A tres meses de injusta prisión “Seguimos secuestrados por el Estado”

Llevo cumplidos más de tres meses en injusta prisión -los 90 días que fijó la Fiscalía como plazo de investigación-, y aún sigo secuestrado por el Estado… y eso sumando el supuesto “año de investigación” por parte de la Policía de Investigaciones (PDI)… y todavía no se ha aportado ninguna prueba, sólida, significativa y contundente que les permita vincularme tanto a mí como a Patricio Gallardo Trujillo, en el asalto que se nos imputa.

Denuncio que han basado todo este montaje en dos testigos inducidos por la policía, y que aportó la Fiscalía como único y principal medio probatorio, que rápidamente fue desechado por el magistrado del Cuarto Juzgado de Garantía, Julio Norambuena, el día de nuestra formalización hace más de tres meses. En estos 90 días nuestros abogados han aportado las pruebas necesarias que acreditan nuestra absoluta inocencia. O sea, la Fiscalía no cuenta con nada que nos pueda sindicar como los autores materiales o intelectuales de un asalto a un camión de Prosegur ocurrido en 2009.

Este es un montaje mal hecho y deficiente, que se cayó desde un comienzo, por lo que, desesperadamente, han tratado de sustentarlo con la ayuda de la prensa burguesa y cómplice, mintiendo para condicionar a los espectadores, incluso por medio del intento de desacreditar al juez Norambuena, que en su calidad de garantista decidió otorgarnos la libertad por lo burdo y carente de elementos de prueba esgrimidos en nuestra contra.

Si hasta el diario La Tercera le dirigió su ataque. En dicho periódico se dijo, además, que en mi departamento había “explosivos y material que servía para la fabricación de estos”. Eso es mentira. Hoy nada de eso existe en el tribunal, razón por la cual se vieron en la obligación de devolver los químicos y supuestas “pruebas” -herramientas y artículos de orfebrería- encontrados, no pudiendo consolidar su maquiavélica maquinación y su burdo montaje, a pesar de la inmensa maquinaria de medios que maneja el Estado y que bien manipula el Hinzpeter ese, esbirro y lugarteniente de la derecha golpista.

Lo único claro en todo esto es que, sin embargo, seguimos secuestrados por el Estado, como rehenes del capitalismo, y lo que es peor, en condiciones degradantes, bajo un régimen draconiano, con constantes amenazas y represión, tanto para nosotros como para nuestros familiares que nos visitan en el Penal de “Santiasco” Uno.

Es por esta razón que hago un llamado a todas las mentes conscientes y a quienes nos quieran escuchar, a los y las que resisten y quieren acabar con la dictadura del capital, a los que no se han sometido, a los antisistémicos, a los insumisos y también a los desordenados de siempre, a los de corazón libertario y mente indomable, a organizarse y luchar: Esto se tiene que acabar, no podemos permitir que la derecha golpista nos quiera someter y encarcelar, basta de montajes político–jurídicos, no más represión.

Hoy ya somos muchos los que nos encontramos prisioneros, sin que haya pruebas sólidas y contundentes, salvo nuestro pasado glorioso y subversivo o también nuestro presente comprometido y combativo. Manuel Olate, los prisioneros políticos Mapuche, los compañeros okupas y Anarkistas, todos y todas tenemos algo en común y es que nos acusan de actuar y pensar de forma diferente, por no someternos al capitalismo, por negarnos a ser ovejas de su rebaño, por no querer ni al pastor ni al amo.

Su justicia no alcanza para nosotros ya que este país es solamente para los ricos y poderosos, legislan cuidando sus intereses políticos y protegiendo al capital y a quienes lo sustentan, a los demás se nos criminaliza y reprime lanzándonos toda su maquinaria policíaca.

Por Alejandro Rodríguez Escobar

-No más miseria ni represión basta de montajes político – jurídicos
-Entre antisistémicos, originarios y explotados… unidad!!!!!
-Cuando aumenta la injusticia, aumenta la lucha!!!!
-Presos a la calle!!!!!!

(*) Prisionero político en el Penal de Santiago Uno desde el 30 de agosto de 2010.

Recibido de www.liberacion.cl

Fotografía de El Ciudadano