarrado por un cordel
Texto recibido y publicado por
Cristobal Cornejo