lunes, 8 de julio de 2019

Ex militantes del FPMR le salen al paso a criminalización de luchas sociales actuales.

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Junio es un mes en el que acabamos de recordar a los hermanos y hermanas rodriguistas que fueron asesinados en 1987 por los criminales y testaferros de la dictadura cívico militar en Chile. Los mismos que asolaron el país durante 17 años, construyeron e instalaron el actual modelo que administran y perfeccionan los gobiernos pos dictatoriales, integrados por partidos de la Concertación y sus derivados, entre ellos, la actual coalición de derecha.

Es a propósito de aquell@s herman@s caídos en combate, que fueron apresados y torturados por querer construir otro destino posible, que hoy levantamos nuestra voz y expresamos nuestra opinión, ante los intentos mediáticos del poder por vincular, reducir y enlodar nuestra lucha, nuestros símbolos y nuestra historia de resistencia, a grupos de asaltantes. En nuestros herman@s caídos están reflejadas las vertientes históricas del Frente, de nuestros orígenes, los militantes provenientes de las estructuras internas de la juventud y partido comunista, los combatientes internacionalistas y los jóvenes sin partido que se incorporaron a la lucha y al combate en plena clandestinidad.

A través de estos años, hemos sido testigos de cómo todos los gobiernos pos pacto de 1990, hecho con los representantes de la dictadura cívico militar, no sólo sellaron la impunidad de las violaciones a los Derechos Humanos, sino que se perfeccionaron en levantar montajes, amparados en sus aparatos comunicacionales (medios masivos de información, televisión, medios escritos, agencias) para criminalizar a luchadores sociales que lideran movimientos ambientales, mapuche, estudiantiles, pobladores sin casa, mujeres. Por ello, hemos asistido incluso a montajes de suicidios, que siguen en la impunidad.

Hoy, a 32 años que entre los meses de junio y septiembre se ejecutó a 17 compañer@s; en que los aparatos de seguridad organizaron secuestros, torturas, asesinatos, desapariciones, y algunos fueron tirados al mar; vemos que el Estado y sus gobiernos títeres prosigue con estas prácticas criminales. Se justifica la persecución al pueblo mapuche con testigos falsos, con infiltración de agentes pagados, con el intento de silenciar a sus dirigentes, lonkos, Machis y estructuras históricas de la cultura del Walmapu. Lo mismo ocurre con los dirigentes sindicales, ambientales, con la nueva modalidad de tercerizar los crímenes del Estado y sus agentes por la vía de sicarios contratados por empresas privadas.

A los estudiantes secundarios se les persigue, se inventan leyes criminales para aplicarles una violencia nunca antes vista; invaden sus espacios educacionales; se les quita el derecho de la presunción de inocencia; militarizan la vida cotidiana en colegios y alrededores. Nunca antes se había presenciado tanta violencia contra los menores de edad en Chile, que han sido justamente quienes apuntan directamente al corazón del modelo económico, político y cultural.

En este contexto de violencia extrema y desatada por parte del gobierno de la lumpen burguesía, es que queremos relevar la herencia del FPMR y su legado político a las nuevas generaciones, sobre todo con nuevos intentos de enlodar nuestra presencia en la memoria histórica del pueblo. Para nosotros y nosotras, dar la vida por la vida fue, es y será la disposición inmortal de todos quienes abrazamos la lucha revolucionaria.

Fue bajo el ideario de la Unidad Popular, proceso conducido por el compañero Presidente Salvador Allende, el que nos impulsó a luchar y a tomar las armas. Para nosotr@s el proyecto sigue vivo. Las Banderas de Raúl Pellegrin, Miguel Enríquez, de los caídos en Corpus Christi; de luchadores injustamente encarcelados como Mauricio Hernández Norambuena; Raúl Escobar Poblete; Marcela Mardones, de aquellos a quienes aún se les prohíbe regresar a la patria, y todas y todos los compatriotas caídos en combate, siguen vivos en aquellos jóvenes estudiantes que en la actualidad son encarcelados por mantener en alto las banderas de la dignidad.

Hemos dicho con fuerza que es cobarde e inmoral que el Estado siga manteniendo una fuerza pública que decretó la lógica y el combate contra un supuesto “enemigo interno”. Las FF.AA. se han transformado en sicarios, en el brazo armado de grandes empresarios. Resulta del todo inmoral que violadores de Derechos Humanos reciban pensiones millonarias y conserven todos sus privilegios en cárceles de lujo, construidas especialmente para ellos, por supuestos “servicios a la patria”, cuando en realidad sólo son sicarios bien pagados por cuidar los intereses de empresarios transnacionales.

Son ellos quienes hoy se levantan como custodios de esta Constitución espuria, y como lo expresamos en nuestra declaración en homenaje a nuestr@s herman@ caíd@s “…además eternizan y propagan la inmoralidad de la corrupción a toda la sociedad. Desde el presidente, el poder Ejecutivo; los mandos de las fuerzas armadas y de orden, el poder Judicial y Legislativo. Todos roban a dos manos y pauperizan cada día más a nuestro pueblo. Vivimos en un Estado corrupto y terrorista…”

Hoy, arman sus montajes mediáticos, tratando de ligarnos con la delincuencia. Pero los verdaderos delincuentes son las FF.AA. y las fuerzas de orden y seguridad. Esto no es más que un intento desesperado por esconder sus actos de corrupción, sus delitos de ventas de armas a narcotraficantes, al que además protegen; el “Milicogate” con fraudes millonarios al Fisco, donde desaparecieron millones de dólares por el robo del fondo reservado del cobre; el desfalco del llamado “Pacogate” que ya va en más de 20 mil millones de pesos; por ocultar sus vidas llenas de lujos, drogas y excesos de todo tipo, acorde con el gran poder que poseen y la impunidad en la que viven.

Pese a que tienen todo el poder, nos temen, por eso niegan nuestra justa lucha contra la dictadura e invisibilizan nuestra ética y el amor por nuestro pueblo, desde donde seguimos luchando para desmontar esta institucionalidad que sólo trae explotación y esclavitud.

Como seguimos junto al pueblo, es que sabemos con certeza que hoy, los procesos son otros y se construyen de acuerdo a las nuevas dinámicas y actores sociales del pueblo. No seremos nosotr@s rodriguistas que fuimos fundadores del FPMR, que hemos estado en distintas etapas de esta orgánica, que sin duda marcó un hito en la resistencia del pueblo, quienes pretendamos marcar las pautas desde una orgánica hoy inexistente.

Mantenemos nuestro compromiso y nuestra palabra: “Respaldamos la lucha por una educación digna, gratuita y de calidad, por un salario justo y por el término de la estafa de las AFP; por la legítima causa del pueblo mapuche; seguimos presentes en las luchas por la salud, vivienda, las demandas de las mujeres y la felicidad de nuestro amado pueblo (…) y desde allí, colaboramos en la construcción de los instrumentos que se den los sectores populares para superar este instante negro y desmontar la institucionalidad creada por la casta político empresarial en dictadura que aún sigue rigiendo los destinos de los chilenos.

Esta lucha es colectiva y desde el pueblo, desde abajo y paso a paso.”