miércoles, 23 de abril de 2014

OTRA VEZ EL GATOPARDO



La revista FORBES, en la  versión 2013 sobre los más ricos del mundo, esto es, quienes poseen más US$1.000 millones, nombra a catorce multimillonarios chilenos.  Son los que integran el 1% que somete y subordina al resto de sus compatriotas.  Entre ellos se destaca el grupo Matte, dueño de la CMPC, de Colbún, de Hidroaysén, de la Forestal Mininco que ocupa tierras del pueblo mapuche, entre otros rubros.  Es por esto que ha resultado llamativo que Eliodoro Matte apareciera posando frente a un cuadro que muestra un gran trapelacucha.  (“El Mercurio”, 20 – 4 -14, pág. D 6).
 
El grupo Matte se ha caracterizado por presentar una imagen de “sobriedad”, lejos de las masas y preocupado de la “cultura”, lo cual explica su dedicación a la educación a través de una cadena de colegios que son subvencionados por el Estado; que Eliodoro Matte haya gestionado a favor de Karadima ante el Fiscal Nacional y que ejerza como presidente del Consejo Directivo del Centro de Estudios Públicos (CEP), baluarte ideológico del neoliberalismo en el país.

El CEP fue fundado en 1980.  Desde entonces y hasta hace poco tiempo fue dirigido por el escritor Arturo Fontaine, que le había dado un  aire de espacio de debate de ideas.  Los resultados de sus encuestas políticas eran esperados con ansias y sus números asumidos como la “última palabra”.

En ese contexto, Fontaine invitó a debatir en el CEP a los entonces dirigentes estudiantiles Camila Vallejos y Giorgio Jackson, representantes de “la calle”.  Esto tuvo como efecto la abrupta destitución de Fontaine y el CECP no realizó nuevas encuestas durante la reciente campaña presidencial, en la que la derecha tuvo excesivos altibajos, en una clara demostración de que su pensamiento político es débil y/o falaz.
Matte hizo una “colecta” entre las diez familias fundadoras del CEP, reuniendo rápidamente un fondo de US$50 millones para su restauración. 


En la edición de “El Mercurio” antes citada, Matte reconoce que “el país cambió” y que “ni el mundo político ni económico supieron darse cuenta a tiempo de las correcciones que eran necesarias”.  Agrega el empresario que “nuestras convicciones están cuestionadas, hay que defenderlas con convicción y evidencias, no bastan los eslóganes”.

Es así como el próximo 9 de mayo comenzarán a regir los nuevos estatutos del CEP, bajo la dirección de Harald Beyer, quien fuera destituido de su calidad de ministro de Educación del gobierno de Piñera tras una acusación constitucional.  El fondo reunido para el CEP “como aporte personal, no de sus empresas”, fue donado por personajes conocidos: Roberto Angelini, Juan Andrés Camus, Jorge Errázuriz, Jea-Paul Luksic, Juan Obach, José Said, Luis Enrique Yarur, Fundación Reinaldo Solari.  El presidente es Eliodoro Matte; Wolf von Appen es tesorero; Blanca Sánchez es secretaria.  Ellos serán encargados del “refinamiento del debate público que favorece los acuerdos que exigen las reformas más complejas”.

Matte asegura que no quiere convertir al CEP en una trinchera, “sino que nuestras contribuciones penetren un amplio espectro político”, puesto que  “los movimientos sociales y regionales pusieron en el tapete la necesidad de pensar en soluciones” porque “no nos dimos cuenta a tiempo de que era necesario hacer correcciones; que había mercados muy concentrados, problemas de regulación y créditos muy altos en las universidades”.  (…)  “Fue un despertar muy violento”  (…)  “el desarrollo del país generó una clase media muy fuerte, pero no hemos sabido responder a sus necesidades y se han sentido abusados”.  (…)  “No responsabilizo ni a los empresarios ni a la clase política”.

Matte, en representación de los dueños del país, está dando un “tirón de orejas” a los partidos de derecha por quedarse en el corto plazo y sin “debate de ideas”.  Y también está advirtiendo que la democracia debe ser limitada a los marcos de quienes tienen el poder real.  En otras palabras, la democracia debe seguir siendo “protegida” y, si llegare a “democratizarse” y el “debate de ideas” lo ganara “la calle”, habría que acudir nuevamente a la guardia pretoriana constituida por las FFAA.

La derecha no perdona los errores y, si llegan a cometerse, acomoda la realidad a sus intereses.  Cuando el “debate de ideas” lo pierde, acude “con mano ajena” a la violencia. y al exterminio físico de sus cuestionadores.  Bien ha dicho Simona de Beauvoir en su libro “El pensamiento político de la derecha”, que “la burguesía quiere convencer a los otros, y convencerse, de que al defender sus intereses particulares persigue fines universales (…) y para ello es preciso que sus pensadores la eleven por encima de la vulgar humanidad”.



Hervi Lara B.

Santiago de Chile, 23 de abril de 2014.


Para EL CIUDADANO.