Por Victoria Aldunate
Sería un enorme acto de
“solidaridad de género” de parte de las señoritas y señoras del Congreso,
convencer a sus colegas varones para que juntos, complementariamente -tipo “el
yin y el yan”- paguen con sus sueldos millonarios el bono de la Ley de Cuotas.
A las damas de la clase
política de todos los colores se les ve muy sororales por estos días. Hasta
pronuncian la frase “solidaridad de género” en los interbiu que dan. ¡Y qué mayor sororidad que
ahorrarnos a las demás esa plata que nos va a quitar el E$tado para pagar sus
cupos!
Cada partido político que logre
acomodar en un buen puesto a alguna de sus candidatas recibirá como “premio” un
“bono” de 12 millones de pesos -cerca de 21 mil dólares-. La condición es bien
clara: No sólo deben llevar candidatas a las diversas elecciones políticas,
sino lograr que éstas sean elegidas. Eso porque las mujeres políticas se dieron
cuenta de que los partidos suelen usarlas de decoración; las designan a
destajo, publicitan que fueron “quienes más mujeres llevaron a las
elecciones", se lucen con sus estadísticas “de género”, pero a la hora de
las campañas reales optan por apoyar a hombres. ¡Obvio! Los hombres les creen a
los hombres, respetan a los hombres, escuchan a los hombres, temen a los
hombres, gustan de los hombres... Ahora deberán elegir entre la masculinidad y
el dinero.
Pero la cosa es: esa plata que
les van a pagar a los partidos por embutirse el “enfoque de género” alguien
tiene que financiarla y no va ser Moya quien pague, sino nosotras y nosotros
todos. Es como el peso ($) que nos instan a donar en los supermercados o en las
cadenas farmacéuticas: Nos “solicitan” donar nuestro vuelto a fundaciones
diversas y luego sus holdings se lucen por “solidarios”. Hacen caridad con
nuestra plata, sin gastar ni un peso de la suya y con ventas que engordan sus
arcas. Todo lo que ellos “regalan” sale de nuestros bolsillos y de nuestros
hogares. Lo mismo creo que va a pasar con el bono ese, ellas tendrán su cuota
del Paraíso masculino y nosotras -y nosotros- todos aquellos que no vivimos en
sus barrios ni veraneamos en sus exclusivos balnearios, nuevamente pagaremos.
¡Las “igualitas” a las
europeas!
Actualmente hay un 13% de
mujeres políticas en el Senado y un 14% en la Cámara de Diputados (17 mujeres
de un total de 120 Diputados). No han avanzado mucho con esta democracia sin
alegría que tanto les gusta -y que las demás sobrellevamos hace casi 24 años-.
Entonces ellas quieren igualarse a los hombres ¡y qué mejor que la Ley de
Cuotas impulsada por la presidenta Bachelet! Alucinan con la Ley: Dicen que de
aprobarse se va a incorporar al sistema Binominal, lo que hará de este sistema
pinochetista un sistema “más amigable”.
Otra novedad es que las mujeres
de la Clase Política podrían llegar a tener hasta el 40% del paraíso republicano
y neoliberal $hileno. ¡Y lo mejor de todo!: piensan que vamos alcanzar el ideal
nórdico-europeo, ya que las suecas, las danesas, las noruegas, etcétera,
comenzaron con la Ley de Cuotas hace algunas décadas y ahora tienen un buen
porcentaje de mujeres en los espacios políticos institucionales… Parecen
demasiado optimistas las chilenas, pero hay algo en lo que sí se parecen a las
políticas europeas y es que entre ellas hay de todo: mujeres fascistas, mujeres
racistas, mujeres dere$histas, mujeres imperialistas, mujeres que votan contra
el aborto, mujeres que están a favor de las invasiones, también mujeres
socialdemócratas y mujeres de izquierda parlamentaria, y claro no faltará
alguna representante de “Minorías Sexuales” (para amenizar la cosa). En fin,
son diversas, como les gusta decir, y a la vez tienen algo en común: todas
están totalmente integradas al Patriarcado.
¿Sabrán las señoritas y señoras
políticas de $hile que en esos países, en Suecia por ejemplo, se destina un 11%
de inversión en la Salud Mental de las mujeres, mientras que en $hile sólo se
destina el 3%?
Porque claro para que las
mujeres toleren la vida femenina cuando no son parte de las elites -como la
elite de la Clase Política-, necesitan suficiente apoyo en Salud Mental. Y peor
si es “a la $hilena” porque acá más del 30% de los trabajos que suelen
encontrar las mujeres son “por cuenta propia”, de personal de servicios
domésticos y familiar no remunerados”*. Si se trata de dejar de ser pobre, la
creciente participación de las mujeres chilenas en el trabajo remunerado, no
sirve para nada. La Encuesta CASEN, de Caracterización Socioeconómica Nacional,
2011 lo devela cuando concluye que el 51% de los hogares pobres y el 55% de los
hogares indigentes tienen “jefaturas” femeninas. Las mujeres trabajan más y
siguen siendo las más pobres de los pobres en $hile porque no estamos en
Europa, y los poderes coloniales reemplazan la organización popular y la
organización autónoma por formas políticas que sean “más manejables”.
Manejables para los Holdings que se roban nuestras fuerzas y nuestros pesos,
manejables para los E$tados que siguen arrebatando territorio a los pueblos
ancestrales, y más manejables para la Clase Política que receta calmantes a las
mujeres en vez de despenalizar el aborto e intervenir concretamente en la
defensa de nuestras vidas. La Ley de Cuotas es una forma política manejable, un
muy buen negocio para los privilegiados del sistema y sus acompañantes.
La presidenta Michelle Bachelet
en 2006 ya había defendido su propuesta de Ley de Cuotas y su manera de hacerlo
fue expresar en un Foro**: Esto “No es feminismo". Tiene toda la razón, no
lo es. (Se agradece la aclaración). Quien apoya la Ley de Cuotas más que
feminista, es arribista porque se quedó con la repartija neoliberal del Poder
de la Clase Política, ahora entre sexos.
victoria
aldunate, feminista autónoma wallmapu
* Minuta de Empleo, Trimestre
Marzo-Mayo 2013, Fundación Sol
** Foro Icare "Mujeres al
timón”, Junio 2006)