Según un estudio
encargado por Amnistía Internacional con motivo del lanzamiento de su más
reciente campaña global, Stop Tortura, un 45 % por ciento de las
personas chilenas temen sufrir tortura si son puestos bajo custodia, y la gran
mayoría de estas personas, un 84%, afirma que son necesarias ciertas reglas
firmes para acabar con esta práctica.
“Este estudio refleja
claramente que existe un temor manifiesto a sufrir tortura en Chile. Se trata
en definitiva de una denuncia: se percibe una inacción del gobierno a la hora
de abordar el uso de esta práctica en el país. Es deber del Estado asegurar que
existan salvaguardias contra la tortura, y esto demuestra la necesidad de
incrementar las que existen actualmente, comenzando por tipificarla como delito
dentro de la legislación chilena”, afirma Ana Piquer, Directora Ejecutiva de
Amnistía Internacional- Chile.
Las cifras relativas a
Chile forman parte de un estudio global sobre actitudes respecto a la tortura
llevado a cabo por Amnistía Internacional en 21 países de todos los
continentes.
Los resultados del
estudio son los siguientes:
Cerca de la mitad (el
44%) de las personas encuestadas temen que pueden ser objeto de tortura si son
detenidas en su país.
La gran mayoría (el
82%) cree que deberían existir unas leyes claras contra la tortura.
Sin embargo, más de un
tercio (el 36%) sigue pensando que la tortura puede justificarse en
determinadas circunstancias.
"Los resultados de
esta nueva encuesta global son sorprendentes. Casi la mitad de las personas
encuestadas tiene miedo y se siente personalmente expuesto a sufrir tortura. La
gran mayoría de la gente cree que deberían existir unas normas claras contra la
tortura, aunque más de un tercio sigue pensando que la tortura podría
justificarse en determinadas circunstancias. En conjunto, se puede ver un
amplio apoyo global de la opinión pública a que se actúe para prevenir la
tortura", ha afirmado Caroline Holme, directora de GlobeScan.
En el lanzamiento de la
campaña Stop Tortura, Amnistía Internacional presenta su nuevo informe La
tortura en 2014: 30 años de promesas incumplidas,que ofrece una perspectiva
general del uso de la tortura en el mundo de hoy.
En los últimos cinco
años, Amnistía Internacional ha denunciado torturas y otras formas de malos
tratos en al menos 141 países de todas las regiones del mundo: prácticamente en
todos los países sobre los que trabaja. El carácter secreto de esta práctica
hace que el número real de países donde es probable que se cometan torturas sea
aún mayor.
"En todo el mundo
hay gobiernos hipócritas ante la tortura: la prohíben en la ley, pero la
facilitan en la práctica", ha afirmado Salil Shetty, secretario general de
Amnistía Internacional, en la presentación de Stop Tortura, la última
campaña global de la organización para combatir la tortura y otros malos tratos
en el mundo moderno.
"La tortura no
sólo está viva y goza de buena salud: florece en muchas partes del mundo. El
aumento del número de gobiernos que tratan de justificar la tortura so pretexto
de la seguridad nacional erosiona los constantes avances logrados en este
terreno en los últimos treinta años."
Desde 1984, 155 Estados
han ratificado la Convención contra la Tortura de la ONU, de los que Amnistía
Internacional investiga a 142. La organización observó que al menos 79 de ellos
siguen torturando en 2014, más de la mitad de los Estados Partes de la
Convención investigados por Amnistía Internacional. Otros 32 Estados miembros
de la ONU no han adoptado la Convención, aunque la prohibición legal mundial de
la tortura les obliga a hacerlo.
En algunos de estos
países la tortura es habitual y sistemática. En otros, Amnistía Internacional
sólo ha documentado casos aislados y excepcionales. La organización considera
que incluso un solo caso de tortura o malos tratos es totalmente inaceptable.
El informe detalla
diversas técnicas de tortura —desde las posturas en tensión y la privación de
sueño hasta la electrocución de los genitales— que se emplean contra presuntos
delincuentes, detenidos por motivos de seguridad, voces disidentes, rivales
políticos y otros.
Medidas como la
penalización de la tortura en la legislación nacional, la apertura de los
centros de detención a observadores independientes, y la grabación en vídeo de
los interrogatorios han llevado a una disminución del uso de la tortura en los
países que se toman en serio sus compromisos contraídos en virtud de la
Convención contra la Tortura.
Amnistía Internacional
pide a los gobiernos que implanten mecanismos de protección para prevenir y
castigar la tortura, como exámenes médicos adecuados, el acceso rápido a los
abogados, controles independientes de los centros de detención, investigaciones
independientes y efectivas de las denuncias de tortura, el enjuiciamiento de los
presuntos autores y una reparación adecuada a las víctimas.
La lucha global de
Amnistía Internacional contra la tortura continúa, aunque ahora se centrará en
cinco países donde está generalizada esta práctica y donde la organización cree
que puede lograr un impacto significativo. La espina dorsal de la campaña
estará formada por informes de fondo con recomendaciones concretas.
§ En México
el gobierno alega que la tortura es la excepción y no la norma, pero en
realidad, los abusos a manos de la policía y las fuerzas de seguridad están
generalizados y quedan impunes. Miriam López Vargas, de 31 años y madre de
cuatro hijos, fue secuestrada de su ciudad natal de Ensenada por unos soldados
vestidos de civil que la llevaron a un cuartel militar. Estuvo recluida allí
una semana, durante la cual la violaron tres veces, la asfixiaron y la
electrocutaron para obligarla a confesar su implicación en delitos relacionados
con las drogas. Han pasado tres años, pero ninguno de sus torturadores ha
respondido de sus actos ante la justicia.
§ La
justicia está fuera del alcance de la mayoría de los supervivientes de la
tortura de Filipinas. Hace poco se descubrió un centro de detención
secreta donde la policía maltrataba a los detenidos "por diversión".
Según los informes, los policías hacían girar una "rueda de la
tortura" para decidir cómo torturaban a los detenidos. Las informaciones
de los medios de comunicación desembocaron en una investigación interna y
algunos agentes fueron cesados, pero Amnistía Internacional pide una investigación
exhaustiva e imparcial que haga que los policías implicados sean juzgados por
los tribunales. La mayoría de los actos de tortura cometidos por la policía
sigue sin denunciarse y los supervivientes de la tortura continúan sufriendo en
silencio.
§ En Marruecos
y el Sáhara Occidental, las autoridades rara vez investigan las denuncias
de tortura. Las autoridades españolas extraditaron a Ali Aarrass a Marruecos a
pesar de la posibilidad de que fuera torturado. Fue recogido por unos
funcionarios de los servicios de inteligencia que lo llevaron a un centro
secreto de detención, donde Aarrass dice que le aplicaron descargas eléctricas
en los testículos, le golpearon en las plantas de los pies y lo tuvieron horas
colgado de las muñecas. Según Aarrass, los policías lo obligaron a confesar que
ayudaba a un grupo terrorista. Ali Aarrass fue declarado culpable y condenado a
12 años de cárcel basándose en esa "confesión". Sus denuncias de
tortura nunca se han investigado.
§ En Nigeria,
la policía y el ejército usan la tortura de forma habitual. Cuando Moses
Akatugba fue detenido por soldados tenía 16 años. Según su testimonio, lo
golpearon y le dispararon en la mano. Luego fue entregado a la policía, que lo
colgó de las extremidades durante horas en una comisaría. Moses dice que lo
torturaron para que firmara una "confesión" en la que reconocía haber
participado en un robo. La denuncia de que había confesado como consecuencia de
la tortura nunca se investigó exhaustivamente. En noviembre de 2013, después de
ocho años esperando sentencia, Moses fue condenado a muerte.
§ En
Uzbekistán, la tortura está generalizada, pero pocos torturadores responden
alguna vez de sus actos ante la justicia. Amnistía Internacional tiene vetado el
acceso al país Dilorom Abdukadirova estuvo cinco años en el exilio después de
que las fuerzas de seguridad abrieran fuego en una protesta a la que asistió. A
su regreso a Uzbekistán, la detuvieron, le prohibieron ver a su familia y la
acusaron de intentar derrocar al gobierno. Durante su juicio, tenía un aspecto
demacrado y hematomas en la cara. Su familia está convencida de que la habían
torturado.
"Hace treinta
años, Amnistía Internacional encabezó la campaña a favor de un compromiso
mundial para combatir la tortura a raíz de la Convención contra la Tortura de
la ONU. Se han hecho muchos avances desde entonces, pero resulta descorazonador
que hoy sigamos necesitando una campaña mundial para garantizar que esas
promesas se cumplen”, ha dicho Salil Shetty.
Más información:
Comunicado
sobre la situación de América.
Video sobre la campaña: https://www.youtube.com/watch? v=ReqputD61-g&feature=youtu.be
Anexos:
1-
Encuesta
Global. Actitudes respecto a la tortura
2-
Informe
sobre la tortura de Amnistía Internacional
Para solicitar
entrevistas, por favor, contacte a:
Tel/Fax: (+56-2) 2235 5945, celular:(+56-9) 64278411
www.amnistia.cl Twitter: @amnistiachile